Marcel Dzama y el séptimo sello climático

El artista expone por tercera vez en David Zwirner Londres

Londres,

Hace cinco años, Marcel Dzama abrió la temporada expositiva de La Casa Encendida con una muestra que buscaba repasar su producción pero que, sobre todo, recogía su visión del momento actual del feminismo y de la América posterior al triunfo de Trump en Estados Unidos. Encontrábamos en ella dibujos, un mural creado específicamente para la ocasión sobre la manipulación del número de asistentes a la toma de posesión del empresario y a la posterior marcha de las mujeres, y proyectos escenográficos y videográficos. En su disparidad estética y técnica, tenían notas en común: una concepción de la obra de arte como escenario, el reflejo del interés de este autor por el ballet, la ópera y la danza y el de su admiración por Goya, Duchamp y Raymond Pettibon.

Explicó entonces el canadiense que no consideraba que sus obras fuesen declaraciones políticas, ni se entiende a sí mismo como un artista militante sino como un creador que reacciona a lo que ve. Ese continúa siendo el espíritu de “Child of Midnight”, la tercera exhibición individual que presenta en el espacio londinense de David Zwirner; las anteriores tuvieron lugar en 2013 y 2016 y la última de ellas, justamente, enlazó su trabajo con el de Pettibon, quien ha alabado su obra por sus duros contornos y por el valor de ilustrar tanto la palabra como el mundo, ya procedan estos de Dante o de Dios, empezando con la luz del día y extendiéndose hasta bien entrada la noche.

Marcel Dzama. Child of Midnight. David Zwirner Londres
Marcel Dzama. Child of Midnight. David Zwirner Londres

Las imágenes recientes que ha reunido esta galería se dedican a asuntos tropicales, oceánicos y celestiales y se inspiran en fuentes muy diversas, desde el poema del Paraíso perdido de Milton (quizá mereciesen estudio sus citas en múltiples creaciones) a los retratos kitsch de Picabia datados en los cuarenta, pasando por el Libro de los Milagros (Wunderzeichenbuch) del siglo XVI. En el imaginario que en estas piezas despliega encontraremos figuras disfrazadas y animales antropomorfizados, bailando o descansando pero siempre situados en escenarios naturales exuberantes, de tonos vibrantes, en los que grandes lunas parecen sonreír rodeadas de cometas y estrellas.

Algunas de las figuras las representa solo parcialmente y surgiendo del agua o, en el caso de un tríptico de gran formato, completamente sumergidas bajo el mar, un mar en el que aplica ricos tonos azules y en el que nos enseña una densa vida animal, incluidos calamares, pulpos y caballitos. Podrían articular escenas de un ballet acuático y surrealista a interpretar como alegoría visual pero, también, como presagio de la degradación o el colapso de un ecosistema; transitan estas composiciones entre el apocalipsis y el escapismo ante una inundación que ya habría comenzado y contienen asimismo referencias a la alquimia, a los escritos de Dante o los de William Blake, otro autor amado por Dzama, y al juego de ajedrez bergmaniano que estaríamos compartiendo con el medio natural.

Más que una simple metáfora, el ajedrez es, de hecho, un interés de largo recorrido en el canadiense y ha aparecido en otras obras a lo largo de su carrera. Marcel Duchamp lo empleó en clave histórico-artística y su faceta como jugador habilidoso ha sido otra influencia fundamental: el autor de Desnudo bajando una escalera supuestamente aparcó el arte para dedicarse exclusivamente a esa afición en la década de los veinte.

Marcel Dzama. So they say, everything gonna be alright, 2021
Marcel Dzama. So they say, everything gonna be alright, 2021
Marcel Dzama. We swam in the floods of paradise, 2022
Marcel Dzama. We swam in the floods of paradise, 2022

Vinculando entre sí esas inquietudes creativas y temáticas, “Child of Midnight” cuenta asimismo con varias esculturas de piezas de ajedrez de tamaño natural que rara vez se han mostrado y que se relacionan con The tension around which history is built, la instalación que Dzama dispuso en 2016 en el paseo del David H. Koch Theater neoyorquino. Se presentó acompañando The Most Incredible Thing, ballet en un acto de Justin Peck basado en un cuento de hadas del mismo título de Hans Christian Andersen y que interpretó el New York City Ballet; para aquella obra el artista ideó el vestuario y la escenografía.

Esas grandes esculturas recuerdan ciertas formas y motivos que utilizaron varios autores de vanguardia, incluidas las figuras mecanomórficas de las primeras abstracciones de Fernand Léger, específicamente las de su Exit the Ballets Russes (1914), y el cónico tamiz del registro inferior de la pieza duchampiana La novia desnudada por sus solteros, incluso. Además, versiones más reducidas de las mismas aparecen integrando tableros en algunas películas, como Dance Floor Dracula (2018), que podemos contemplar igualmente en esta exposición británica.

Marcel Dzama. So they say, everything gonna be alright, 2021
Marcel Dzama. So they say, everything gonna be alright, 2021
Marcel Dzama. Blue pawn #2, 2016
Marcel Dzama. Blue pawn #2, 2016

 

 

Marcel Dzama. “Child of Midnight”

DAVID ZWIRNER

24 Grafton Street

Londres

Del 17 de noviembre al 22 de diciembre de 2022

 

 

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