Cindy Sherman enseña sus caras en Los Ángeles

The Broad le dedica la primera gran muestra del centro

Los Ángeles,

Cindy Sherman: Imitation of Life

Corría el año 1977 cuando una Cindy Sherman veinteañera estudiaba en la State College University de New York en Buffalo e iniciaba su trayectoria, desde el principio con un eco importante entre otros artistas al plantear cuestiones teóricas que entonces eran objeto de discusión generalizada.

Cindy Sherman. Untitled #122, 1983
Cindy Sherman. Untitled #122, 1983

Su interés por abordar los estereotipos asociados tradicionalmente a la mujer y las posibles relecturas que podían obtenerse de las representaciones femeninas en los medios de masas y en el cine hace que pensamos en ella como parte de una generación que a partir de los setenta fue consolidando lo que hoy entendemos como arte feminista. Se la conoció en los años en que despuntaban también Sherrie Levine, Prince o Barbara Kruger, que entendieron la fotografía como punto de partida, nunca de llegada, para invitar al espectador a reflexionar sobre estos asuntos y como campo de experimentación y revisión del medio mismo y del arte en sí. Sus trabajos, como los de otros creadores que alcanzaron su mayor difusión en los ochenta, se aproximan más al arte conceptual que a la fotografía: en ellos lo fundamental ocurre antes del click y no después; en el proceso y no en el resultado.

Sherman protagoniza, hasta el 2 de octubre, la primera gran exposición que organiza The Broad, el centro que alberga las colecciones de los filántropos Eli y Edythe Broad y que abrió sus puertas el pasado otoño en Los Ángeles. La muestra, concebida como antología, se titula “Cindy Sherman: Imitation of Life” y es también la mayor que la fotógrafa presenta en esa ciudad en las últimas dos décadas. Incluye 120 trabajos que proceden fundamentalmente de los fondos de los Broad; algunos han sido cedidos por otras instituciones.

Eli y Edythe comenzaron a atesorar imágenes de Sherman en 1982, y ella es la única artista cuya obra han ido adquiriendo de forma continua desde hace treinta años. Cuentan con 127 de sus fotografías, el mayor conjunto de trabajos de la fotógrafa en el mundo, así que elegirla para la primera gran exhibición de su recién estrenado museo no podía ser más apropiado.

Sherman ha trabajado siempre sola y en su estudio, siendo ella misma, como sabéis, fotógrafa, modelo, maquilladora y estilista para convertirse en encarnación de múltiples estereotipos femeninos en imágenes que trascienden, como decíamos, lo fotográfico, para acercarse al arte conceptual y la performance y reflexionar sobre la identidad, la apariencia, el papel de la imagen en la sociedad o las representaciones femeninas manejadas en la historia del arte, la publicidad, el cine y los mass media.

Teniendo en cuenta la celebración de la exposición en Los Ángeles, la muestra presta especial atención a las obras de Sherman que evocan el cine del s XX y el universo de las celebridades. No faltan su filme Office Killer (1997), una representación de sus conocidísimas series Untitled Film Stills y otras menos conocidas inspiradas en el séptimo arte en los cincuenta y sesenta.

En su obra se pone de manifiesto la dicotomía entre la visión generalizada de la mujer como sujeto y como objeto. La artista fragmenta las imágenes utilizando un lenguaje muy cercano al de los medios, con sus trucos y engaños, aunque parte de esas imágenes mediáticas para denunciar a quien la difundió tácitamente, a modo de falso espejo de una identificación alienante. Convirtiéndose a sí misma em objeto, se viste de fea, de guapa, de hombre, de muerta…transformándose en objeto de sus deseos y en sujeto que los goza o los padece.

Cindy Sherman. Untitled #92, 1981
Cindy Sherman. Untitled #92, 1981

 

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