Fotografía pública: las imágenes de los sesenta que nos explican

CentroCentro repasa la evolución de la disciplina y su difusión en aquella década

Madrid,

Para algunos, la década de los sesenta no comenzó un 1 de enero, sino en noviembre de 1960, cuando la firma Penguin fue absuelta por publicar El amante de Lady Chatterley (relato de erotismo y adulterio que vendió tres millones de ejemplares), o incluso en ese mismo mes de 1963, cuando Kennedy fue asesinado en Dallas: era seguramente el primer presidente estadounidense joven, fotogénico y consciente del poder de la imagen, razón por la que su esposa Jackie se dejaría fotografiar con su traje manchado de sangre (ese poder lo refrendaría, seis años después, la llegada del hombre a la luna y sus pisadas). Aquella fue, en cualquier caso, una etapa de cambios profundos que tuvieron que ver con el auge de la cultura mediática y masificada y el imperio de lo visual: no fue casual que las editoriales publicaran numerosísimos libros ilustrados y también algunos fotolibros que hoy consideramos obras maestras.

Hace algo más de veinte años, la muestra “Fotografía pública/ Photography in Print 1919-1939”, que pudo verse en el Museo Reina Sofía, el de Bellas Artes de Bilbao y el Centro Cultural La Rioja, puso de relieve que los avances técnicos de la industria editorial permitieron en ese tiempo la difusión de imágenes en medios que posibilitaban su divulgación masiva (anuarios, los propios fotolibros, periódicos, carteles o anuncios); este verano, “Fotografía pública: los años sesenta”, una exposición organizada y producida por CentroCentro e incluida en la programación de PHotoESPAÑA, incide en cómo la fotografía fue entonces reflejo y testimonio de transformaciones que explican nuestros modos de vida hoy: cambios en la esfera familiar, la revolución juvenil, la emancipación de la mujer, los derechos de las minorías…

Nada personal. Fotografía: Richard Avedon. Texto: James Baldwin. Diseño: Marvin Israel. Barcelona, Lumen, 1964
Nada personal. Fotografía: Richard Avedon. Texto: James Baldwin. Diseño: Marvin Israel. Barcelona, Lumen, 1964

Los sesenta fueron un periodo dorado, seguramente el último, para la foto pública, y bajo el comisariado de Horacio Fernández esta exhibición lo rastrea en diversas secciones temáticas. La primera se centra en la fotografía callejera, en una etapa en que en las calles no solo se trabajaba: familias (amplias, y a menudo de tres generaciones) aún salían a ellas a divertirse, convirtiéndolas en el escenario de su vitalidad; reflejaban, además, idiosincrasias propias cuando la expansión turística era mucho menor. Veremos, en este capítulo, fotolibros de Evelyn Hofer, William Klein, Francisco Ontañón, Paco Gómez, Masats o Giulia Pirelli y ensayos fotográficos de René Burri, Robert Davidson o Sergio Larraín.

Muchos fotógrafos activos en los sesenta comenzaron a atender también a los olvidados, los ajenos a un consumismo que comenzaba a generalizarse; en este sentido se destaca la labor de la publicación brasileña Realidade (con imágenes de Claudia Andújar y George Love), de la británica The Sunday Times Magazine y el fotolibro de Caio Garrubbo, financiado por el Vaticano, Lazzaro alla tua porta. Trajeron igualmente, los sesenta, movimientos geopolíticos: descolonizaciones pendientes, la construcción del muro de Berlín y el recrudecimiento de la Guerra Fría, la esclavitud en Sudáfrica, la revolución cubana, el asesinato de figuras icónicas como el mencionado Kennedy, Luther King o el Che y guerras como la de Vietnam: en su percepción en Estados Unidos jugarían un rol esencial las fotos publicadas en las revistas.

También en el posicionamiento de los jóvenes, aquellos crecidos tras la II Guerra Mundial, participantes los urbanos (y a menudo privilegiados) en diversas rebeliones generacionales que anticiparon nuestra actual concepción de la libertad. De su mano salieron los primeros fanzines y happenings y editaron fotolibros y revistas donde captaron una nueva cultura (en Gran Bretaña asociada a los Beatles o al Swinging London); de Ámsterdam partiría una vuelta al mundo fotográfica que recogió algunos de esos cambios sociales, de Sudáfrica a México, de Estados Unidos a Japón.

