Fotografía de la distinción

El Museu del Disseny repasa un siglo de fotografía de moda

Barcelona,
Distinción. Un siglo de fotografía de moda
Oriol Maspons. Distinción. Un siglo de fotografía de moda

El Museu del Disseny barcelonés, inaugurado en diciembre del año pasado, cuenta con una extensa colección de fotografía de moda: 464 fotografías de diferentes formatos y de 38 autores que documentan un siglo del género, al fecharse entre 1903 y 1913.

Con el fin de dar a conocer estos fondos a su público y de subrayar la importancia de la fotografía como medio de difusión fundamental de las grandes creaciones de la moda en el último siglo, este centro abre hoy “Distinción. Un siglo de fotografía de moda”, una muestra compuesta por 160 de esas imágenes, obras que se publicaron en editoriales de publicaciones del sector o formaron parte de las campañas de comunicación de las firmas.

Los autores de las fotografías que componen tanto la exposición como la colección del Museu del Disseny son en su mayoría catalanes y muy representativos de la historia de la imagen de la moda en el s XX y en los primeros compases del XXI: Ramón Batlles, Camisans,  Compal, Josep Compté, Juan Gyenes, Hortolà, Jafer, Man, Antoni Ollé, Paul M. Pietzch, Josep Sala, Samuel Suñé, Adler & Fresneda, Pep Àvila, Antoni Bernad, Juana Biarnés, Alejandro Cabrera, Biel Capllonch, Ferran Casanova, Manel Esclusa, Maria Espeus, José Manuel Ferrater, Enric Galcerán, Sergi Jasanada, Virgili Jubero, Oriol Maspons, Esperanza Moya, Xevi Muntané, Manuel Outumuro, Leopoldo Pomés, Sergi Pons, Eugenio Recuenco, Daniel Riera, Carles Roig, César Segarra, Javier Vallhonrat y Txema Yeste.

Distinción. Un siglo de fotografía de moda
Pere Casas Abarca. Distinción. Un siglo de fotografía de moda

¿Por qué el título habla de distinción? El comisario del proyecto, Juan Naranjo, hace referencia a ese concepto a lo largo de la exposición en un doble sentido: refiriéndose a la elegancia que, hasta hace unas décadas, se consideraba intrínseca a la propia moda, y a la diferencia o la exclusividad como motor de funcionamiento del negocio de la indumentaria, un valor que también lo conecta con las artes plásticas.

Recorriendo la exposición veremos cómo Pere Casas Abarca fue uno de los escasos creadores modernistas que experimentaron con la fotografía en el ámbito de la publicidad, consolidando  un nuevo modelo de mujer que adoptaba una actitud moderna reflejada en su forma de vestir. Sus fotografías no fueron realizadas específicamente para anunciar moda, pero sí avanzan las futuras pautas de la fotografía en este campo, al mostrar atmósferas y estilos de vida que van más allá de la mera descripción de los vestidos. Sus imágenes están en consonancia con las que realizaron Gustav Klimt y Mariano Fortuny.

DE LA NUEVA VISIÓN AL IMPACTO EN REDES

La consolidación de la alta costura en la década de 1930 coincidió con la renovación del lenguaje visual que introdujeron revistas como D’Ací i D’Allà, Tricornio, Las cuatro estaciones, Imatges o Ford,  plataformas de difusión de la vida moderna, y firmas como Santa Eulalia, El Dique Flotante, Badía o La Innovación, que las eligieron para promocionar sus creaciones.

En este período dieron sus primeros pasos los miebros de la primera generación española de fotógrafos de moda (Josep Sala, Ramón Batlles, Compal, Samuel Suñé y Antoni Ollé Pinell…) que utilizaron los recursos estéticos de la llamada Nueva Visión, como descentramientos del eje de simetría, fragmentación, puntos de vista infrecuentes… Sus fotografías se emplearon para ilustrar artículos y como publicidad de los creadores de alta costura en esas revistas.

Entre las publicaciones de referencia entonces hay que citar Alta Costura, que se editó en Barcelona entre 1943 y 1969 y fue la primera revista en visibilizar la fotografía de moda en España.

En aquella década de 1940, en plena posguerra, se proyectó la imagen de una mujer con carácter, seductora y enigmática que recordaba la de las famosas estrellas del cine. Los interiores y la iluminación de las imágenes de entonces creaban una atmósfera dramática e intensa alejada de lo cotidiano. Y entre finales de aquella década y la de los cincuenta, editoriales y fotógrafos de moda optaron por exteriores urbanos a la hora de proyectar la imagen de una mujer más terrenal, moderna, y elegante, con el New Look de Christian Dior como referente.

Distinción. Un siglo de fotografía de moda
Bèla Adler & Salvador Fresneda. Distinción. Un siglo de fotografía de moda

Ya en los sesenta, el nacimiento de movimientos artísticos como el pop y colectivos como los mods o los hippies cambió por completo la concepción de la moda, y también su fotografía. Comenzaron a introducirse temas relacionados con la danza y las modelos eran fotografiadas con posturas y gestos semejantes a los de los bailarines. Se recuperó también la estética de la fotografía instantánea, que mostraba el movimiento plasmado por algunos fotógrafos en los treinta y los cuarenta.

Al margen de la evolución de la imagen de moda, la exposición deja claro que, a pesar de su automatismo, la fotografía es un medio idóneo para subvertir la realidad, una realidad que en la fotografía publicitaria es siempre intervenida. Los fotógrafos parten de la escenificación para trasladarnos a una realidad amplificada capaz de seducir y de generar sensaciones.

El retrato siempre ha sido una de las prácticas fotográficas con mayor visibilidad en las revistas de moda, y a día de hoy una de las más capaces de lograr impacto en las redes sociales. Su concepción se ha ido modificando, y sobre todo desde los sesenta se empezó a jugar, dentro de este género, con conceptos como los de identidad y la diferencia, con el fin de relacionar sus creaciones con las nuevas corrientes de pensamiento.

Más allá de los rostros hay que hablar del paisaje y, durante gran parte del siglo xx, Nueva York ha formado parte del imaginario colectivo como el paisaje urbano por excelencia. Sin embargo, la creciente preocupación por la ecología ha suscitado que los fotógrafos de moda y de publicidad recurran a espacios naturales sin humanizar y atemporales: lugares vacíos, ambiguos y susceptibles de ser dotados, por ello, de múltiples contenidos.

Si queréis completar vuestros conocimientos sobre la evolución de la fotografía de moda, podéis además asistir a algunas de las actividades que acompañan la exposición. Podéis consultarlas aquí.

Distinción. Un siglo de fotografía de moda

 

 

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