Las pinturas imposibles de Jiří Dokoupil

Uno de los colectivos artísticos alemanes que en los ochenta defendió el neoexpresionismo pictórico fue Mülheimer Freiheit y su fundador no fue otro que Jiří Georg Dokoupil, artista checo nacionalizado alemán, autor prolífico de obras difíciles de encajar en estilos definidos.

Amante de la experimentación técnica y de las fusiones de estilos, ha llegado a emplear en su pintura leche materna, pompas de jabón y a investigar métodos tan radicales como el pirograbado o la pintura al humo. En ese sentido, su mentor fue Sigmar Polke, que propugnaba la “negación del estilo” al considerar que las clasificaciones no dejaban espacio a la creatividad. Dokoupil también es autor de fotografías y esculturas.

Al formarse en Bellas Artes en Bellas Artes en Colonia, Frankfurt y Nueva York, fue alumno de Kosuth y Hans Haacke y tuvo un lugar destacado en el debate sobre la creación posmoderna en Alemania. También ha desempeñado una labor docente: fue profesor en academias de Dusseldorf y ha dirigido un Taller de Arte Actual en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Quizá 1985 fue su gran año: se fijó en su producción el galerista con mayúsculas, Leo Castelli, que le brindó una exposición en su sala de Nueva York, elevando así, y mucho, la cotización de su obra, y atrayendo la atención de los coleccionistas más influyentes.

Seguir el ritmo del checo es complicado: cada una de sus propuestas y de sus exposiciones parece negar la anterior. Entre los escasos nexos en común del conjunto de su obra podríamos citar su tendencia a la exaltación de lo sensual, el rechazo del arte cuadriculado o cerebral y su ya mencionada libertad técnica, sello del autor. Se ha servido de recursos de la figuración, la abstracción, el arte conceptual, el Pop o el realismo fotográfico para, desde su hondo conocimiento de la historia del arte, utilizar la provocación para obligar al espectador a fijarse en sus trabajos y seducirlo mediante el color y la volubilidad de las formas.

Hasta el próximo 25 de abril, la Galería Juana de Aizpuru presenta sus “Pinturas imposibles”: obras dominadas por formas burbujeantes, alargadas y retorcidas en tonos amarillos, verdes chillones, rojos anaranjados y grises azulados que rinden homenaje al Manierismo y a El Greco.

Están elaboradas en acrílico y tinta sobre tela y Dokoupil las ha llevado a cabo en los últimos años entre Madrid y Berlín. En palabras de Luis Francisco Pérez, estas pinturas defienden la autonomía ‘abstracta’ de la obra de arte, recurriendo a la ironía por igual trágica y festiva, y a la memoria rescatada e impugnadora de una tradición universal.

El artista ya es un viejo conocido en nuestro país: ha protagonizado exposiciones en la Fundación La Caixa, el Palacio de Velázquez y el CAAM canario, en 1988 y en 2000 y 2003, respectivamente.