Leer antes de mirar: lo que diez artistas escribieron

Repasamos una decena de libros a cargo de creadores

Algunos, como Van Gogh, se expresaron en sus textos al igual que en sus pinturas (con la misma profundidad y energía) y dieron cuenta de que también tenían dotes literarias. Otros escribieron sobre todo para dar un soporte teórico a su trabajo, aportando quizá las claves para que, en la medida de lo posible, este no fuera malinterpretado. Repasamos, para quienes buscan lecturas creativas, una decena de libros escritos por artistas:

CARTAS A THEO. VINCENT VAN GOGH
Es necesario comprender bien cómo considero yo al arte. Para llegar a la verdad, se necesita trabajar largo tiempo y mucho. Lo que yo quiero y a lo que aspiro es desesperadamente difícil y, sin embargo, no creo aspirar demasiado alto.

Comenzamos por un ejemplo clásico. Durante veinte años, Vincent van Gogh escribió asiduamente a su hermano Theo misivas en las que dio cuenta tanto de su autobiografía y sus pensamientos como de sus ideas estéticas; la última de esas cartas no llegó a enviarse, se encontró en su ropa al morir. Constituyen una de las mayores manifestaciones literarias que un pintor nos ha dejado, y todo apunta a que Van Gogh era consciente de su valía en las letras: nos dejó textos muy lúcidos donde volcó sus dramas vitales y sus inquietudes creativas (además de opinar sobre la labor de artistas que le fueron contemporáneos).

Vincent van Gogh. Campo de amapolas, 1889. Kunsthalle Bremen – Der Kunstverein in Bremen
Vincent van Gogh. Campo de amapolas, 1889. Kunsthalle Bremen – Der Kunstverein in Bremen

EL FRISO DE LA VIDA. MUNCH
Pintar estados de fuerte agitación meramente copiando la naturaleza, o la naturaleza vista en un estado de fuerte agitación, supone un esfuerzo terrible para los nervios. Absorber en pocas horas la naturaleza relativamente indiferente, y después en esas pocas horas dejar que lo visto se filtre por las cámaras del ojo, del cerebro, de los nervios, del corazón, dejar que arda en la pasión. El horno del infierno del alma es extremadamente agresivo para los sistemas nerviosos.

La editorial Nórdica rescató, hace unos años, una recopilación de textos de Munch bajo el título de su serie más célebre, en la que el pintor noruego se propuso plasmar, desde una perspectiva universalista, todos los aspectos de la vida humana prestando especial atención a lo que tiene que ver con la muerte y con el amor.

En estos escritos volcó, con un lirismo presente también en su obra pictórica, pensamientos y obsesiones; no debemos entenderlos solo como comentarios a sus lienzos, sino como textos con valor literario autónomo en los que dejó fluir su sensibilidad y también explicó qué tipo de pintura deseaba llevar a cabo y por qué: No creo en el arte que no se haya impuesto por la necesidad de una persona de abrir su corazón. Todo arte (…) ha de ser engendrado con los sentimientos más profundos. El arte son los sentimientos más profundos.

 

ESCRITOS Y CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTE. HENRY MATISSE
En arte, aquello que se puede decir con palabras no cuenta.

Sin embargo, Henry Matisse nos dejó algunas. No resumió en textos completos su noción del arte ni los motivos por los que, decía Derain, para él pintar un cuadro era como jugarse la vida, pero sí dejó caer algunas ideas en cartas personales, conversaciones o en varios discursos, como el que pronunció durante la inauguración de su museo en Cateau, la ciudad donde había nacido.

Recopiló esos testimonios Dominique Fourcade en un volumen que, hace diez años, editó Paídós y que consigue hablarnos tanto de su personalidad como de su creación.

Henri Matisse. Figure à l'ombrelle, 1905. Musée Matisse, Niza Legado de Madame Henri Matisse, 1960 ©Succession H. Matisse/ VEGAP/ 2016 © François Fernandez
Henri Matisse. Figure à l’ombrelle, 1905. Musée Matisse, Niza Legado de Madame Henri Matisse, 1960 ©Succession H. Matisse/ VEGAP/ 2016 © François Fernandez

CARTAS SOBRE EL ARTE. MARCEL DUCHAMP
Cuanto más vivo entre artistas, más convencido estoy de que se convierten en falsos desde el momento en que empiezan a tener el mínimo éxito.

Catorce cartas privadas, datadas entre 1916 y 1956, componen este libro (Elba); se las escribió Marcel Duchamp a su hermana Suzanne Duchamp, a Katherine Dreier, Walter Pach, André Breton, Marcel Jean y Jean Crotti, al marchante Henri – Pierre Roché, al escritor y fotógrafo Jean Suquet, a la actriz Helen Freeman y al poeta y coleccionista Walter Arensberg.

En ellas da cuenta del lado más práctico de su actividad artística, de cómo surgieron sus ready-mades y de cómo entendió tanto la creación en general como los objetos en particular. Pero conviene, además, prestar atención a las notas: proporcionan valiosa información sobre su relación con esos destinatarios y también sobre sus opiniones respecto al mercado del arte, la crítica, los roles del autor y del espectador.

Un sí menor y no mayor
. George GroszUN SÍ MENOR Y NO MAYOR. GEORGE GROSZ
Mi amargura era tanta que decidí dejarlo todo atrás y olvidarme de quién y qué había sido.

Ligado primero al dadaísmo y, después, a la Nueva Objetividad, George Grosz fue un pintor-agitador que se sirvió de su arte como vía de escape y como arma ideológica en las convulsas primeras décadas del siglo XX en Alemania. Escapando del nazismo, se asentó en Nueva York y allí escribiría en 1946, cuando ya superaba los sesenta, sus memorias: Un sí menor y un no mayor, publicadas en 2011 por Capitán Swing.

