Se instala en París en 1923, estudiando en la Academia de la Grande Chaumière, donde coincide con Othon Friesz. De 1935 a 1937 se forma en la Slade School de Londres y en la Chelsea School of Art. Su regreso a París supone la maduración de su estilo, ya que es por estos años cuando conoce a Kandinsky, quien le introduce en la pintura abstracta. Tras un periodo en el que abundan las telas figurativas, son los años anteriores a la guerra los que le sirven para desarrollar un estilo definitivamente abstracto; abstracción expresiva que basa en las capacidades del color y en sus valores, llegando a la fusión total de forma y color mediante la aplicación de capas sucesivas de pintura en las que siempre alterna elementos, creando así contrastes que en ocasiones resultan violentos. Sin título (Galería Ariel, París, 1951), es ejemplo claro de su obra