Comienza el tour Rauschenberg 2017

La Tate Modern acoge su primera retrospectiva póstuma

Londres,
Robert Rauschenberg. Monogram, 1955–1959
Robert Rauschenberg. Monogram, 1955–1959

Hasta el próximo 2 de abril, la Tate Modern recorre la producción de Robert Rauschenberg en la que es la primera retrospectiva que se dedica al artista desde su muerte en 2008 y la más amplia en veinte años. Londres es su primera parada y, tras su paso por la capital británica, esta exhibición viajará al MoMA neoyorquino y al San Francisco Museum of Modern Art.

Forman parte de esta exhibición piezas representativas de los múltiples medios en los que Rauschenberg trabajó a lo largo de seis décadas, desde su compromiso temprano con el Pop Art hasta los albores del s XXI: pinturas, esculturas, fotografías, grabados, escenografías y obras en las que se sirvió de la tecnología para cuestionar las fronteras tradicionales entre vida y arte.

Hay que recordar que Rauschenberg  fue uno de los primeros artistas de su generación en apartarse del romanticismo sentimental de los expresionistas y de su énfasis en la exhibición emocional. Nunca entendió el arte como un conflicto existencial, y su actitud ante la vida estuvo muy alejada de la épica de la angustia. Esa personalidad tan antinostálgica no contenía rebeldía ni resentimiento escéptico; al contrario, era un creador extrovertido y en su producción transmitió optimismo y capacidad de gozar.

Entre el elenco de piezas presentes ahora en la Tate Modern figuran préstamos internacionales que rara vez viajan, como una selección de sus Combines a medio camino entre la pintura y la escultura, entre ellos el imprescindible Monogram (1955-1959), que se exhibe ahora en el Reino Unido por primera vez en medio siglo, y Bed (1955). También se muestran en la Tate serigrafías dedicadas a asuntos políticos, relativas a los medios de comunicación o escenas callejeras. Buscad Retroactive II (1964), retrato de Kennedy realizado meses después de su asesinato.

El crítico Steinberg supo ver en su obra un giro decisivo en la historia de la pintura, el paso del “cuadro como ventana” al del “cuadro como texto”

El crítico Steinberg supo ver en su obra un giro decisivo en la historia de la pintura, el paso del “cuadro como ventana” al del “cuadro como texto”, porque en sus trabajos no encontramos la vieja idea de cuadro como estructura vertical que reproduce un fragmento de la vida sino, en muchos casos, estructuras horizontales que contienen una red informativa dispuesta sobre soportes tumbados. Se leen en todos los sentidos, no hay oposición entre figura y fondo, se incorporan a las superficies materiales no convencionales y, aunque se nos presenten colgadas sobre la pared, solo podemos leer las suyas como superficies de trabajo, o incluso como planos horizontales sobre los que andar, trabajar o dormir, es el caso de la propia Bed.

La muestra se abre repasando los experimentos de Rauschenberg en su etapa en el Black Mountain College, donde colaboró con John Cage, Merce Cunningham, Jasper Johns, David Tudor, Cy Twombly y Susan Weil. Se exhibe Erased de Kooning Drawing (1953), un homenaje a los logros del Expresionismo Abstracto en el que el artista ya comenzaba a manifestar su voluntad de agitación creativa y ruptura de las convenciones.  Fue discípulo, en el Black Mountain, de Josef Albers, constructivista abstracto obsesionado por la geometría. De él dijo: La norma de Albers era el orden. En cuanto a mí, solo considero que he tenido éxito cuando hago algo que recuerda la falta de orden que siento.

También estudia la exposición los trabajos que ocuparon a Rauschenberg tras fundar Experiments in Art and Technology (E.A.T), una organización que favoreció el desarrollo de proyectos conjuntos entre artistas e ingenieros en los sesenta y en la que dio rienda suelta a su interés por las posibilidades de confluencia entre el arte y la ciencia.

A principios de los setenta trasladó Rauschenberg su estudio y su residencia a Captiva, Florida, y desde allí emprendió numerosos viajes a Europa, Asia y América del Norte y del Sur. De esa época pueden verse en la Tate Modern sus Cardboards (1971-1972), su visión irónica del avance de la globalización, suntuosas obras elaboradas con telas, como Jammers (1975-1976), que llevó a cabo tras visitar un centro de textiles en Ahmedabad, y una representación de su proyecto Rauschenberg Overseas Culture Interchange (ROCI), una exposición itinerante que entre 1984 y 1991 viajó por Chile, China, Cuba y el Tíbet.

Las incursiones de Rauschenberg en la performance y la danza se estudian en esta antología a partir de sus colaboraciones con Merce Cunningham y Trisha Brown y de algunos proyectos propios.

Si vais a viajar a Londres, tened en cuenta que los días 27 y 28 de este mes la compañía de Trisha Brown interpretará en los tanques de la Tate Set and Reset utilizando la escenografía y vestuario diseñados por el creador pop.

 

 

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