La producción pictórica de Frank Bauer, que se formó junto a Gerhard Richter en la Academia de Arte de Düsseldorf, guarda estrecha relación con su interés por la fotografía: se vale de un proyector llamado episcope para transferir imágenes a sus lienzos y situarse en la estela de aquellos artistas que emplearon la cámara oscura en su trabajo (entre ellos se encontraron Vermeer, Caravaggio, Canaletto o Reynolds). No es que se sirva de fotos como inspiración en sus telas, sino que ellas mismas son el objeto de su obra.
El propio autor alemán las toma y ha utilizado a lo largo de los años cámaras diversas, desde teléfonos móviles hasta aparatos con rollos de alta calidad, pero la mayoría las ha realizado con una cámara de obturación de plano focal, la Nikon Fe2. No pretende captar instantes decisivos ni obtener perfección formal, sino que le atrae lo borroso y descuidado, los motivos sobreexpuestos o subexpuestos que desafían sus habilidades técnicas. Su primera naturaleza muerta, que supuso un punto de inflexión en su carrera, la dedicó a su propia mesa de desayuno, un asunto al que ha regresado en repetidas ocasiones: lo ha examinado en doce pinturas notables de pequeño formato.
Hasta el próximo 10 de junio, la sala marbellí Reiners Contemporary Art exhibe ocho de sus lienzos recientes, estos de gran tamaño, de nuevo hiperrealistas e inspirados en momentos cotidianos de la vida de la mayoría; cobijan estos trabajos la paradoja por presentar temas habituales, del todo informales, en soportes y formatos hasta hace unas décadas asignados a lo solemne o histórico; también por conjugar la presentación de esos instantes sin trascendencia aparente (como delatan los no raros gestos de indiferencia de sus protagonistas) con una evidente precisión técnica en su reproducción .
Veremos algunas naturalezas muertas cuyo tema no será ya una mesa puesta, sino los restos del naufragio o de la batalla: lo que, accidentalmente, queda en ella tras finalizar la comida, así como composiciones ejecutadas bajo la influencia de las tonalidades y ordenaciones pictóricas de Giorgio Morandi o los escenarios plenos de nostalgia de Hopper. No resulta tampoco difícil hallar aquí referencias a Durero, Cranach, Manet, Alex Katz, Balthus o Agnes Martin.
Frank Bauer. “La serenidad de las cosas”
C.Comercial Camoján Corner
Local 9
Marbella
Del 14 de abril al 10 de junio de 2022
