Ángeles Agrela, el favor de las bellas

El año pasado se hizo con el premio BMW de Pintura por su Retrato nº51 y ahora la artista jienense Ángeles Agrela lleva a Yusto Giner sus irónicas obras, en formatos diversos, sobre la homogeneización creciente de nuestros gustos y aficiones y las falsedades propias de la vida social.

Hace catorce años que presentó su primera individual, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, y desde entonces ha creado instalaciones, tejidos, vídeos, obra gráfica, pinturas o dibujos en los que nos ha ido mostrando su visión personal de las relaciones entre cuerpo, moda y arte.

Para su primera muestra en la Galería Yusto Giner de Marbella, que se abre mañana al público y lleva por título “El favor de las Bellas”, Agrela ha elegido mostrarnos dos series de dibujos bastante distantes aunque formen parte, como el resto de sus trabajos, de una misma línea argumental: Fanzine y la propia El favor de las Bellas, que da título al proyecto.

En la primera, partiendo de referencias a la cultura pop, los cómics o las revistas sobre moda, la andaluza ha creado dibujos en los que analiza cómo el cuerpo y sus máscaras y disfraces hablan de nuestra identidad y de nuestro deseo de mostrarla u ocultarla. En estas obras sobre papel es elemento frecuente el pelo, con sus referencias fetichistas, y también la ambigüedad: su seducción reside, en parte, en que a veces no es fácil dilucidar la actitud de sus modelos ni si son hombres o mujeres.

Los dibujos que integran El favor de las Bellas, por su parte, tienen un carácter más personal y narrativo y se refieren, como podéis adivinar, a estereotipos femeninos. El asunto de la representación de la mujer y de la valoración social y artística de su imagen no ha sido hasta ahora un tema central en la producción de Agrela, pero de forma subyacente sí lo ha abordado a menudo.

Para esta serie se ha apropiado de ciertas representaciones femeninas de la Historia del Arte vinculadas a roles concretos asociados al género y los ha recreado con cierta voluntad crítica, o al menos con la intención de llamar nuestra atención sobre las áreas “sociales” a las que tradicionalmente quedaba recluida la mujer: se trata de bodegones, escenas que nos introduce en la intimidad del hogar, retratos o imágenes de bordados y artesanías. En los fondos, decorativos, de estos trabajos encontramos flores y paisajes, referencias a los entornos en los que las mujeres solían ser retratadas en actitud pasiva o contemplativa: tumbadas, dormidas, recostadas…

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