Pérez Siquier: rupturas desde la esquina

Fundación MAPFRE repasa en Madrid su trayectoria

Madrid,

En los últimos años han sido varias las exposiciones dedicadas, sobre todo en Madrid, al grupo AFAL (Agrupación Fotográfica Almeriense, en activo entre 1956 y 1963) y a sus miembros, entre ellos Masats, Terré, Cualladó, Ontañón, Miserachs, Paco Gómez y Maspons. La más destacada entre las colectivas fue la programada por el Museo Reina Sofía en 2018, tras la donación al centro de 650 imágenes del colectivo por los Autric-Tamayo.

A su vez la Fundación MAPFRE viene centrando, desde 2014, su programación de verano en la foto; desde hace tres años en el marco de PHotoESPAÑA. A partir del próximo 1 de junio, sus salas de Recoletos acogen sendas muestras dedicadas a Paolo Gasparini y a Carlos Pérez Siquier, este último uno de los fundadores y catalizador de AFAL, y también el miembro de ese grupo que, desde su independencia y con una concepción contundente de lo que implicaba la autoría, con el tiempo alcanzaría un uso más expresivo del color en sus imágenes.

Nacido y residente en Almería, planteó en su trayectoria coherente y larga (cerca de seis décadas) renovadoras rupturas con la tradición fotográfica sin necesidad de trasladarse a ninguna gran ciudad. Su provincia le proporcionó, además, un escenario particular para su trabajo: en cierto modo, se mantuvo ajena al desarrollo turístico masivo del resto del litoral mediterráneo, preservando sus peculiaridades y autenticidad, y también un parcial atraso económico.

Esta retrospectiva comisariada por Carlos Gollonet, que tuvo que clausurarse precipitadamente en Barcelona a causa del confinamiento pero que estaba cosechando allí gran éxito de público y crítica, subraya el encaje de su obra en los debates del último medio siglo en España: retrató las periferias sociales, la era del desarrollismo, los choques culturales que supuso la irrupción del turismo en nuestras costas y el progresivo establecimiento de una cultura visual colorista y de índole sensual tras la superación de los traumas de la posguerra. Parte de su trabajo podemos considerar que conecta con las propuestas más críticas del Pop Art, con la literatura de su tiempo o con el cine de autor de los años sesenta.

Se inició en las proximidades del neorrealismo y avanzó progresivamente hacia la fotografía en color, desde una mirada singular, y la antología de la Fundación MAPFRE rastrea esa evolución a partir de sus series más significativas, datadas entre 1957 y 2018. Veremos asimismo imágenes inéditas y abundante documentación organizada en siete secciones, de recorrido cronológico.

Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1957.© Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1957. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1957.© Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1957. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

La primera se dedica a La Chanca, el barrio popular almeriense que también inspiraría, posteriormente, un texto de Luis Goytisolo. Este trabajo temprano, paradigma de un lugar y de un tiempo, podemos entender que entronca con la novela social contemporánea de Sánchez Ferlosio o Cela y aúna la descripción y la dignificación de modos de vida y de socialización ya perdidos, previos al éxodo rural hacia las ciudades. La Chanca es un espacio ultralocal, pero en la mirada de Pérez Siquier supera el contexto andaluz: es inevitable que estas imágenes nos evoquen las de los mencionados neorrealistas italianos, en las que actores no profesionales transmiten nuevas verdades justamente por apelarnos desde sus raíces y su espontaneidad.

Pérez Siquier fotografiaría este lugar, más desde la intuición que buscando consolidar un proyecto cultural, y tanto en blanco y negro como en color cuando este no era habitual, subrayando en ese último caso la sensualidad tonal del barrio y la personalidad de su arquitectura sencilla, y rozando, en ocasiones, cierta abstracción. En este artista la irrupción del cromatismo llegó con el desarrollo industrial, pero hubo de enfrentarse con él a cierta incomprensión y su incorporación se debió sobre todo a un intento de dejar a un lado enfoques miserabilistas que pudieran evocar pasados tremendismos y Españas negras; de hecho manifiesta una admiración profunda por el carácter superviviente de estos vecinos y deja que sus figuras hablen más que sus ideas previas, aunque cierto enfoque político no deja de encontrarse implícito (Mi Chanca era real hasta cierto punto, llegó a decir).

