Jennifer Steinkamp, naturaleza parece

Fundación Telefónica muestra cinco de sus videoinstalaciones

Madrid,

En un primer vistazo, podemos pensar que nos sumergimos en la recreación efectista de frondosos paraísos naturales, digital porque es lo más cerca que algunos los tendrán. No son esas las intenciones de la artista estadounidense Jennifer Steinkamp en sus videoinstalaciones: aquí la naturaleza es un macguffin para abordar otros asuntos (percepción, espacio, movimiento) y ella la convierte en animación con ese fin, sin ningún deseo de representarla desde el realismo fotográfico. Virtuosa de los procedimientos digitales, utiliza colores ácidos, sintetiza flores recortando con precisión sus siluetas y las hace girar e interactuar con el espacio donde se exhiben buscando restar fisicidad, desmaterializar ,su arquitectura. Sin movimiento, sin diálogo con el espacio y sin sus, también virtuosos, juegos de luz, estos trabajos quizá parecieran papeles pintados, pero esos factores marcan la diferencia y los convierten en vitales escenarios ilusorios dentro de uno real, el que pisamos.

El Espacio Fundación Telefónica abre hoy al público la muestra “Jennifer Steinkamp. Naturaleza digital”, que consta de cinco videoinstalaciones, todas ellas animaciones realizadas en el ordenador, procedimiento en el que Steinkamp viene trabajando con ellas desde fines de los ochenta, cuando exhibió en Los Ángeles Gender Specific (conoce, además, la animación de gráficos y de diseños psicodélicos en los que también ha introducIdo dinamismo).

Las cinco piezas presentan mundos vegetales artificiosos movidos, simulada y magistralmente, por el viento, y crean, por su gran formato, entornos aptos para la inmersión y el desplazamiento, nunca para la contemplación sin más. Incluso nuestras sombras forman parte de las obras y ellas se proyectan en nosotros.

En sus inicios, las animaciones de Steinkamp fueron abstractas y geométricas; el tránsito a lo vegetal se produjo tras Jimmy Carter (2002), su primera gran propuesta vegetal (figurativa) y el punto de partida de sus árboles y flores transformados en seres literal y explícitamente vivos gracias a la tecnología.

La videoinstalación más temprana expuesta en Telefónica es Dervish, de 2004, que se inspira en las danzas ensimismadas de los sacerdotes islámicos Mevlavi. Sus movimientos fueron el punto de partida de Steinkamp al diseñar los de ramas de árboles, por eso, en uno y otro caso, el efecto que provocan en el espectador es semejante: la hipnosis, un estado catártico en el que la trascendencia no la produce el abandono de lo sensorial sino, por el contrario, nuestra entrega a los sentidos.

Jennifer Steinkamp. Marie Curie, 2011
Jennifer Steinkamp. Marie Curie, 2011

De 2011 data Marie Curie, concebida como un homenaje a la científica, que además de la radioactividad amaba la botánica. Las flores que aquí vemos son fruto de la renderización informática de originales reales de más de cuarenta especies, pero el título de la obra transmite significados más allá del tributo: recuerda los efectos que la energía atómica puede causar en el medio natural.

En 2013 creó Bouquet y Garlands, las recreaciones de dos conversiones vegetales: en la primera, un frágil ramo de flores se transforma en un bosque inquietante y que respira; la escala ocasiona esa metamorfosis; en la segunda, flores de uso medicinal dan lugar a un tejido de guirnaldas.

Jennifer Steinkamp. Bouquet, 2013
Jennifer Steinkamp. Bouquet, 2013

 

Jennifer Steinkamp. Garlands, 2013
Jennifer Steinkamp. Garlands, 2013

La última videoinstalación, Ovaries, realizada el año pasado, presenta frutas flotando en el espacio y madurando a medida que nadan atrapadas en él. No es su último proyecto: el más reciente es Winter Fountains, relativo a la electricidad y a los hallazgos de Benjamin Flanklin (lo creó para celebrar el aniversario del parque que lleva su nombre en Philadelphia).

Aunque sus animaciones se proyecten en bucle, habitualmente su acompañamiento musical (ha colaborado en este sentido con Jimmy Johnson o Bryan Brown) les concede una dimensión temporal. La sensación de conjunto -y resulta paradójico pensar que la animación digital nos recuerde a Heráclito- es que formamos parte de un mundo en continua evolución, movimiento perpetuo.

Algunas de estas piezas las creó para responder a distintos encargos: Madame Curie para el Museum of Contemporary Art de San Diego, Bouquet para el consulado americano en Guangzhou y Ovaries para la University of Southern California, en relación con sus investigaciones sobre células madre y medicina regenerativa.

 

“Jennifer Steinkamp. Naturaleza digital”

ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA

c/ Fuencarral, 3

Madrid

Del 23 de febrero al 22 de abril de 2018

 

 

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