Daniel Verbis: geografía animal y carne de paso

Daniel Verbis. Geografía animal y carne de paso

El leonés muestra en la Galería Siboney sus indagaciones sobre los materiales pictóricos

Santander, 09/07/2012



“Daniel Verbis: Geografía animal y carne de paso”

GALERÍA SIBONEY
c/ Castelar, 7
39004 Santander
Del 5 de julio al 6 de agosto de 2012

El artista leonés Daniel Verbis expone por primera vez en Cantabria y en la Galería Siboney de Santander. Allí, hasta el 6 de agosto, muestra su proyecto “Geografía animal y carne de paso”, en el que introduce al espectador en sus experimentaciones con materiales no ligados a la pintura ni a sus soportes.

El creador ha concebido desde siempre su producción como un proceso de investigación sobre los procedimientos materiales y formales de la pintura, y también sobre los problemas del lenguaje, interesándose por el modo en que Marcel Duchamp, Joseph Kosuth o Bruce Nauman exploraron estas cuestiones.

En sus palabras, plasticidad es lo mismo que transformación, demos cuenta de que las artes plásticas muestran en última instancia una imagen fija que registra la grabación de esos procesos de transformación; como si en el resultado final fuera siempre el recuerdo de un proceso. Y eso es lo que me parece interesante de la pintura frente a la imagen en movimiento, precisamente cómo solventa con naturalidad esa desventaja temporal. La transformación no se manifiesta en toda su extensión temporal, viene replegada en la imagen inmóvil. Es como la pintura consiguiera un imposible, un más difícil todavía, como si el espació fuera la consecuencia del tiempo. Paradójicamente, lo que yo veo en la pintura es un mecanismo de comunicación muy sofisticado, más sofisticado que cualquier imagen en movimiento, porque no hace el retrato de la vida misma tal cual es en su extensión temporal sino que dibuja una especie de mapa emocional, esquema permeable, palimpsesto o registro gráfico.

Desde los inicios de esta década, la obra de Verbis ha intensificado su exploración sobre las nuevas esencias de la pintura: desde su utilización de materiales ajenos hasta ahora a ella como la plastilina, los botones o las hilaturas, hasta el cuestionamiento del soporte, revisando lo que ya había sido suscitado por los pintores del ‘Support-Surface’ en los años setenta, o intensificando la complejidad de la pintura sobre el muro mediante una formulación retórica consistente en convertir la pintura en instalación.

Para el leonés, esta vuelta a la pintura, este clasismo es una especie de necesidad personal, una especie de cura frente al terror de la inanidad, frente al terror de sentir que vas dejando de existir en la fragmentación que impone una cierta contemporaneidad canónica. Hoy en día siempre queda un trocito del pastel para alguien que sepa manejar sus cartas y no sea excesivamente ambicioso en lo que se refiere a su ambición formal (a su moral artística).


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