Miguel Ángel Tornero abre el espacio de Juan Silió en Madrid

Presenta un proyecto inspirado en la cosecha de la aceituna en Jaén

Madrid,

En la última edición de ARTESANTANDER, la Galería Juan Silió presentó un proyecto específico de Miguel Ángel Tornero dedicado a la naturaleza que crece a contracorriente en los extrarradios urbanos; un conjunto formado por grandes collages y pequeñas fotografías que remitía a los inicios de su trayectoria. Para su estreno en Madrid, en la calle Doctor Fourquet, esta sala (que continúa activa, asimismo, en la capital cántabra), nos ofrece obra reciente de Tornero también entroncada en la naturaleza, pero en la rural: la de su provincia, Jaén. La muestra lleva por nombre “Quemar Ramón” y supone una ampliación de los recursos formales hasta ahora aplicados por este autor, además de incorporar un simbolismo poderoso y universal relativo a los procesos de crecimiento y renovación del paisaje (y, por extensión, de las personas).

En Baeza, de donde es originario el artista, y en las provincias olivareras del sur, este mes de febrero es el mejor momento para, una vez finalizada la cosecha de la aceituna, podar los olivos para favorecer los nuevos brotes de cara a la siguiente temporada. A continuación es costumbre quemar las ramas y hojas sobrantes amontonadas, lo que en Andalucía llaman el ramón, y de ese proceso de poda, quema y cura, tan cotidiano como ritual, al que no es difícil conceder ese simbolismo purificador del que hablábamos, dan cuenta estos trabajos de Tornero: en ellos se subraya cómo lo necesariamente violento (la poda) puede ser imprescindible para la cura y cómo las fases teóricamente improductivas del trabajo en el campo acaban resultando igualmente necesarias. También se incide en la complejidad, hoy a menudo desconocida, del trabajo y las decisiones del agricultor; en el poderío visual de los paisajes horizontales y monótonos del campo jienense y en la importancia de respetar los tiempos, los procesos: tomarse el tiempo necesario, esperando también que madure el fruto de la espera.

Esta vez Tornero ha elegido no exponer fotografías “individuales”, sino únicamente collages de imágenes, y volcar en ellos el personal acercamiento al paisaje natural en el que se ha embarcado en los últimos años desde la libertad y la intuición. Se ha fijado en la tierra cultivada campo adentro, en el olivo omnipresente, generador del aceite que es motor de vidas y culturas aún hoy, y ha elegido hacerlo esquivando el filtro protector de una cámara que ofrezca una apariencia de objetividad.

Buscaba escaparse de las limitaciones, y de cualquier posible compromiso con lo real, para trabajar, más que con fotografías, con materiales y con memorias, con las texturas, colores y sensaciones de lo cotidiano e incluso de lo pringoso: el papel de estraza utilizado para envolver churros, las aceiteras que dejaban las manos pegadas, la tierra áspera cuando está seca, la gama de tonalidades eterna de las aceitunas y las hojas, el pan suave regado por ese aceite como por oro líquido, la escarcha gris del campo cuando amanece…

Miguel Ángel Tornero. "Quemar ramón". Galería Juan SIlió
Miguel Ángel Tornero. “Quemar ramón”. Galería Juan Silió

En su campo, imagina Tornero, además, diferentes personajes: en sus palabras, Gutiérrez Solana y Kippenberger chateando sin mediar palabra, Zabaleta y Philip Guston a pleno sol en la campiña; Morandi, que prefirió quedarse en su habitación, esbozando un dibujo para abordar el bodegón que Jason Rhoades le había preparado con ochíos, virolos y otro productos de la tierra; hasta Lucio Muñoz habla de sus intimidades con Jimmie Durham en un confesionario creado por Richard Artschwager. Morris Louis lleva un rato fascinado con el tránsito del aceite a la tostada y no es fácil reconocer a toda la comitiva, pero parece que Braque, Gris, Penone, Franz West, Thomas Hirschhorn… van llegando para la tertulia en la terraza de sillas multicolores del antiguo Café Mercantil. Maruja Mallo, la camarera, tomará nota a los hombres y escupirá en el café de cada uno de ellos…

Y… En la última escena de este acto, tras el desvarío, en un extraño desplazamiento, uno se contempla ensimismado, con el bidón de gasolina en la mano, imaginando cómo el fuego cumplirá su función.

Miguel Ángel Tornero. "Quemar ramón". Galería Juan SIlió
Miguel Ángel Tornero. “Quemar ramón”. Galería Juan Silió
Miguel Ángel Tornero. "Quemar ramón". Galería Juan SIlió
Miguel Ángel Tornero. “Quemar ramón”. Galería Juan Silió

 

Miguel Ángel Tornero. “Quemar ramón”

GALERÍA JUAN SILIÓ

c/ Doctor Fourquet, 18

Madrid

Del 20 de febrero al 11 de abril de 2020

 

Comentarios