Bernini, Roma y la Monarquía hispánica

El Prado abre la primera muestra española del maestro barroco

Bernini. Roma y la Monarquía hispánica

MUSEO NACIONAL DEL PRADO

Pº del Prado, s/n

Madrid

Artista: Bernini, Gianlorenzo
Madrid,
Bernini. Anima Beata, 1919. Roma, Embajada de España ante la Santa Sede
Bernini. Anima Beata, 1919. Roma, Embajada de España ante la Santa Sede

Bernini fue escultor, arquitecto y casi maestro escenógrafo del gran espacio teatral y de representación que fue la Roma barroca; versátil, polifacético y ambicioso, entre los años veinte y los cuarenta del s XVII se alineó junto al Papa Urbano VIII y Francia frente a España, pero más adelante, fundamentalmente en el pontificado de Inocencio X pero también en los de Alejandro VII y Clemente IX, estrechó relaciones con nuestro país: por encargo de diversos mecenas españoles (como Gaspar de Haro y Guzmán, séptimo Marqués del Carpio), y sobre todo de los monarcas Felipe IV y Carlos II, llevó a cabo proyectos tanto arquitectónicos como escultóricos que subrayaron la presencia simbólica, política y diplomática de estos reyes en esa ciudad (no hay que olvidar la financiación española de los templos de Santa Maria la Mayor o San Pedro).

La vinculación del genio del Barroco romano con nuestro país y su influencia en la arquitectura y la escultura española de ese tiempo no habían sido objeto hasta ahora de ninguna exposición, y la que ahora presenta el Museo del Prado bajo el comisariado de Delfín Rodríguez será la primera en subrayar esos nexos y también la primera de Bernini en un museo español.

RETRATOS DEL ALMA Y DE REPRESENTACIÓN

Las obras centrales de esta muestra, titulada “Las Ánimas de Bernini. Arte en Roma para la Corte española”, son las dos Animas, beata y dannata, que el artista realizó en su juventud (1619) con el fin de mostrar la posible expresión gestual de estados contrapuestos del alma: infierno y paz. Anima dannata resulta especialmente expresiva por su dramatismo y por el fuerte sentido religioso con el que se nos aparece representado el terror del alma ante la visión del infierno. Se cree que Bernini pudo autorretratarse en esta pieza, como hizo en otras ocasiones, muchas veces con un sentido alegórico.

Ambas esculturas las realizó por encargo de Pedro de Foix Montoya, prelado español en Roma al que más adelante retrataría. Casi tan vivo como estas Animas resulta también su retrato de Scipione Borghese, por su realismo excepcional.

Bernini. Anima Dannata, 1919. Roma, Embajada de España ante la Santa Sede
Bernini. Anima Dannata, 1919. Roma, Embajada de España ante la Santa Sede

Un buen número de instituciones internacionales han prestado obras a la exposición, que coincide con la presidencia italiana de la Unión Europea, pero varías también forman parte de la propia colección del Prado, como un Autorretrato de aire velazqueño datado hacia 1635 y, como novedad, un dibujo a modo de estudio de la escultura de Constantino a caballo destinada a la Scala Regia del Vaticano, pieza que la pinacoteca ha adquirido recientemente. Presenta diferencias importantes en cuanto a la disposición final de la escultura (de ahí dudas anteriores sobre su atribución) y podrá confrontarse en esta exhibición con otros dos estudios de la misma estatua cedidos por la Real Academia de San Fernando y el Hermitage, el primero en papel y el segundo en terracota.

Buscad también el dibujo del Prado antes atribuido a Gaulli La Verdad desvelada por el Tiempo, cuyo título y contenido podría aludir a la necesidad de Bernini de afirmar su valía como arquitecto tras el fracaso de su proyecto para el campanario de San Pedro. No están presentes (Patrimonio Nacional ha decidido no prestarlos) el león de bronce que formaba parte de la parte escultórica del modelo del artista de la Fontana dei Quatti Fiumi de la Piaza Navona y se conserva en el nuestro Palacio Real y un Cristo crucificado de bronce custodiado en el Monasterio de El Escorial.

Pero, subrayando presencias y no ausencias, no faltan en esta muestra referencias a sus diseños para la Capilla Cornaro de la iglesia de Santa María della Vittoria, para El éxtasis de Santa Teresa y para la capilla Poli de la iglesia romana de San Crisogono, muy poco conocida. En relación con esta última podemos ver un álbum de dibujos inédito de la colección Juan Bordes.

Las 23 obras de Bernini (esculturas, óleos, dibujos y estampas) se acompañan en Madrid de otros 16 trabajos de otros artistas contemporáneos, como Velázquez o Codazzi.

 

 

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