Su familia se trasladó a Barcelona cuando Centelles tenía un año. En 1924 entró a trabajar como aprendiz en el taller fotográfico de Ramón Baños donde aprendió la técnica del retrato. Unos años más tarde se convirtió en ayudante de Joseph Badosa quien le introdujo en el fotoperiodismo. En 1934 se independizó y pasó a colaborar en periódicos como La Publicitat, Diari de Barcelona, Última hora o La Vanguardia. Está considerado uno de los iniciadores del fotoperiodismo en España por las fotografías que tomó de la Guerra Civil española. Al iniciarse ésta, fue destinado al frente de Aragón dedicándose a realizar reportajes sobre las tropas en el frente, sobre la conquista de Teruel y sobre la batalla de Belchite. Fue también colaborador del Comisariado de Propaganda de Cataluña y encargado del archivo del ejército de Cataluña en Barcelona. Las imágenes de Centelles están tomadas con una Leica de paso universal que le permitió realizar fotografías muy próximas y de una gran fuerza expresiva que mostraban la realidad tal cual era. En 1939 partió para el exilio a Francia llevándose consigo los negativos de las imágenes que consideraba más relevantes. Estuvo interno en el campo de concentración de Bram donde llegó incluso a establecer un pequeño laboratorio fotográfico donde revelaba las fotografías que tomaba de la vida cotidiana. Centelles dejó los negativos que llevaba consigo en la buhardilla de una familia de Carcassone que le había acogido durante su exilio y regresó a Cataluña. Su pasado político le impidió dedicarse de nuevo al fotoperiodismo por lo que se decantó por la fotografía industrial y publicitaria. En 1976 regresó a Francia para recuperar los negativos que seguían en el mismo lugar que donde los había dejado. En 1984, el Ministerio de Cultura le concedió el Premio Nacional de Fotografía.