Nuestros fieles conocéis bien a Keke Vilabelda, artista de ya extenso currículum que ha enfocado su obra hacia el estudio del paisaje urbano. Se ha dedicado sobre todo a la pintura y la fotografía, pero buena parte de sus piezas remiten a la escultura al ser expuestas, y también a la gráfica industrial, porque utiliza frecuentemente el frottage y el grattage.
El próximo 12 de septiembre, el valenciano presenta su primera exposición individual en la Kir Royal Gallery madrileña: “Estratos y sedimentos”, su personal revisión de la esencia heterogénea de las ciudades y un paseo por sus enigmas a través de trabajos en los que se ha servido de materiales de carácter industrial.
La calle siempre ha sido el escenario natural del trabajo de Keke: registra huellas y se fija en fragmentos que captura para romper con su carácter efímero, aprehender el tiempo. Atraen sobre todo a este artista las huellas de los días y del uso: las grietas y manchas, los accidentes, el desgaste que erosiona y que es prueba de vida, de que es quien la habita el que da a la arquitectura su sentido último.
Nos enseña Keke que en las cartografías cabe la originalidad y que son infinitas las formas de mirar y entender las aceras
Rechaza contemplar las ciudades como un todo, y nos traslada de ellas una visión dominada por el fragmento y la fisura: singulariza esos retazos –pese a que podríamos encontrarlos en todas partes, con cierto sentido poético– y los enlaza con aquellos con los que trabajó con anterioridad, moviéndose entre la investigación presente y la memoria. No interesa su ubicación concreta, sino la vida que palpita en ellos.
Esos pliegues, roces y desgastes, junto a la variedad de sus materiales (cemento, siliconas, limpiaparabrisas) son los responsables de que su producción no nos resulte redundante aunque mantenga su temática con el paso de los años: nos enseña Keke que en las cartografías cabe la originalidad y que son infinitas las formas de mirar y entender las aceras.
Trabaja, como recuerda David Barro para un texto de la exposición, con capas –físicas y conceptuales–, con superficies siempre que roza, frota, sobre las que desliza metacrilatos en procesos en los que no recompone desde la literalidad sus visiones urbanas, sino que las personaliza en obras que debemos entender en conjunto. Retomando a Barro, la idea del cuadro dentro del cuadro es aquí pertinente en tanto que se trata de una serie de pinturas que nacen a partir de otras pinturas o sobre ellas, como una serie solapa a la anterior. Esa idea tiene mucho que ver con lo arquitectónico, con los templos que se van construyendo sobre capas, arquitectura sobre arquitectura, conformadas a modo de veladuras, como en la piel de la pintura. Es por tanto una pintura de contradicciones, mineralizada en el grosor de la duración.
Los trabajos expuestos en el interior de la galería se completan con una instalación site-specific: una de las puertas de la Kir Royal se ha tapiado con dos piezas en un acto performativo por el que colocó muros sobre muros, encadenando elementos que se transforman unos a otros, como ocurre en la sala.
Otra de las herramientas con las que Keke logra esa influencia entre piezas es el montaje: las cercanías o distancias entre ellas y la escala no solo inciden en nuestra percepción del espacio y de las obras, sino que crean contenido.
Keke Vilabelda. “Estratos y sedimentos”
c/ General Pardiñas, 52
Madrid
Del 12 de septiembre al 18 de octubre de 2017
