Los tres son andaluces, compartían generación y espíritu y a finales de los noventa, cuando ninguno de ellos había alcanzado la treintena, gestaron en Sevilla The Richard Channin Foundation, un colectivo dominado por el carisma y el humor que surgió y se extinguió de forma absolutamente espontánea.
Nos referimos a Miki Leal, Juan del Junco y Fernando Clemente, y ahora es Sema D’Acosta, buen conocedor del grupo, quien comisaría en el CAAC sevillano una muestra que repasa su producción multidisciplinar conjunta. Consta de pinturas, fotografías, esculturas, instalaciones y vídeos fechados durante el lustro transcurrido entre 1999 y 2004, etapa en la que The Richard Channin Foundation adquirió valor de estandarte de la joven creación andaluza, sobre todo de la ligada a la Facultad de Bellas Artes de Sevilla en la transición al siglo XXI.
Por eso, la exhibición del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo da cuenta también de los primeros pasos de creadores que emergieron entonces alrededor de esta iniciativa, como José Miguel Pereñíguez, Rubén Guerrero, Cristóbal Quintero, Javier Parrilla, Norberto Gil, Mariajosé Gallardo, Ramón David Morales o Manolo Bautista.
De los autores de The Richard Channin Foundation, podremos contemplar fotografías en las que ellos mismos posan como modelos, con un carácter cercano tanto a la caricatura como a la denuncia; una serie de dibujos elaborada en el estudio de Leal en un solo día de 2002, a modo de terapia colectiva en una etapa de crisis grupal o documentación de acciones y performances que desarrollaban en su estudio de la calle Macasta o en el de Prosperidad (Triana), con escenografías preconcebidas pero abiertas a la participación del público y a improvisadas interacciones entre ellos.
También la obra La custodia del cubata, que pudo verse en 2007 en la muestra “El Pensamiento en la boca” de la Obra Social Cajasol, o Directo al estrellato (2002), lectura de una rotunda caída al suelo en clave de absoluto humor. Completa estos proyectos más documentación, por ejemplo la relativa a la instalación Minimuseo, de la que solo queda ese rastro.
En la exposición, y lo subraya el comisario, no debemos atender tanto a técnicas y acabados como a ideas y actitudes y al deseo de los autores de autenticidad: Lo más importante de los trabajos de la Richard Channin no es su factura, sino su capacidad de trasgresión y novedad. Su gran mérito fue convertir la experiencia vital propia en experiencia artística, un campo que emanaba de sus personalidades y no se miraba en ningún espejo. Su mayor acierto fue traducir su energía y su descaro (muy ligados a su edad entonces) en creación sin corsés, y su imbricación estrecha con el Sur desde sus comienzos. También su apertura a lo imprevisible, a las posibilidades del instante, al riesgo de la ausencia de referencias, honestidad que les llevó a lograr desinteresados apoyos: entre ellos, el de Luis Gordillo, que continúa hoy.
Mezclaban disciplinas, se nutrían de la estética y el gusto popular (que llamaban chano) y, sobre todo, optaron por trabajar unidos en lugar de en competencia. Se convirtieron, no solo en un colectivo artístico, también en un fenómeno sociológico, en el aglutinante de los impulsos creativos y vitales de los artistas de su generación. Ahora su historia se cuenta veinte años después y esas dos décadas no restan arrojo a la Channin.
“The Richard Channin Foundation”
CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORÁNEO. CAAC
Avenida Américo Vespucio, 2
Sevilla
Del 28 de junio al 20 de octubre de 2019
