Dice Enrique Martínez Goikoetxea, conservador de la colección permanente de ARTIUM, el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria, que todas las colecciones artísticas son la memoria de un tiempo determinado y la representación de lo que, en esa época, se entendía como valioso. Desde ese punto de pista, este espacio (en proceso, por cierto, de búsqueda de nuevo director tras la retirada de Daniel Castillejo) inaugura hoy “Queda mucho pasado por delante. Oroi”, un nuevo capítulo en el ya extenso programa de muestras que dedica a sus fondos. Esta vez, esa colección se ha interpretado como testimonio de la memoria presente, de aquellos valores, creencias y actitudes que nos constituyen como personas y que determinan nuestros modos de expresarnos y de representar. En palabras del mismo conservador, que es también comisario del proyecto, se han seleccionado un centenar de piezas de casi setenta artistas que podemos entender que dan cuerpo al tiempo y al documento, al enigma y la sospecha del hoy.
Estructuradas en cuatro secciones (abiertas y entendidas en todo momento como propuesta entre otras muchas posibles), estas obras apelan de forma más o menos explícita a la memoria, desde el punto de vista más estrictamente humano e íntimo o desde el histórico, político, económico o cultural: es decir, colectivo, y a partir de ellas se invita al espectador a reflexionar sobre cómo esas interpretaciones del presente pueden determinar nuestros modos de afrontar el futuro. Se nos propone, en suma, generar discursos múltiples y diversos desde esa perspectiva: la de leer trabajos, de formatos muy distintos (pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones, fotografías y vídeos), desde un enfoque temporal; tomando quizá, paradójicamente, cierta distancia respecto a este, frente a la actualidad dinámica que no invita al pensamiento.
La primera sección de la exposición, Estructura de la memoria, se refiere a la naturaleza frágil, evanescente, emocional y compleja de esta a partir de trabajos de Darío Urzay, Fernando Sinaga, Benjamín Palencia, Concha Prada, Mirari Exhávarri o Mateo Maté; Memoria política. Narraciones de la historia se adentra, como supondréis, en el siempre conflictivo asunto de la memoria histórica: la batalla por el relato, por lo que del pasado se oculta y se revela y cómo, analizando qué ocurre cuando nos aproximamos al juicio al poder desde una perspectiva analítica o desde otra emocional, y abordando incluso los riesgos de la ambigüedad. En este apartado veremos trabajos de Txomin Badiola, Ibon Aranberri, Jorge Oteiza, Antoni Tàpies, Francesc Torres o Ixone Sádaba.
La tercera sección, Anti/Monumentos y conmemoraciones, enlaza con lo anterior y con los telediarios recientes para examinar la distancia del arte actual en el tratamiento del pasado respecto a aquellos monumentos que institucionalizan, o al menos fijan en piedra, una determinada visión de la historia. En la creación contemporánea no suele haber lugar para defender lo estable, sino para cuestionar todo lo legado, distorsionar creencias establecidas, convertir en iconos de lo que no se quiere esos monumentos que tomaron valor simbólico. No podía faltar en este episodio Fernando Sánchez Castillo, rompedor habitual de emblemas de nuestros antepasados, y junto a él se exhiben piezas de Ignasi Aballí, Elena Mendizábal, el Colectivo Cambalache, Haroon Mirza o Elena Aitzkoa. Por último, en el apartado Melancolía vs nostalgia. La proyección de posibles, veremos trabajos de Azucena Vieites, Ignacio Sáez, Jiri Georg Dokoupil, Bleda y Rosa, Joana Vasconcelos o Carlos Irijalba que proponen al público adoptar posturas activas frente a la visión acrítica o melancólica de los tiempos pasados: buscan incitar a la duda, a la inquietud, a la creación de nuevas formas de estar y ser en el mundo.
“Queda mucho pasado por delante. Oroi”
ARTIUM. CENTRO-MUSEO VASCO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
c/ Francia, 24
Vitoria
Del 21 de septiembre de 2018 al 29 de agosto de 2019
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