Realiza estudios de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, recibiendo en 1987 los Premios de Pintura de la Bienal Ciudad de Pamplona, el Daniel Vázquez Díaz de la Diputación de Huelva, Eugenio Hermoso de la Diputación de Badajoz, la Mención Especial del jurado Fundación Colegio del Rey de Alcalá de Henares, y en 1988 el Premio de Pintura Ciudad de Parla de Madrid. Su obra, grave y despojada, es una reflexión sin discontinuidades sobre el oficio de pintar. Un proyecto límite, post-minimalista, donde se adivina un creador intuitivo y callado, de reminiscencias amplias Malevitch, Beuys, el Arte Povera, Tapies- que estructura sus composiciones a base de unos sencillos esquemas geométricos, procedentes del vocabulario racionalista, junto con valores pictoricistas de sensibilidad fundamentalmente intuitiva. La pintura de José Joven hace referencia a la cultura oriental, no por el lado literal y narrativo, sino por lo que ésta ha sabido hacer del silencio, del vacío. Destacan sus exposiciones individuales en la Galería Emilio Navarro de Madrid, y en la Galería Art Point de Tokio.