Estudió en las Universidades de Brown y Cambridge y cursó el Programa de Estudios Independientes del Whitney Museum of Art. Obtuvo reconocimiento internacional a mediados de la década de los noventa por sus pinturas abstractas y sus films, derivados de su aguda observación de la arquitectura urbana y de los medios de comunicación contemporáneos, así como de la psicología que explica a ambos. Morris considera sus vídeos como un medio expresivo complementario a sus pinturas, en las que combina alusiones a la arquitectura empresarial y a la abstracción pura para criticar el aprovechamiento de los recursos y la explotación de poder por parte de las primeras. Los films de Sarah Morris están dedicados a las principales ciudades norteamericanas, retratadas cada una como un sistema auto-referencial. En diferentes secuencias rítmicas crea un montaje con escenas de la vida cotidiana de sus habitantes, elementos arquitectónicos distintivos de dichas ciudades y medios de comunicación que reflejan su imagen. Su trabajo es una visualización de las imbricaciones, a menudo imperceptibles, entre poder y rutina diaria urbana. En su obra pictórica, Morris adopta estructuras muy definidas y elegantes combinaciones cromáticas para crear espacios de ciudades que reflejan su peculiar adaptación del código minimalista. Ha mostrado su obra en el Museo de Arte Moderno de Bolonia, el Boijmans de Rótterdam, el Moderna Museet de Estocolmo, el Palais de Tokyo de París o el MOCA de Miami, entre otros centros.