El centro londinense presenta su nuevo pabellón, una de las obras estrella de la Olimpiada Cultural
El diseño de esta estructura arquitectónica, elaborada en acero y corcho fundamentalmente, ha logrado reunir así al mismo equipo que diseñó, con motivo de las Olimpiadas de 2008, el Estadio Nacional de Pekín; y el resultado de esta colaboración (pese al inconveniente de la imposibilidad de Weiwei de salir de China) es ciertamente original. Consta de dos niveles: un techo de acero que cuenta con una capa de agua que refleja el cielo y una planta baja con taburetes redondeados, semejantes a setas, para que los visitantes se sienten e interactúen durante los tres meses que el pabellón estará en la Serpentine.
En esta nueva construcción, once columnas representan cada uno de los pabellones anteriores y una duodécima, que simboliza el actual, sirve de apoyo a un techo flotante que sólo se eleva metro y medio por encima del suelo. El interior del edificio está revestido de corcho, material elegido por su sostenibilidad, por sus cualidades únicas y porque nos remite a la tierra excavada. Buscando un enfoque arqueológico, un túnel bajo tierra invita al público a dirigir su mirada bajo la superficie del parque a través de los fantasmas de los pabellones pasados.
Esta creación de Weiwei y Herzog & de Meuron funcionará como espacio público y albergará actividades programadas por la Serpentine en sus tradicionales Park Nights. Posteriormente, a partir de octubre, albergará la colección privada de Usha y Lakshmi N. Mittal, por quienes ha sido adquirido.
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