¿Se puede hacer una exposición de arte sin obras de arte? “Intangibles”, la muestra que acaba de abrir sus puertas en el Espacio Fundación Telefónica, nos lanza esta pregunta y espera que seamos nosotros, los espectadores, los que podamos darle respuesta después de recorrerla y experimentarla a través de los diferentes dispositivos tecnológicos y digitales presentes en la sala. La respuesta será que sí, o que no, según a quién preguntemos, pero la realidad es que las cosas no son o blanco o negro y, como en las paletas de color –ya sean reales o virtuales–, existen los matices.
Nueve instalaciones diseñadas con las últimas tecnologías como VR, fotogrametría, videomapping, 3D, tecnología de análisis de la imagen o el pintado digital han servido para ofrecer una visión diferente de la Colección Telefónica y mostrarla como nunca antes se habían planteado hacerlo. De esta forma, nueve de sus obras más emblemáticas se presentan ante el visitante mediante distintas propuestas digitales producidas ex profeso para cada una de ellas, planteando una reflexión sobre cómo la revolución digital está cambiando la forma de acercarse al arte. Adentrarse en un cuadro de Paul Delvaux o en una escultura de Chillida; interactuar con una pintura de Juan Gris; o emular con un pincel digital el movimiento automático de Roberto Matta, son algunas de las propuestas.
La muestra, además, conecta en torno a estas obras de la Colección al público de ocho ciudades, en las que de manera simultánea se pueden compartir sensaciones. Junto a Madrid, participan de este proyecto en tiempo real Ciudad de México, Lima, Bogotá, Quito, Mar del Plata, Santiago de Chile y Montevideo.
Laura Férnandez, comisaria de la muestra, no duda en calificar la propuesta de experimental y arriesgada y es consciente de que tendrá tantos defensores como detractores. La clave está en no querer comparar la experiencia que te proporciona la contemplación de la obra de arte con la que te ofrece este nuevo sistema de exhibición. Desde un punto de vista estricto, esto no es una exposición de arte, es una exposición sobre arte, o aún mejor, sobre exposiciones de arte y sobre la forma en la que la tecnología puede actuar como vehículo para hacernos entender mejor las piezas originales, e incluso, en algunos casos, llegar a saber lo que pensaban o cómo trabajaban los autores. Nada sustituye la experiencia de tocar el alabastro, pero gracias a las nuevas tecnologías podemos entender mejor sus propiedades. De la misma manera, estas nos permiten comprender, desde la propia experiencia, el funcionamiento de una composición cubista; o podemos llegar a formar parte de una obra de arte universal a partir del conocimiento de la obra de un artista que también lo es, como en el caso de Torres García y su iconos visuales.
De lo que no cabe duda es de que este es un proyecto novedoso, que tiene su mayor atractivo en el camino que se abre hacia una nueva dimensión en la concepción de las exposiciones. Como señala Daniel Canogar, asesor de la muestra, nos hace pensar en “cómo el espacio virtual hace replantearse el concepto de exposición dentro del paradigma digital”. También es genuina la manera en la que ha sido desarrollada, a partir de un proceso participativo de cocreación e intercambio de ideas entre personas de distintos perfiles, especialistas en diferentes áreas, así como en el hecho de situar al público en el centro de la exposición.
Las obras de la Colección que no veremos pero sobre las que se articula la muestra son: L’Appel (1944), de Paul Delvaux; La Belle Société (1965-66), de René Magritte; Homenaje a la mar III (1984), de Chillida; Assemblage i graffiti (1972), de Tàpies; La guitare sur la table (1913), La fenêtre aux collines (1923) y La Chanteuse (1926), de Juan Gris; Nature morte cubiste (1917), de María Blanchard; Constructivo en blanco y negro “TBA” (1933), de Torres García; Psychological Morphology (1938), de Roberto Matta y la que mejor responde a esa idea de exposición sin obras: un autorretrato de Picasso que ni siquiera se muestra en fotografía y es descrita a partir de un audio, y sobre la que después podemos intentar hacer nuestra propia reproducción en una pantalla táctil colocada a modo de lienzo sobre un caballete.
“Intangibles. Una exposición digital de la Colección Telefónica”
C/ Fuencarral, 3
Madrid
Del 11 de octubre de 2019 al 23 de febrero de 2020
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