Mallo, Cristino (Gómez González, Cristino)

Tuy (Pontevedra), 1905 – Madrid, 1987 Escultor español.


Inicia su formación artística a edad muy temprana en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. Más tarde se traslada a Madrid e ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde estudia entre 1923 y 1927, clases que simultanea con las de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. En estos años su interés se centra en el dibujo, el modelado y los debates teóricos sobre el arte que se llevan a cabo en las tertulias del Café Gijón, el Lyon y la Granja de Henar. Rápidamente se sumerge en el ambiente cultural de la capital, entablando amistad con Camilo José Cela, Salvador Dalí, Miguel Hernández, García Lorca, Ortega y Gasset, Unamuno, Valle-Inclán, etc. En 1933, con tan sólo 28 años, obtiene el Premio Nacional de Escultura con la obra Desnudo con pez. Se traslada a Salamanca en 1935 tras conseguir por oposición la plaza de profesor de Dibujo Lineal en la Escuela de Artes y Oficios de la citada ciudad. Al acabar la Guerra Civil se traslada de nuevo a Madrid, donde adopta una posición de artista silencioso, escéptico y un tanto crítico con el ambiente cultural imperante. En 1952 es seleccionado para participar en el Pabellón español de la Bienal de Venecia, repitiendo en 1954 su presencia. Vuelve a ejercer la docencia entre los años 1966 y 1972 como profesor de Modelado en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Al año siguiente es elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dignidad a la que renuncia en 1980. Su obra, siempre dentro de la figuración, se caracteriza por el tratamiento que realiza de las superficies, en las que los detalles tan sólo se insinúan por medio de un leve modelado, lo cual concede gran modernidad a las piezas resultantes. Esta sencillez formal, en la línea de Rodin y Manolo Hugué, le permite plasmar con gran sinceridad los sentimientos humanos, alejándose del sentimentalismo grandilocuente del academicismo imperante. Se trata de esculturas de pequeño formato, realizadas en bronce, cuyos temas habituales son: los animales (destacan las series de caballos y toros) y sobre todo la figura humana tratada como individuo concreto. Los modelos provienen de su entorno más inmediato y, por tanto, tienen un carácter popular pero alejado de todo costumbrismo; de especial importancia son las series de retratos y cabezas femeninas de penetrante psicología. Ha realizado monumentos urbanos, entre los que cabe citar: el monumento a Eugenio D´Ors (1957) en el Paseo del Prado y la fuente de los Delfines de la Plaza de la República Argentina, ambos en Madrid. En 1983 se le otorga la Medalla de Oro a las Bellas Artes.

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