José Manuel Ciria y Gabriela Grech, lo nuevo en Tabacalera

Sendas muestras examinan los últimos quince años del pintor y las fotografías de Grech en Larache

Madrid,

Una de las grandes figuras de nuestra pintura desde hace cerca de treinta años, José Manuel Ciria, y una fotógrafa madrileña que no deja al margen su biografía al coger la cámara, Gabriela Grech, son los dos nombres por los que apuesta Promoción del Arte para finalizar su programación expositiva de 2014 en Tabacalera: ambas exposiciones estarán abiertas entre el 5 de diciembre y el 1 de febrero.

LAS PUARTES DE UASET

José Manuel Ciria. Las puertas de Uaset
José Manuel Ciria. Las puertas de Uaset

Comenzamos por Ciria, del que habitualmente se subrayan sus esfuerzos por aunar abstracción gestual y geométrica. Carlos Delgado Mayordomo ha comisariado “Las puertas de Uaset”, muestra cuyo título hace referencia al nombre antiguo de la ciudad que los griegos llamaron Tebas, cuyos restos hoy se encuentran bajo Luxor. Homero la bautizó como “la ciudad de las cien puertas”, un número que seguramente no sea del todo preciso pero que sí nos habla de las múltiples direcciones a las que se abría Uaset, y en el camino, de la urdimbre de ideas y conceptos que este artista, nacido en 1960 en Manchester de padres españoles, ha tratado de desarrollar en su producción.

A los ejes que dan unidad a esa obra en los últimos quince años se dedica esta exposición, que plantea un diálogo abierto entre los trabajos de Ciria y el espacio de Tabacalera y que comprende las series abstractas Máscaras de la Mirada, Sueños Construidos y Memoria Abstracta (que analizan las posibilidades de combinar compartimentación geométrica, técnicas de azar controlado, niveles pictórico y registros iconográficos) y la más reciente The London Boxes, que se abre parcialmente a la figuración y recoge investigaciones del pintor en torno al recurso de la repetición de módulos.

En estos trabajos últimos manchas y pinceladas se hacen más libres, dramáticos e intensos, sin llegar a contradecir el rigor constructivo de una geometría de fondo que Ciria no ha abandonado.

NOSTALGIA DE LARACHE

Por su parte, Gabriela Grech, que comenzó a fotografiar en 1993 trabajando en series autónomas que tienen en común sus referencias autobiográficas, presenta en Tabacalera imágenes tomadas en Marruecos, en la desembocadura del río Lukus, en torno al que desarrolla su actividad agrícola la ciudad de Larache, bajo protectorado español en la primera mitad del s XX.

Allí transcurrieron la infancia y la adolescencia de la artista: mi vida en Marruecos, que arranca unos años después de su independencia, rebosa de topónimos que resonaban mágicamente en mi imaginación: nombres como el Jardín de Las Hespérides, la playa de Ras R´mel, la Torre del Judío, la Ainjarcha, el colegio Yehudá Halevy o el Castillo de la Cigüeña enuncian y esbozan la sociedad mestiza en la que crecí. Este andamiaje cultural y religioso, que hoy se nos puede antojar ingenuamente quimérico, era tan cotidiano que ni siquiera nos lo cuestionábamos, porque constituía la esencia de nuestra idiosincrasia. Y a todos los que allí vivimos, Larache nos legó ese universo plural tan enriquecedor y estimulante que, sin duda, ha determinado mi mirada sobre el mundo que me ha tocado vivir y mi manera de relacionarme con él.

El proyecto fotográfico que Grech ha titulado Larache/Al-Araich. Entre la memoria y el presente le valió el Premio Creación Artística de la Comunidad de Madrid en 2008 y desprende tanto añoranza de su pasado personal y del de la ciudad como conciencia de la riqueza del patrimonio de Larache. Las imágenes de la artista hacen hincapié en el carácter intercultural de las relaciones sociales en la que fuera segunda población en importancia del Protectorado Español y trasladan al presente tiempos y rostros que no volverán, además de llamar la atención sobre la necesidad de preservar un patrimonio cultural intangible y muy rico en su pluralidad y un paisaje urbano en peligro.

La exhibición, compuesta por cuarenta y cuatro fotos, se estructura en cuatro secciones: la ciudad española, el paisaje humano, los cementerios y las nuevas barriadas. Fijaos en los retratos, de composición clásica, de los habitantes de Larache en toda su dignidad, en los contrastes entre el paisaje urbano de la ciudad del antes y del ahora, excusa para la creación de juegos visuales, y en el díptico de mosaicos elaborados a partir de lápidas de tumbas que nos hablan de la convivencia de credos y culturas. Comisaría la exhibición Silvia Oviaño.

 

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