Helmut Newton. Autobiografía

“Aquí doy por terminada mi historia, porque hablar de los éxitos propios, grandes o pequeños, carece sencillamente de interés para el lector. De lo que trata este libro es de cómo llegar allí.”

Con esta cita es como termina la autobiografía de Helmut Newton. Efectivamente el relato arranca en su niñez en el Berlín de 1920 y finaliza al poco de ser reconocido internacionalmente como fotógrafo, a caballo entre Nueva York y París, pocos años después de la publicación de su primer libro White Women (1976), a principios de los 80 cuando decide cambiar su residencia de la capital francesa a Montecarlo. De ese modo, esta autobiografía es la historia de cómo se gestó una figura que hoy ocupa un papel privilegiado dentro de la historia de la imagen del siglo XX, una vida inserta en los extremos, anecdotario de errores cometidos en el aprendizaje –fotografías mal hechas, películas veladas-, primeros fracasos y desavenencias con editores y directores artísticos de las revistas de moda más punteras, idas y venidas desde Berlín y su exilio tras el alzamiento nazi a Singapur, de ahí a Melburne, Londres, París, Nueva York.

Desde las primeras páginas hasta las últimas queda patente su obsesión por los coches, las mujeres y la fotografía y el ahínco con el que persiguió todo ello. Una verdadera fijación por hacerse un fotógrafo famoso a través de un lenguaje nuevo íntegramente ligado a su culto al desnudo femenino. En el recorrido se describe con un estilo tan ágil como detallista, su infancia en una familia judía acomodada, en donde el gusto por la buena vida y el lujo perfilaron desde sus primeros años su carácter vividor, tempranamente tan fascinado por la belleza de las criadas prusianas y de las elegantes mujeres de los balnearios veraniegos y los clubes de la alta sociedad, como por la seductora imagen de la prostitución encarnada en Rote Erna, prostituta de látigo y botas altas de cuero de los suburbios de la capital alemana que vio por primera vez siendo niño.

Como anexo, la publicación incluye breves comentarios y reflexiones de Newton sobre algunos de sus trabajos. Humor y autocrítica –presente en toda la autobiografía- para hacer hincapié en su tenaz deseo: conseguir aquello que buscaba.