Se forma en su ciudad natal con Jan van Scorel, independizándose hacia 1546. En 1547 realiza un viaje a Italia, tras el cual se establece en Amberes. En 1549 empieza a trabajar para el obispo de Arras quien le introduce en las cortes de los Habsburgo en Flandes y en España, iniciando una prolífica carrera que le lleva a Portugal, Inglaterra e Italia, entre otros países. Su obra se caracteriza porque sus modelos aparecen sentados, vueltos ligeramente de lado, con aire de serena dignidad. Su composición es sencilla y su representación del carácter poco expresiva. Su estilo recuerda al de Tiziano, siendo sus superficies mucho más detalladas y pulidas, aspecto propio del mundo nórdico. Su manera ceremoniosa influye notablemente en España, donde encaja perfectamente con la rigurosa etiqueta de la corte, encontrando en Sánchez Coello a su mejor discípulo. Uno de sus mejores retratos, el de María Tudor (1554), puede ser contemplado en el Museo del Prado.