Happening

El arte del happening. Wolf Vostell
Wolf Vostell. Das Theater ist auf der Straße

Los inicios de este arte pueden situarse en la acción pictórica de Pollock, como creador de la action painting, sin embargo, cuando se habla de “arte de acción” se hace referencia a aquellas actividades que se desarrollaron bajo la denominación de happening.

No se trata de representaciones, sino de vivencias que subrayan la relación entre el arte y la vida. Tienen forma abierta, sin principio ni fin, y carácter efímero, porque se producen una vez y desaparecen para siempre.

Suponen la descontextualización del hecho y del objeto e implican el deseo de interesar a la mayor cantidad de personas para que colaboren en su creación y ulterior desarrollo. Por eso, los happenings no debían ser agresivos o provocadores, de lo contrario, inhibirían la participación.

Los happenings puros son aquellos en los que el participantes es libre de hacer lo que desee, ya que tienen lugar en espacios abiertos o lugares públicos (la definición es de Vostell).

Existen también happenings sobre un escenario, sin comunicación a través del lenguaje, en los que los participantes reducen éste a fragmentos aislados que no intentan una comunicación directa; happenings con separación de organizadores y participantes-espectadores, en los que éstos pueden limitarse a observar, y environments, con entornos planeados de antemano, precisando el lugar y determinando la actividad de los participantes. Los más destacados son los del grupo alemán Fluxus.

 

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