Desde edad muy temprana se entrega a la práctica del dibujo, llegando a ser publicados éstos en revistas y diarios salmantinos cuando tan sólo tenía doce años. Posteriormente realiza su formación artística en las escuelas de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y Santa Isabel de Hungría en Sevilla. Su obra se puede dividir en tres períodos: sus inicios, que van desde mediados de la década de los cuarenta hasta mediados de los cincuenta, en los cuáles quedan definidos los temas y el estilo de Zacarías González; el breve período abstracto de 1954 a 1966, donde el informalismo y la materia se apropian de las telas; y el regreso a la figuración, en el que el artista retoma sus temas con un mayor lirismo. Destacan en su producción pictórica, por un lado, los bodegones, realizados con cuidada composición, en los que el artista se detiene en la elección de los objetos y en la plasmación de las texturas de los mismos mediante el uso de abundante materia pictórica. Y por otro lado, las escenas de interior caracterizadas por el inquietante silencio que las envuelve, en las que parece que el tiempo se detiene y la nostalgia petrifica a los personajes. Presentan estas escenas vínculos con sus naturalezas muertas, consistentes en el uso de complejas composiciones y en el cuidado tratamiento de los múltiples objetos que en ellas aparecen. Ha realizado numerosas exposiciones individuales, desde que lo hiciera por primera vez en 1949 en la Escuela de San Eloy de Salamanca, entre las que cabe citar la muestra antológica llevada a cabo en 1984 en las salas de la Caja de Ahorros de Salamanca.