Humor absurdo: una constelación artística

El CA2M relaciona disparate y creación en España en los siglos XX y XXI

Móstoles,

Una de las exposiciones más originales de este año, por lo inédito de su enfoque, está a punto de inaugurarse en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles. Desde el 31 de enero podremos contemplar allí “Humor absurdo: una constelación del disparate en España”, exhibición comisariada por Mery Cuesta en la que, partiendo de los Disparates goyescos, podremos adentrarnos en la presencia de la ironía en la creación española (no solo plástica) en el siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI. Las propuestas se inician con el inevitable Gómez de la Serna y la mayoría de ellas tienen en común el basarse en el nonsense y en el collage como procedimiento.

La muestra, sin embargo, no se articulará cronológicamente sino en ámbitos temáticos dedicados al disparate en España, las vanguardias y el humor, el costumbrismo absurdo, los dislates y disloques, el humor surrealista, la vida doméstica, el individuo frente al sistema, la muerte y el más allá, y son más de cien los autores representados. No solo encontraremos a artistas, también a humoristas, que en algún caso han hecho igualmente incursiones en lo plástico: desde Gutiérrez Solana a Joaquín Reyes pasando por Faemino y Cansado, Miguel Noguera, Amparo Segarra, Millán Salcedo (Martes y Trece), Miguel Brieva, Flavita Banana, Manuel Summers, Mª Dolores de la Fe, Cifré o Hidrogenesse.

Los trabajos humorísticos, sean fundamentalmente plásticos o audiovisuales, que ha reunido el CA2M se caracterizan por su tono lúdico pero también por su vinculación a asuntos de actualidad y ante todo reivindican ese ingenio que conduce a la risa como antídoto contra el odio, como refugio de felicidad tranquila y como actitud vital: tiene todo el sentido su sinsentido y la ruptura de la lógica, veremos, puede resultar necesaria.

José Gutiérrez Solana. La tertulia del Café Pombo, 1920. Museo Reina Sofía
José Gutiérrez Solana. La tertulia del Café Pombo, 1920. Museo Reina Sofía
Millán Salcedo. Alienígenas, años 2000. Colección del artista
Millán Salcedo. Alienígenas, años 2000. Colección del artista

El recorrido de la exposición nos recordará que el humor absurdo nació como novedad en la etapa de las vanguardias, hacia los años veinte del siglo pasado, y que a sus artífices les sirvió para luchar contra convenciones sociales y códigos de comportamiento que a tantos constreñían. El procedimiento principal de la mayoría de sus materializaciones creativas ha sido el corte y la interrupción, fuera gramatical, argumental y semántica (de ahí que el collage fuera un destacado medio de expresión) y, aunque puedan partir de hechos o contextos concretos, estas obras proponen una forma de mirar el mundo, y a sus individuos, que va mucho más allá de lo anecdótico y temporal. Con el tiempo, como era de esperar, aquel humor absurdo vanguardista no se mantuvo puro, sino que se vio “contaminado” por  la parodia, el humor negro o el slapstick.

Es interesante subrayar que esta exposición no incluye retazos de humor casual y no premeditado, sino únicamente prácticas deliberadas, sean filmes, cómics, fragmentos de programas televisivos, ilustraciones, artes visuales, cortes de radio, performances y, cómo no, piezas halladas en la red que Cuesta ha seleccionado junto a cinco asesores: Joaquín Reyes (humor), Gloria G. Durán (vanguardias), Luis E. Parés (cine), Desirée de Fez (internet) y Gerardo Vilches (Cómic).

Francisco de Goya y José Gutiérrez Solana se presentarán en la exhibición como introductores en la cultura española de representaciones que cristalizarían la noción de disparate gracias a su subversión de la lógica y a su peculiar tratamiento de lo popular y la imagen carnavalesca. Ya en los años veinte y treinta, y sobre todo en los cafés, se consolidaría un nuevo tipo de humor que tuvo al mencionado Gómez de la Serna como adalid y que sería bautizado como humorismo, por su relación evidente con el dadaísmo y el futurismo. Lúdica y cosmopolita, y ya generadora de collages, esta corriente caminó entre lo literario y lo performativo y sería objeto de mofas por parte de un público general que no alcanzaba a entenderlo. Del humorismo beberían K-Hito, Equipo Crónica, las revistas Gutiérrez y La Codorniz, Enrique Herreros, Cifré, Amparo Segarra o Las Bistecs.

Paulatinamente, este nuevo humor se enfrentó a una aparente contradicción: deshacía tradiciones y costumbrismos, pero también reivindicaba algunos de sus aspectos, como las verbenas castizas, las ferias, la vida rural o las tabernas. Se llevaron al extremo la figura del paleto o ciertos episodios de la historia de España; lo veremos en el cine de José Luis Cuerda y también en trabajos de Gila, Forges, Miguel Noguera, Mª Dolores de la Fe, Pepe Rubianes o Carles Congost.

Chumy Chúmez para Hermano Lobo © Chumy Chumez, VEGAP, Madrid, 2019. Cortesía de Hermano Lobo Digital
Chumy Chúmez para Hermano Lobo. © Chumy Chumez, VEGAP, Madrid, 2019. Cortesía de Hermano Lobo Digital

La sección Dislates y disloques remite al origen de casi toda manifestación de humor absurdo: la ruptura del orden, la interrupción de la lógica, sea en un relato narrativo, en la misma sintaxis o subvirtiendo códigos estéticos. Dislocando sentidos y manejando metalenguajes crearon y crean Tono y Miguel Mihura, Jardiel Poncela, Chiquito de la Calzada, Cassen, Calpurnio, Gomaespuma o el locutor Juan Carlos Ortega.

En cuanto al humor surrealista, muy enraizado en nuestro país, hay que decir que es aquel que conecta la risa con los sueños y la ironía con el inconsciente y el psicoanálisis. Lo han cultivado Dalí, OPS, Fernando Krahn, Nuria Pompeia, Gloria Fuertes, Carlo Padial o Faemino y Cansado.

Decíamos que ese humor es, ante todo, una actitud ante el día a día, por eso el hogar y la familia, lo cotidiano, suelen ser sus espacios más adecuados. A partir de esa esfera de lo diario han trabajado, una y otra vez, Millán Salcedo, Venga Monjas, Tip y Coll, Pedro Reyes, Bestué y Vives, Rocío Quillahuaman o Paloma Blanco. Pero si hay un germen adecuado para el desarrollo de la cultura del absurdo ese es el propio individuo cuando se contempla desde fuera; lo han sabido bien Cesc, Miguel Brieva, Vázquez, Joan Brossa, Mingote, Ana García Pineda o Patricia Gadea.

La muestra se cierra analizando la ironía negra construida a partir de la muerte y su visión barroca y costumbrista española, en la que aquella no se concibe en abstracto sino como parte de la vida (Summers, Chumy Chúmez, Luis Carandell, Paco Alcázar, Hermano Lobo o Flavita Banana están representados en esta sección) y explorando la larga tradición humorística relacionada con fantasmas y extraterrestres (en las figuras de Wenceslao Fernández Flórez, Muchachada Nui, José y Francisco López Rubio, Edgar Neville, Eugenio o Hidrogenesse).

 

“Humor absurdo: una constelación del disparate en España”

CA2M. CENTRO DE ARTE DOS DE MAYO

Avenida Constitución, 23

Móstoles

Del 31 de enero al 28 de junio de 2020

 

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