Lucio Fontana: experimentación espacial

Lucio Fontana durante la inauguración de una de sus exposiciones en la Galerie Iris Clert de París, en 1964. Fotografía: Shunk-Kender  © Roy Lichtenstein Foundation

La Gagosian Gallery muestra en Nueva York un centenar de obras en las que el artista argentino mostró sus indagaciones en ciencia y física

Nueva York, 04/05/2012


“Lucio Fontana: Ambienti Spaziali”

GAGOSIAN GALLERY
555 West 24 th Street
10011 Nueva York
Del 3 de mayo al 30 de junio de 2012

Un centenar de trabajos de Lucio Fontana y seis de sus innovadores Ambienti Spaziali se exponen, hasta el 30 de junio, en una de las sedes neoyorquinas de la Gagosian Gallery, la ubicada en 555 West 24th Street. La retrospectiva, organizada en colaboración con la Fondazione Lucio Fontana de Milán, incluye muchas piezas apenas expuestas y cedidas por colecciones públicas y privadas internacionales.

La fascinación de Fontana por los avances científicos y tecnológicos le llevó a acercarse al arte en sus inicios desde una amplísima variedad de medios y métodos; como escultor, experimentó con la piedra, los metales, la cerámica y el neón, y como pintor, trató de trascender los límites de las dos dimensiones del plano pictórico.

En diversos manifiestos, incluyendo el célebre Manifiesto Blanco de 1946, anunció sus metas: involucrar la tecnología en un nuevo lenguaje estético y fusionar arquitectura, escultura y pintura en su producción.

Formado en las técnicas clásicas, el artista desarrolló en sus inicios esculturas que contenían un lenguaje racionalista abstracto en línea con los atrevidos experimentos arquitectónicos de Edoardo Persico y Giuseppe Terragni. Tras la destrucción de su estudio milánes durante la II Guerra Mundial, Fontana hizo tabla rasa y, en colaboración con sus estudiantes de la recién creada Academia de Altamira, en Buenos Aires, inició un nuevo camino artístico próximo siempre a los nuevos hallazgos en ciencia y tecnología. Inspirado por el lenguaje futurista, aunque superándolo, abogó por la supresión de los soportes tradicionales de la pintura y la escultura. De ahí al corte de sus lienzos monocromáticos con cuchillos afilados sólo hubo un paso.

Su pintura ya no contenía ilusiones dentro de las dimensiones de un lienzo, sino que en sí misma quedaba convertida en un concepto dinámico que mezclaba color, espacio arquitectónico, gesto y luz. Había dado lugar al spazialismo, que materializaría en largas series de Concetti spaziali basados en la dicotomía fértil entre agujero y corte. En aquellas fechas elaboró también su primer environment: Ambienti spaziali un nero Luce (1949).

Podrá verse en Nueva York junto a los siguientes: Luce Spaziale (1951), escultura elaborada en neón para la Triennale milanesa; Attese (Waiting) (1958), Ambienti (1961-1967), La fine di dio (1963-1964) y Trinidad (1966).

INFORMACIÓN RELACIONADA


Abstracción pictórica 1949-1969. Bilbao, hasta el 08/01/2012

La pasión italiana de Ileana Sonnabend. Venecia, 27/05/2011

Burri y Fontana, cara a cara con la Pinacoteca Brera. Milán, 17/06/2010



Comentarios