Reunió sus recuerdos con un estilo literario remarcable, con fuerza narrativa, y atendiendo a luces y sombras (al igual que en sus pinturas y dibujos) y a sus vivencias con otros artistas y escritores, como Giorgio de Chirico, Salvador Dalí, Bertolt Brecht, John Dos Passos, Leon Trotski, Kurt Schwitters o Thomas Mann. No quiso hacer de este texto una crónica formal, sino un repaso a lo que dejó atrás, ideológica y vitalmente, en Alemania y a su difícil vida americana.

CONVERSACIONES CON PICASSO. BRASSAÏ
¿De verdad ha recogido todo esto? ¡Es apasionante! Vamos a sentarnos y léame algunas páginas.

Las imágenes de Brassaï pueden dar, y han dado pie, a muchos ensayos, pero al fotógrafo al que Henry Miller llamó el ojo de París también le debemos estos textos, editados, primero por Gallimard, y en 2006 por la editorial Turner (de hecho el húngaro fue escritor antes de tomar la cámara). Por el grado de detalle y la inmediatez con la que narra, podemos decir que escribió como fotografió.

Las conversaciones comenzaron en 1943, estando París ocupado por el ejército alemán, se prolongaron hasta 1962 y por ellas transitan referencias a Matisse, Camus, Sartre, Michaux, Cocteau, Paul Éluard, Gala y Dalí.

DESTRUCCION DEL PADRE-RECONSTRUCCION DEL PADRE: ESCRITOS Y ENTREVISTAS 1923-1997. LOUISE BOURGEOIS
El arte es la experimentación o -más bien- la reexperimentación del trauma.

La editorial Síntesis reunió en 2002 estos escritos de Louise Bourgeois, textos que ella escribió desde que tenía tan solo catorce años.

Se trata tanto de ensayos formales como de pensamientos instantáneos, que Bourgeois llamaba “de bolígrafo”: mezcló textos y dibujos, muchas veces relacionados con sus esculturas, y también relatos y poemas. Con el paso de las décadas, el acto de escribir adquirió mayor importancia para la artista, sobre todo, como confesó, en sus etapas de insomnio. Asimismo se han reunido, en este volumen, entrevistas realizadas por otros creadores, escritores y periodistas; en algunas de ellas profundizó en la relación de sus obras con circunstancias familiares y traumas infantiles.

FOTOGRAFIAR DEL NATURAL. CARTIER-BRESSON

No soy economista ni fotógrafo de monumentos y más bien poco periodista. Lo que busco, en todas partes, es estar atento a la vida.

Hace casi una década, la editorial Gustavo Gili recopiló en Fotografiar del natural una quincena de textos escritos por Henri Cartier-Bresson, cofundador de la agencia Magnum y valedor del concepto de instante decisivo, entre las décadas de los cincuenta y los noventa.

Conviene recordar que, además de fotógrafo fundamental, fue teórico del medio y reflexionó en sus escritos sobre cuestiones tanto técnicas como conceptuales, además de explayarse en relación a anécdotas e historias sobre su propia carrera y a su amistad con figuras como André Breton, Robert Capa o Alberto Giacometti. También encontraremos en este volumen relatos de los viajes que llevó a cabo para cumplir con sus encargos.

Henri Cartier-Bresson. Multitud esperando delante de un banco para sacar el oro durante los últimos días de Kuomintang, Shanghái, China, diciembre 1948. Colección Fundación Henri Cartier-Bresson, París © Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson
Henri Cartier-Bresson. Multitud esperando delante de un banco para sacar el oro durante los últimos días de Kuomintang, Shanghái, China, diciembre 1948. Colección Fundación Henri Cartier-Bresson, París © Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson

DUANE MICHALS
Esta fotografía es mi prueba. Existió esa tarde, cuando las cosas todavía estaban bien entre nosotros, en que ella me abrazó, y estábamos muy felices. Sucedió, ella me amaba. ¡Mira, compruébalo por ti mismo!

Muchos de los conocedores de la fotografía de Duane Michals sabéis que esta tiene un tinte literario, que en cada una de sus imágenes, o en el conjunto, subyace un relato, de ahí que elaborara incluso secuencias narrativas. En muchos de sus trabajos, además, dejó trazos manuscritos, que les aportan un cariz doméstico fundiéndose con lo representado, y también probatorio.

El fotógrafo estadounidense escribió junto a Renaud Camus un ensayo donde reflexionaba sobre el poder de la fotografía para gestar identidades y relatos, e incluso sobre su valor terapéutico. El volumen contiene, además, series de imágenes que completan sus reflexiones sobre asuntos constantemente presentes en su producción y en la historia del arte: el paso del tiempo, la vida y la muerte, las distancias entre realidad y representación, el doble… Lo editó Thames & Hudson.

 

LO VISIBLE ES UN METAL INESVITABLE. EVA LOOTZ
Ser artista, en mi caso, es vivir la vulnerabilidad con todas las consecuencias. Es un abrirse radical a las cosas y a los otros.

Eva Lootz, que exhibía (hasta la crisis del coronavirus) sus proyectos en el Museo Patio Herreriano y en el Nacional de Escultura de Valladolid, ha explicado en múltiples ocasiones las bases de su trabajo en publicaciones, catálogos, talleres y conferencias en los que se ha referido a la distancia entre lo que se nombra y lo que se muestra, entre el lenguaje y el objeto, y a los nexos entre artes plásticas, música, poesía y cine.

Los reunió en 2007 Ardora Ediciones, en Lo visible es un metal inestable, un volumen en el que lo autobiográfico se conjuga con sus inquietudes teóricas sobre la creación. La incertidumbre es lo único seguro, subraya.

 

 

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