El pasado 3 de febrero abrió sus puertas en La Casa Encendida “Generación 2017”, la muestra que expone los proyectos de los diez artistas galardonados en la decimoséptima edición de la convocatoria de la Fundación Montemadrid, seleccionados por un jurado formado por Tolo Cañellas, Maribel López y Laurence Sillars.
Los seleccionados han sido Rosana Antolí, Fito Conesa, David Crespo, June Crespo, Diego Delas, Carlos Fernández-Pello, Marian Garrido, Blanca Gracia, Rubén Grilo y Lorenzo Sandoval y sus proyectos tienen en común una cierta voluntad o tendencia al escapismo: a las alusiones a otros mundos a través de la ciencia, la magia, el juego (como concepto opuesto a la cultura institucionalizada) o la propia creación.
Como viene siendo habitual en cada edición de Generaciones, entre las obras expuestas encontramos desde instalaciones escultóricas a vídeos pasando por fotografías, dibujos y performances.
Rosana Antolí, una de las elegidas con más sólida trayectoria a sus espaldas, muestra en La Casa Encendida la instalación F=P.e/I, una propuesta en la que deja la palabra a un lado para proponer un acercamiento a la noción de lo absurdo dando primacía al humor, al gesto y al cuerpo. Esta creadora encuentra magia en lo que no parece tener sentido y en este proyecto hace alusión a las intensidades corporales que no pueden ser interpretadas atendiendo a su función fisiológica, como un estornudo o un escalofrío.
Como ella, David Crespo muestra otra instalación muy vinculada a lo lúdico: El juego de la hiena, un intento de alterar lo real modificando sus reglas con evidentes implicaciones políticas. Crespo es defensor de las posibilidades del happening y de la participación colectiva en los proyectos artísticos e imprime a sus trabajos un fondo de ironía.
Por su parte, el murciano Fito Conesa ha echado mano a su personal relación con el lenguaje musical y a su experiencia vital para plantear, en Non Unísono, un intento de aproximación a una clave cósmica que pueda descifrar los enigmas de las relaciones universales. Se trata de un vídeo dedicado a la semántica de los sonidos en el que ha explorado la posibilidad de encontrar conexiones entre las matemáticas, el universo y el lenguaje de las emociones.
June Crespo ha optado hasta el momento por jugar con las posibilidades que los cambios de ubicación y de combinaciones conceden a la percepción de sus piezas, aludiendo al objeto encontrado surrealista y al bricoleur de Lévi-Strauss, y ha vuelto a hacerlo en S/H Fuerzas felices, una instalación formada por elementos con los que ya contaba en su estudio y de los que no se deshizo con el argumento de que “de algo habrán de servir”. Lo suyo es el estudio de las potencialidades.
El burgalés Diego Delas dice trabajar para no olvidar y se mueve en el ámbito del lenguaje, enlazándolo con la magia. En 20000 toneladas de mármol se pregunta por las formas en que la memoria colectiva se construye y deconstruye y ahonda en las vías en que el abandono de las zonas de confort y los caminos conocidos y el cultivo del mirar distraído pueden abrir nuevos caminos de aprendizaje.
Fernández-Pello, por su parte, entiende que la misión de cualquier obra de arte es cuestionar los discursos, interrumpir la puesta en marcha de su vertiente práctica e introducir en ellos la imaginación. En Marco de referencia. O tres modelos para apreciar el discurso como forma pone de relieve lo que esconde los lenguajes propios de los discursos, la incomunicación que facilitan y su ausencia de emoción y humor.
La asturiana Marian Garrido lleva a La Casa Encendida Souvenirs of Future Nostalgia, una instalación en la que tienen cabida el sonido, la escultura, el libro y los hologramas. Plantea una suerte de homenaje a figuras contraculturales que hicieron frente a las dificultades que implicaba ser diferente para provocar cambios en nuestra forma de observar el mundo. Se ha fijado especialmente en el papel del juego y la magia en sus carreras.
A Blanca Gracia la conocemos fundamentalmente por sus pinturas, pero en Generaciones 2017 ha sido seleccionada por un proyecto que reúne un breve vídeo, dibujos a lápiz y acuarela y vestuario: Acmé en dos variaciones. Se trata, en cualquier caso, de intentos de fuga: lo cotidiano y lo imaginado y las personas y la naturaleza coinciden en mundos utópicos propicios a la evasión.
Por último, Rubén Grilo ha cuestionado las paradojas de la producción en masa en su instalación Noone, Allness, donde incorpora huellas humanas a sus objetos o plantea la venta de productos sin función, y Lorenzo Sandoval, en Shadowwriting (Talbot/Babbage), busca incentivar al público a releer, desde un punto de vista crítico, las narrativas hegemónicas. Subraya que las nuevas tecnologías, en realidad, de nuevas tienen poco, al suponer un producto de continuidad respecto a las invenciones decimonónicas.
Generación 2017
Ronda de Valencia, 2
28012 Madrid
Del 3 de febrero al 16 de abril de 2017
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