Algunas de las imágenes que tomó en esta zona, muy cerca de donde él vivía, en los sesenta y en color, están dedicadas a las paredes desconchadas de las casas y a los muros de las cuevas: el Ayuntamiento de Almería quiso intervenir en el barrio para mejorar su apariencia de cara al turismo y arrasó algunas de las infraviviendas que allí había, dejando al descubierto sus tabiques. Pérez Siquier descubrió un mundo en esos interiores entonces desvalidos: Me di cuenta de que las paredes, que habían sido pintadas por sus anteriores moradores con cal, con distintos colores, desconchándolas tenían unas texturas muy interesantes. Hice una serie de primeros planos, y con eso monté una exposición. Eran fotos de conceptos, que tuvieron una gran importancia. Aparte de su configuración estética, la tenía social. Era una especie de lectura del paso del tiempo. Una familia había pasado por esa casa, y la mujer la había pintado, por ejemplo, de color amarillo. Pero al cabo de los diez años, había pasado otra familia que la había pintado de otro color. Yo iba y arañaba y salían una especie de estratos, como si fueran tiempos geológicos. Los sedimentos de color que encontró remiten fácilmente al contemporáneo informalismo, nuevamente a la abstracción y también a los muros esgrafiados de Brassaï, que hace no mucho la Fundación MAPFRE también exhibió.

Carlos Pérez Siquier. La Chanca, 1963.Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía © Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, 1963. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1965. © Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. La Chanca, Almería, 1965. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Carlos Pérez Siquier. S/T 1965. © Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. S/T 1965. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

Ya en los setenta, este autor fue contratado por el Ministerio de Información y Turismo para obtener imágenes de las costas que pudieran destinarse a promocionar el turismo en carteles y folletos y que, contempladas desde el hoy, desprenden el sabor de un tiempo que no volverá. Junto a vistas de una España coloreada hasta entonces inédita, se fijó en la colonización de las playas por visitantes que no escondían su carnalidad y que para muchos supusieron toda una paradoja en el marco de la cultura moral de entonces; es en estos trabajos en los que Siquier se acercó más a la estética del voyeurismo, a la celebración de una nueva visión de la juventud o la feminidad y también al retrato de un incipiente consumismo y un renovado ocio, sin esquivar sus lazos con lo grotesco y sus múltiples contradicciones.

Decía el citado Juan Goytisolo en Campos de Níjar, y el almeriense hizo suya esa reflexión: El universo razonable de los periódicos me serenaba y adormecía. Las fotos de la Reina de la Feria de Burgos y de la muchacha escultural, reclamo de Bañadores Jantzen, me recordaban oportunamente que la angustia es mal pasajero, que hay un orden secreto que rige las cosas y que el mundo pertenece y pertenecerá siempre a los optimistas. Puede que hoy se le trabaran las palabras.

En la Fundación MAPFRE se exhibe esa serie de La playa (1972-1980), que conjuga surrealismo, sentido del humor y vida cotidiana, en la línea de trabajos no lejanos en el tiempo de Tom Wesselmann, John Kacere o Joan Rabascall, o de los más contemporáneos de Martin Parr, quien ha reconocido abiertamente en Pérez Siquier a un predecesor e incidido en la frescura y vigencia de este trabajo.

Carlos Pérez Siquier. Marbella, 1974. © Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. Marbella, 1974. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Carlos Pérez Siquier. Roquetas de Mar, 1973. © Carlos Pérez Siquier
Carlos Pérez Siquier. Roquetas de Mar, 1973. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

Su interés por las superficies, presente en aquellos trabajos primeros de La Chanca, quedaría patente también en varias series siguientes, como Trampas para incautos (1980-2001): un conjunto de representaciones alternativas de la realidad; de escaparates, maniquíes y publicidades que parecen formar parte de un mundo paralelo en el que habitamos sin ser conscientes, precisamente por su ubicuidad. Se valió de colores saturados para incidir en los contrastes entre figuras y fondos y también en una irrealidad que (de nuevo cultivando la paradoja) lo conecta con el hiperrealismo norteamericano y lo kitsch, con Luigi Ghirri o William Eggleston. Poco a poco, eso sí, sus obras se harían más despojadas y monocromáticas.

Las dos últimas series de Siquier expuestas ahora en Madrid son Encuentros (1991-2002), recreación de espacios cotidianos y aparentemente vulgares que retrató de forma directa y sin concesiones, otorgando a lo supuestamente banal la dignidad de lo que perdura, y La Briseña (2015-2017), dedicada a una casa rural almeriense que habitó: supuso un evidente repliegue hacia el interior en el que trabajó para el propio disfrute y mantuvo su interés por las paredes, encaladas, y los objetos teóricamente insignificantes como emblemas posibles de la identidad material de un territorio y también de una intimidad.

Se nutre esta exhibición de los fondos de la propia Fundación MAPFRE, que inició el proceso de compra de estas obras (o de recepción de la donación, según los casos) poco antes de la muerte del artista, ocurrida el año pasado. Prueba este legado su atención al contexto real y próximo a la hora de conformar su propio mundo, original y extraordinario, particular y universal y, en su momento, sin parangón ninguno.

Carlos Pérez Siquier. Cádiz, 1980. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Carlos Pérez Siquier. Cádiz, 1980. Colecciones Fundación MAPFRE © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

 

 

Carlos Pérez Siquier

FUNDACIÓN MAPFRE. SALA RECOLETOS

Paseo de Recoletos, 23

Madrid

Del 1 de junio al 28 de agosto de 2022

 

 

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