Louise Bourgeois, de vuelta del infierno

Su mayor retrospectiva en España llega el 10 de junio al Museo Picasso de Málaga

Louise Bourgeois. He estado en el infierno y he vuelto

MUSEO PICASSO MÁLAGA. MPM

C/ San Agustín, 6

Málaga

Del 10 de junio al 27 de septiembre de 2015

Málaga,

Normalmente las arañas nos dan miedo, o al menos nos causan rechazo, pero contempladas en equilibrio precario sobre unas patas elevadas y ligeras, que crean entre ellas una especie de arcos góticos, la sensación es distinta: transmiten una fragilidad que provoca, incluso, cierta ternura. Bajo ellas podemos sentirnos enjaulados…o guarecidos. Y así de ambivalente es la obra de Louise Bourgeois, que antes de esculpir estas arañas en bronce, acero y mármol en los noventa las había dibujado en varias series en la década de los cuarenta como homenaje a su madre, que era tejedora, y como símbolo de una maternidad a la vez depredadora y protectora, transmisora de fortaleza y de vulnerabilidad, porque la araña utiliza la seda tanto para fabricar sus capullos como para cazar a su presa.

Fue Fernand Léger, de quien fue discípula, quien sugirió a la artista francesa que sus dibujos dejaban patente su verdadera vocación por la escultura.

Louise Bourgeois. Santa Sebastiana, 1998. Cortesía Hauser & Wirth y Cheim & Read. Foto: Christopher Burke, ©The Easton Foundation / Autorizado por VEGAP
Louise Bourgeois. Santa Sebastiana, 1998. Cortesía Hauser & Wirth y Cheim & Read. Foto: Christopher Burke, ©The Easton Foundation / Autorizado por VEGAP

La producción a la que Bourgeois dio forma a lo largo de casi siete décadas no sería comprensible sin conocer detalles de su vida personal, sobre todo de su infancia, marcada por las infidelidades de su padre con una niñera y la paciencia y el cariño de su madre consentidora. Ella misma declaró en vida que todos sus trabajos tienen origen en su niñez, en la que, por más que pasaran los años, nunca dejó de descubrir magia, misterio y drama.

El trabajo simbólico en torno a las figuras paterna y materna fue una constante en su trabajo, como también lo fue el análisis de la feminidad en el s XX; declaró que la suya estaba “roída por las ratas. Hay que fortificarla, reforzarla, hacerla como una pelota de espuma que rebota hasta el techo”. Con ese sentimiento hay que relacionar cuerpos mutilados, con formas orgánicas sexualmente explícitas o de una expresividad violenta, piezas contundentes en lo visual con lecturas muy íntimas que interpelan al espectador y le invitan a autocuestionarse del mismo modo que para la escultura francesa supusieron durante su elaboración –sobre todo en el caso muy particular de The destruction of the father– una terapia, una suerte de catarsis.

Lo dejó dicho: “Lo que verdaderamente me ayuda es reconocer mis propias incapacidades y exponerlas (…)El arte moderno trata sobre el dolor de no poder expresarnos adecuadamente, expresar las relaciones íntimas, el inconsciente, no poder confiar en el mundo para expresarnos más directamente. El arte moderno habla del intento de conservar la cordura frente a esta situación, al menos tentativa y temporariamente, mediante la expresión. El arte surge de nuestros fracasos y de nuestras necesidades más acuciantes, de la dificultad de ser nosotros mismos cuando no nos prestan atención. La sensación de abandono, de desatención abunda en el mundo moderno, y también la necesidad de reconocimiento no satisfecha. El arte es una forma de auto reconocimiento y es por eso que siempre será moderno”.

Louise Bourgeois. Pilar, 1949. Colección Moderna Museet, Estocolmo. Foto: Christopher Burke, © The Easton Foundation / Autorizado por VEGAP
Louise Bourgeois. Pilar, 1949. Colección Moderna Museet, Estocolmo. Foto: Christopher Burke, © The Easton Foundation / Autorizado por VEGAP

El sueño, el dolor y la muerte, la memoria, lo reprimido, el miedo y la teatralidad, en suma, todos los materiales no físicos de la vida, fueron también la inspiración de Bourgeois, que tuvo en el MoMA su primer mecenas: fue el primer museo en adquirir obra suya y también en presentar su primera retrospectiva, aunque en 1982, cuando la artista ya contaba con 71 años.

Lo que verdaderamente me ayuda es reconocer mis propias incapacidades y exponerlas

Su obra es ante todo personal, aunque presente referencias al Surrealismo, el Expresionismo Abstracto y el Posminimalismo, y aunque solamos referirnos a ella como escultora, realizó también pinturas, grabados y performances.

SU MAYOR MUESTRA EN ESPAÑA

La Casa Encendida o el Museo Reina Sofía, entre otros centros, ya han acogido exposiciones significativas de Bourgeois, pero su antología más extensa en España abrirá sus puertas el próximo 10 de junio en el Museo Picasso de Málaga. Contará con un centenar de trabajos, un tercio de ellos inéditos, llega del Moderna Museet sueco y ha sido comisariada por Iris Müller-Westermann.

¿Cuál será la pieza más buscada? Seguramente una de sus monumentales arañas, que quedará instalada en el patio del Palacio de Buenavista.

Coincidiendo con la apertura al público de la exposición, el Museo Picasso ha organizado un seminario en el que buenos conocedores de Bourgeois reflexionarán sobre su obra y su vida, y sobre la relevancia de las mujeres artistas en España a partir de los cincuenta.

 

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