En la línea del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza de presentar exposiciones vinculadas a temas y artistas relacionados con la isla, el pasado 24 de marzo el centro inauguró “El baile de la vida”, una muestra de Susy Gómez concebida para sus espacios.
Nacida en Pollença y formada en Bellas Artes en Barcelona, Gómez presentó su primera muestra importante en la Fundació Joan Miró en 1993, iniciando entonces una escala ascendente que le llevaría a exponer en la Whitechapel londinense y en el IVAM, en este último caso bajo el comisariado de Enrique Juncosa, buen conocedor de su obra que ha comisariado también, junto a Elena Ruiz, directora del MACE, este proyecto.
Desde aquellos noventa, la artista se ha servido de materiales y formatos muy distintos (esculturas, pinturas, dibujos, instalaciones, fotografías, vídeos y performance, además de piezas que podríamos llamar híbridas) para entablar relaciones espaciales en las que suele explicitarse cierta teatralidad y para plantear los vínculos entre personalidad y circunstancias, yo y entorno, desde un lenguaje sutil que no plantea demasiados desafíos visuales pero sí deja ver reflexiones sobre los roles femeninos, los significados que translucen los cuerpos y el conflicto entre esencia y apariencia.
La obra multiforme de Gómez, que Juncosa califica como arrogante y fácil, es lúdica e intuitiva y seduce a los sentidos sin inquietar, pero sin caer tampoco en obviedades ni referencias vulgares.
En la instalación que ahora presenta en Ibiza la artista se mueve a medio camino entre lo teatral y la introspección. Consta de una torre de viejos colchones, una puerta cerrada y otra abierta y una escalera que la artista concibe como símbolos del alma humana. El espectador debe interactuar con ellos, y simultáneamente, con el espacio donde se presentan y consigo mismo, dejándose llevar por su valor alegórico.
Gómez equipara cada obra a un ejercicio vivencial que trasciende tanto el objeto como el proceso creativo del que es fruto; lleva varios años trabajando personalmente con un método terapéutico llamado Constelaciones Familiares que favorece, al parecer, una aproximación sin distracciones al inconsciente, el núcleo de nuestro ser no físico, un espacio sin lugar donde guardamos los pensamientos negativos que, ante determinadas circunstancias, nos suscitan dolor. Por eso el movimiento que la autora quiere que realicemos en torno a sus obras no es solo dinámico, teatral y físico, sino también interno.
Esa es la razón de que invite además a los espectadores a cubrirse con chales coloridos que llevan escrito en varios idiomas el título de esta exposición: taparnos con ellos es el primer paso para iniciar un recorrido que ella equipara a una danza de la que nos propone los pasos esperando que nuestro ejercicio sea personal. Dice Gómez que la función del arte es señalar cosas que la sociedad excluye o que no quiere ver (…) aquellos aspectos que hacen ruido, que provocan mar de fondo.
Si queréis saber más, por cierto, de Constelaciones Familiares, buscad textos de Bert Hellinger.
Susy Gómez. El baile de la vida
MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE IBIZA. MACE
Narcís Puget, s/n Dalt Vila
Del 24 de marzo al 20 de junio de 2017
