Dubuffet en los márgenes

La Fondation Beyeler mostrará un centenar de sus obras

Basilea,

Jean Dubuffet es seguramente uno de los artistas más personales del Informalismo francés. Habló de la pintura como acto psíquico y, como los expresionistas abstractos americanos, buceó en su subjetividad a partir de Duchamp o Ernst (hay que recordar que los informalistas heredaron del Surrealismo su interés por las capas más profundas y oscuras del inconsciente y por la técnica del automatismo, el gesto pictórico rápido y sin concesiones a la intervención de la razón que deja sobre la superficie del lienzo un signo, una caligrafía salvaje y violenta).

Dubuffet no solo concibió el arte como búsqueda sobre la razón de ser del individuo, su identidad y su lugar en el mundo, también como manera de intentar explicar la nueva época nacida tras el fin de la II Guerra Mundial, atendiendo a su vertiente violenta y lírica y buscando plasmar una “belleza otra”: la de las texturas, materias, signos y gestos, la de la piel del cuadro y del mundo. Trató de dar cuerpo a una triste imagen de su tiempo a a la vez de seducirnos con sus encantos estéticos.

Jean Dubuffet. Mêle moments, 1976. Fotografía cortesía de Pace Gallery © 2015, ProLitteris, Zurich
Jean Dubuffet. Mêle moments, 1976. Fotografía cortesía de Pace Gallery © 2015, ProLitteris, Zurich

Aunque comenzó a pintar justo en 1945, pudo exponer por primera vez en ese mismo año. Interesado por las creaciones infantiles, el arte de los locos, las pintadas callejeras, las marcas y las manchas de las paredes y las aceras, exploró las posibilidades estéticas de los materiales y superficies surgidos durante la posguerra.

Compartió amor por lo absurdo con el dramaturgo Ionesco y, obsesionado con lo anticultural, intentó escapar de la llamada cárcel del gusto. Elaboró en ese camino esculturas con escoria, con hoja metálica y cartón piedra, cuadros con hojas y alas de mariposa. Sus obras nos fascinan hoy por su tosquedad y complejidad y entre los artistas entre los que ejerció una decisiva influencia podemos citar a David Hockney, Jean-Michel Basquiat y Keith Haring.

Desde el próximo 31 de enero y hasta el 8 de mayo de 2016, la Fondation Beyeler de Basilea exhibirá aproximadamente un centenar de sus obras, desde sus paisajes iniciales, que él convertía en cuerpos, rostros u objetos, hasta las piezas en las que experimentaría con nuevas técnicas y materiales, como arena, esponja o las citadas alas de mariposa y escoria.

Además de pinturas y esculturas de todas las fases de su carrera, podremos contemplar su Coucou Bazar, la que fue su obra de arte total al combinar pintura, escultura, teatro, danza y música.

Cederán piezas a la muestra numerosos centros y colecciones privadas internacionles, fundamentalmente la Fondation Dubuffet de París, y será su comisario Raphaël Bouvier.

 

Comentarios