Fomentó esos cambios la industria musical, que no solo introdujo tocadiscos en la mayoría de las casas, también impulsó estilos de vida acordes con la modernidad. Como las melodías entran, además, por la vista, tenemos que hablar de carátulas: a través de ellas, fotógrafos de rock, directores de arte, productores y genios del diseño gráfico fabricaron ídolos y crearon estéticas. Veremos en Cibeles las de los discos de los Beatles, Bob Dylan o los Rolling Stones (a cargo de Robert Freeman, Daniel Kramer y David Bailey) y otras de Richard Avedon, Joel Brodsky, Henry Diltz, William S. Harvey o Warhol, presente por partida doble en CentroCentro: nos espera también en la exposición “The Pop Art Culture“.

Caetano Veloso. Philips Brasil, 1968. Diseño: Rogerio Duarte. Fotografía: David Drew Zingg
Caetano Veloso. Philips Brasil, 1968. Diseño: Rogerio Duarte. Fotografía: David Drew Zingg

California e Hiroshima cuentan, asimismo, con secciones propias. La primera, de la mano del movimiento Beat, que aunó literatura, música (y una actividad sexual a contracorriente), además de favorecer la tendencia del Do It Yourself en diversas actividades culturales: en Estados Unidos crecieron las publicaciones en las que se daba a la imagen tanto peso como al texto y se recogían formas de vida libres que tuvieron su nido primero en torno a San Francisco. Primaba la acción (lo hippie, el consumo de sustancias, las asambleas universitarias), pero sus aportaciones reflexivas darían pie a la contracultura.

En cuanto a Hiroshima, se suma a esta exhibición en cuanto que Japón, en los sesenta, era ya Occidente y Tadanori Yokoo, una figura occidental. Pintor, cineasta, cartelista, diseñador gráfico y fotógrafo, conjugó la tradición nipona con la cultura pop en trabajos que derrochaban vida, sexualidad, moda, coleccionismo y provocación. En los sesenta, los autores de este país se zambulleron en el tratamiento de asuntos antes casi prohibidos, como el de las bombas atómicas y sus consecuencias, o en la más cruda intimidad.

Cabeza de muñeca, excombatiente e introducción dedicada a un buzo. Diseño: Luis Acosta Moro. Barcelona, ediciones Marte, 1968
Cabeza de muñeca, excombatiente e introducción dedicada a un buzo. Diseño: Luis Acosta Moro. Barcelona, ediciones Marte, 1968

Otros escenarios geográficos atendidos en esta muestra son los de París y Praga, ambas ciudades testigos de revueltas contra distintos tipos de autoridad. La rebelión francesa, en el fondo, nos ha dejado más lemas que imágenes para recordar; la checa tuvo que ver con una defensa de autonomía y libertades básicas cuya vigencia prueba la guerra en Ucrania, y en ella trabajó Josef Koudelka, que nos legó trabajos que marcaron un antes y un después en la historia del periodismo gráfico.

“Fotografía pública: los años sesenta” también habla de mujeres y no solo de sus cuerpos omnipresentes, y objetos de deseo, sino de fotógrafas que articularon nuevos discursos y de protagonistas de imágenes en las que se trabaja, se estudia o se cultiva el activismo. Y de minorías, como la negra en Estados Unidos: la reclamación de derechos civiles y la violencia racista fue captada, a menudo, en un evidentemente metafórico blanco y negro.

Culmina la muestra subrayando el papel esencial de las páginas como soporte fotográfico desde la segunda mitad del siglo pasado, hasta el punto de que, muy a menudo, las fotos vendían libros. Aparecían en las portadas y en el interior, contribuyendo a las descripciones, colándose en las cubiertas de los volúmenes de bolsillo y generando fotonovelas, fotos literarias y fotopoesías.

A Matter of Colour. Documentary of the struggle for racial equality in the USA. Fotografía: Danny Lyon y otros. London Penguin Books, 1965
A Matter of Colour. Documentary of the struggle for racial equality in the USA. Fotografía: Danny Lyon y otros. London Penguin Books, 1965

 

 

 

“Fotografía pública. Los años 60”

CENTROCENTRO. PALACIO DE CIBELES

Plaza de Cibeles, 1

Madrid

Del 3 de junio al 2 de octubre de 2022

 

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