El Premio Frederick Kiesler de Arquitectura y Artes es concedido cada dos años, alternativamente por el Gobierno austriaco y la ciudad de Viena, y está dotado con 55000 euros. Distingue a arquitectos que, como Kiesler, hayan trascendido los límites entre disciplinas artísticas y se hayan esforzado por innovar y experimentar en sus proyectos, y hasta ahora ha recaído, entre otros, en Andrea Zittel, Toyo Ito, Frank Gehry, Olafur Eliasson o Bruce Nauman.
Este año el premio, según anunció el alcalde de Viena el pasado viernes, ha recaído en su décima edición en Andrés Jaque, y es la primera ocasión en que un arquitecto español lo recibe. Se le otorgará en el Austrian Forum de Nueva York, en una fecha aún por concretarse, y sella una muy buena racha de reconocimientos por parte de Jaque que, con tan solo 41 años, ya ganó en 2015 el concurso de arquitectura efímera del MoMA PS1 de Queens y en 2014 se hizo con el León de Plata de la Bienal de Arquitectura de Venecia (Bienal que, por cierto, este año ha valorado con el León de Oro la propuesta del Pabellón español).
La arquitectura del estudio de Jaque (Oficina para la Innovación Política, fundado en 2005) se ha caracterizado por la implicación tanto política como medioambiental de sus proyectos.
Curiosamente el Premio Frederick Kiesler viene concediéndose desde el mismo año en que Jaque se tituló en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid: 1998.
Entre sus próximos proyectos figura un colegio en la localidad murciana de La Ñora, una vivienda en Corpus Christi (Texas) y un centro gastronómico en Madrid.
