A contratiempo: el IVAM reivindica a las artistas valencianas

Revisa en una completa muestra la obra de las que trabajaron entre los treinta y los ochenta

Valencia,
Juana Francés Silencio, 1953. Colección Candela Álvarez Soldevilla
Juana Francés. Silencio, 1953. Colección Candela Álvarez Soldevilla

Manuela Ballester, Elisa Piqueras, Milagros Lambert, Isabel Oliver, Eva Mus… Son algunas de las artistas valencianas, casi por completo desconocidas para el gran público, a las que el IVAM reivindica hasta el próximo septiembre en la muestra “A contratiempo. Medio siglo de artistas valencianas 1929-1980”, que se presenta en su Galería 7. Las acompañan figuras más conocidas: artistas internacionales, como Gerda Taro, Kati Horna o Tina Modotti, autores masculinos que les fueron contemporáneos y con quienes a veces realizaron proyectos en colaboración, por motivos económicos o por formar parte de colectivos comunes – es el caso de Renau, Eugenio Granell, Seguí o Uslé – y artistas también valencianas que, quizá por haber desarrollado su carrera en las últimas décadas, han alcanzado una proyección mayor, como Soledad Sevilla, Victoria Civera, Ángeles Marco, Cristina Grau o Ana Peters.

A través de casi 250 trabajos estructurados en dos bloques cronológicos, el primero dedicado a la Segunda República y la Guerra Civil y el segundo al franquismo y la transición, la exhibición, además de traer a la actualidad la producción de artistas prácticamente caídas en el olvido, se centra en el estudio del impacto de la discriminación y la invisibilidad en su obra durante esas cinco décadas convulsas en las que se produjeron en nuestro país transformaciones políticas, sociales y económicas de una intensidad desconocida en siglos pasados.

Del primer bloque forman parte trabajos de Ballester, Piqueras, Taro, Modotti, Kati Horna, Juana Francisca, Pitti Bartolozzi, Alma Tapia, Amparo Segarra, Eugenio Granell y Josep Renau; del segundo, obras de Juana Francés, Mus, Jacinta Gil, Fernando Mañez, Ana Peters, Carmen Calvo, Isabel Oliver, Ángela García Codoñer, Victoria Civera y Juan Uslé, Cecilia Bartolomé, José J. Bartolomé, María Montes, Josep Lluís Seguí, Monika Buch, Milagros Lambert, Rosa Torres, Soledad Sevilla, Ángeles Marco, Cristina Grau, Ana Torralva, Pepa García, Victoria García y María Dolores Casanova.

La exposición se inicia con la portada que Blanco y Negro encargó a Ballester en 1929, representativa de su rebeldía contra el academicismo aún imperante, y continúa mostrando trabajos de artistas que comenzaban a formarse o a crear entonces, en ocasiones desde posturas republicanas o desde el exilio. En las obras que realizaron durante la guerra, los medios que empleaban eran humildes o del todo precarios, por eso muchos se han perdido.

Juana Francisco Rubio  Campamento de Unión de Muchachas, 1937. Biblioteca Valenciana
Juana Francisco Rubio. Campamento de Unión de Muchachas, 1937. Biblioteca Valenciana

Las artistas no valencianas incluidas en esta sección (las cartelistas e ilustradoras Juana Francisca y Pitti Bartolozzi y las fotógrafas Tina Modotti, Gerda Taro y Kati Horna) están aquí representadas por haber residido y trabajado en la ciudad en algunos de los momentos más convulsos del periodo, como cuando Valencia fue capital de la República durante la guerra.

El bloque siguiente, centrado como dijimos en la dictadura y los primeros años de la democracia, ocupa la mayor parte de la exposición. En él encontraremos obras dedicadas a los estereotipos femeninos gestados en estos años, trabajos convertidos en instrumentos de resistencia y disidencia política y obras realizadas con materiales y técnicas asociados tradicionalmente a la mujer, pero empleados desde perspectivas novedosas. El cierre lo ponen Carmen Calvo y Soledad Sevilla, que sí han podido lograr el reconocimiento internacional.

“A contratiempo. Medio siglo de artistas valencianas 1929-1980” busca que el espectador sea consciente de que la producción artística de muchas mujeres ha sido considerada a menudo -en el pasado, pero aún en el presente existen tics– como una manifestación de la cultura popular o de la ya trasnochada baja cultura, fuera por la condición femenina de sus autoras o por el carácter no elitista de su público. La exhibición se completa, en ese sentido, con ejemplos de revistas ilustradas y de moda, ilustraciones para libros, diseños de telas, historietas y cuentos infantiles, o juguetes realizados por artistas no demasiado célebres, como Monika Buch o Milagros Lambert.

Eugenio Granell, Amparo Segarra 1924, Puerto Rico, 1952 Colección Fundación Eugenio Granell, Santiago de Compostela
Eugenio Granell y Amparo Segarra. 1924, Puerto Rico, 1952. Colección Fundación Eugenio Granell, Santiago de Compostela

 

“A contratiempo. Medio siglo de artistas valencianas (1929-1980)”

IVAM. INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO

c/ Guillem de Castro, 118

Valencia

Del 26 de abril al 2 de septiembre de 2018

 

 

 

Comentarios