Anglada-Camarasa o la premeditación

El MNAC de Barcelona exhibe una selección de su archivo

Barcelona,

Este año se conmemora el 150º aniversario del nacimiento en Barcelona de Hermenegildo Anglada-Camarasa, artista formado en la Escuela de Bellas Artes de La Lonja de la capital catalana, que acudió a París en la década de 1890 y allí triunfaría, y también en Europa Central, en el cambio de siglo. Compartió con otro artista al que este año celebramos, Sorolla, cosmopolitismo, pero si el valenciano eligió mostrarnos visiones soleadas, luminosas y sensuales del Mediterráneo, el catalán optó por retratar mujeres y gitanos desde una vía modernista, aunque también estudió a fondo la representación de la luz.

Lienzos y documentos procedentes de su archivo, donado al MNAC por sus descendientes, se reúnen en la exposición que ahora le dedica el Museu Nacional d´ Art de Catalunya, centro que se ha encargado de llevar a cabo el inventariado y digitalización de esos fondos en su totalidad, de modo que próximamente podrán estar a disposición de los investigadores en una institución pública. Se han recopilado en total 360 documentos, catorce pinturas y dos dibujos de este autor, junto a otros dos dibujos de Picasso, dos lienzos de Tomás de Moragas y una litografía de Belleroche; así, fotografías, libretas y documentos quedarán contextualizados con la producción del artista y de quienes le fueron contemporáneos. Especial relevancia adquieren en el conjunto esas fotos, a menudo en serie, que el propio Anglada tomó y que formaban parte de sus procesos de creación.

Autor desconocido. Anglada en la cala Sant Vicenç, Mallorca, c. 1913. Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, San Antonio de Areco, Buenos Aires
Autor desconocido. Anglada en la cala Sant Vicenç, Mallorca, hacia 1913. Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, San Antonio de Areco, Buenos Aires

Comunicación de Archer M. Huntington de nombramiento como miembro de The Hispanic Society of America, Nueva York, 1917. AMNAC. Fons Hermen Anglada CamarasaComponen el archivo del barcelonés nada menos que 7.600 testimonios, entre álbumes de prensa, documentos privados, imágenes ligadas a su trabajo y otras personales, de amigos y familiares; en cualquier caso, pone este conjunto de relevancia la importancia de la fotografía a la hora de entender su pintura y también la modernidad de sus procedimientos a la hora de gestionar su carrera, de dimensión internacional, profesional y comercialmente.

Esa planificación de su trayectoria nos habla de un creador de organización antibohemia en tiempos de bohemios y no tardaría en manifestarse: fue Anglada su propio marchante y, en 1900, encargó a una agencia de prensa que se ocupara del seguimiento de las críticas que se le dedicaban a raíz de sus muestras nacionales e internacionales, artículos que quedaban ordenados e indexados en álbumes. En el apartado de los textos más íntimos, encontraremos en el MNAC invitaciones, certificados o tarjetas de visita.

Sobresalen igualmente seis cuadernos manuscritos que conjugan contenidos profesionales e íntimos, desde listados de obras hasta direcciones de contactos, con un nivel de detalle que revela hasta qué punto manejaba el catalán tanto su red de relaciones como el impacto de su producción; en cuanto a sus fotografías, comprobaremos que organizaba sus conjuntos por temas y que no era raro que llevara a cabo ampliaciones o encuadres, al modo de los fotógrafos profesionales.

Algunas de esas instantáneas, junto a sus trabajos, se han agrupado atendiendo a la clasificación que el mismo Anglada creó en uno de aquellos cuadernos, el Azul: Figura, Paisaje, Flores y frutos, Noche de París y Notas y estudios. En lo relativo a sus figuras, dominan en su caso las femeninas, de carácter muy diverso, de mujeres de la alta sociedad a gitanas de bellos mantos, y en ese apartado pueden englobarse también sus animales: pintó caballos y gallos casi de manera obsesiva.

Los paisajes son fundamentalmente mallorquines: le atraía el Port de Pollença y plasmó tanto la montaña como el mar; cabe resaltar que, a la hora de descubrir el cromatismo vivo de sus profundidades, se valía de un instrumento llamado mirafondos. También fueron sus estancias en Mallorca las que le llevaron a interesarse por las flores y plantas: las pinturas que les brindó ofrecen una gran exuberancia de tonos y los emparrados le facilitaron la ocasión de estudiar los efectos de la filtración de la luz.

Sus noches de París, capítulo fundamental de su obra desde que recalara en la capital francesa a partir de la Guerra Civil, le permitieron volcar su estilo personal en plasmaciones de una Belle Époque chispeante, cercanas al postimpresionismo y que solían conjugar arabescos de delicadas curvas y pinceladas matéricas. Por último, las Notas y estudios refuerzan esa idea de un Anglada profundamente metódico, que ejecutaba muchos estudios preparatorios (a veces es complicado saber si se trata, o no, de composiciones acabadas; otras responden claramente al ensayo de detalles concretos).

El citado Cuaderno azul responde, por cierto, a esa voluntad de tener bajo control cada aspecto de su carrera. En él daba cuenta de las obras que debían formar parte de una muestra antológica, clasificadas según temas y géneros y con abundante detalle. Y en Montjuic podremos, asimismo, contemplar fotografías que tomó durante un viaje a Bretaña en 1904, que inspirarían al menos un par de pinturas; sus aproximaciones a la montaña de Montserrat, en cuyo monasterio permaneció durante la guerra; o fotos, en diversas posiciones, de la modelo que retrató en La Granadina.

Anglada Camarasa. Modelo que inspiró la obra Granadina. AMNAC. Fons Hermen Anglada Camarasa
Anglada Camarasa. Modelo que inspiró la obra Granadina. AMNAC. Fons Hermen Anglada Camarasa

Quizá influido por las estampas que apreciaría en los mercados parisinos, captó también numerosas instantáneas de la grupa de los caballos, atendiendo a las posturas que plásticamente más le interesaban, y de los mencionados gallos, normalmente en puestos de venta y en composiciones que ocasionalmente ampliaba. Veremos, asimismo, un dibujo preparatorio para la pintura Danza española, que adquiriría Morozov y que hoy forma parte de las colecciones del Hermitage de San Petersburgo, y algunas de sus piezas de temática valenciana.

La exhibición se complementa, desde este mes, con un simposio sobre la actividad archivística en el arte, en el MNAC y el Museu Picasso, y una mesa redonda, llamada El mito Anglada Camarasa. Entre Fortuny y Miró, en la que participarán Eduard Vallès, Francesc Fontbona, Pilar Cuerva y Cristina Ribot. También habrá visitas guiadas.

Juicios críticos de mi obra pictórica, 1900-1914 - Álbum de prensa I. AMNAC. Fons Hermen Anglada Camarasa
Juicios críticos de mi obra pictórica, 1900-1914. Álbum de prensa I. AMNAC. Fons Hermen Anglada Camarasa

 

“Anglada Camarasa. El archivo premeditado”

MUSEU NACIONAL D´ ART DE CATALUNYA. MNAC

Palau Nacional, Parc de Montjuïc

Barcelona

Del 9 de febrero al 7 de mayo de 2023

 

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