François Pinault expone en el Palazzo Grassi una treintena de trabajos videográficos de su colección
“La voce delle immagini”
PALAZZO GRASSI
San Samuele 3231 30134
Venecia
Del 30 de agosto de 2012 al 3 de enero de 2013
Destacar la relevancia del vídeo como medio para desafiar las bases preconcebidas de la percepción sensorial y de la expresión artística en la etapa contemporánea es el objetivo de la muestra “La voce delle immagini”, que quedó inaugurada el pasado 30 de agosto en el veneziano Palazzo Grassi y que se compone de una treintena de obras realizadas por veintisiete artistas internacionales procedentes de la colección privada del millonario François Pinault.
Entre las instalaciones videográficas que componen la exhibición veremos recreaciones de los canales venecianos transformados a través de una cámara oscura, instantáneas íntimas de la vida de los prisioneros del Palazzo Ducale o las manos de un artista de setenta años de edad intentando responder a instrucciones verbales que marcar la posición de sus dedos. En torno a ellas gira una de las piezas clave de “La voce delle immagini”, la hipnótica For Beginners, obra de Bruce Nauman que Pinault adquirió en 2006 y que es el último de la serie de trabajos en vídeo del artista californiano que incorporan partes del cuerpo humano como motivo central.
Zoe Leonard, por su parte, estará presente en la muestra con una pieza en la que captura la poderosa belleza de la Serenissima y sus canales a través de una cámara oscura y Mohammad Bourouissa ha reunido en su instalación Temps mort, otra de las obras más evocadoras, imágenes y dibujos llevados a cabo con su teléfono móvil por un recluso de una cárcel federal francesa que nos hablan de la desesperación del reo y de la banalidad de la violencia que lo rodea.
El venezolano Javier Téllez estará presente en el Palazzo Grassi con la reinterpretación de La Pasión de Juana de Arco a cargo de enfermos mentales y Bill Viola lo estará con su proyecto, fechado en 1995, Hall of Whispers, en el que los rostros pálidos de diez personas amordazadas sobre un fondo oscuro se acompañan del claro sonido de los que serían sus gemidos si pudieran producirlos.
En definitiva, la exposición busca dar testimonio de la extraordinaria plasticidad del vídeo para, a través de distintos dispositivos de proyección y de variadas técnicas, desde los films de 35 mm hasta el mencionado teléfono móvil, cuestionar nuestra percepción del presente, del paso del tiempo y las relaciones de este medio con otros campos de la actividad artística, como la danza o la música.
En palabras de Caroline Bourgeois, comisaria de la exhibición, el vídeo ha dejado de ser un medio independiente para integrarse en otras formas de arte. Cada una de las obras seleccionadas para la ocasión transmite un mensaje propio, no existe un mensaje común, y ninguna de ellas ofrece una narración de estilo cinematográfico. Abordan problemas sociales y económicos actuales, pero nunca de forma literal, haciendo posibles múltiples interpretaciones por parte del espectador.
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