Tras licenciarse, en 1988, en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, obtiene La Beca de Paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada, y en 2000, la Beca de Pintura del Ministerio de Asuntos Exteriores en la Academia de España en Roma. Su obra se enmarca dentro del realismo español, destacando un particular interés por la arquitectura urbana. Afín a otros realistas españoles, sobre todo, en la intencionada frialdad de sus recursos pictóricos, y la inocuidad del motivo que retrata, Millán, se antoja, si cabe, provocador, por los edificios que copia, siendo, como son, particularidades arquitectónicas con firma de arquitecto. Es, sin embargo, un insistente estudio de la luz y sus reflejos, tanto en el vidrio como en el mármol, o bien, en las superficies metálicas de alta tecnología, como antenas y repetidores, lo que hace que su obra contenga una narración socio-temporal, fenómeno de nuestro siglo, de gravedad metafísica y de concomitancias poéticas. Destacan sus exposiciones individuales en la Galería Ansorena, Madrid, Galería Juan Manuel Lumbreras, Bilbao, y Galería Estampa, Madrid.