Francisco Calvo Serraller
En los últimos 20 años la Bienal de Venecia ha derivado hacia lo espectacular frente a cualquier otra consideración, empequeñeciendo progresivamente la importancia asignada a los pabellones nacionales frente al gigantismo de las grandes muestras panorámicas montadas desde el organismo directivo de la Bienal.
La presente edición es un monstruo ferial, que invade palacios y organiza saraos a precio de oro por toda Venecia, y donde es difícil distinguir lo promocional de lo artístico. Bonami ha delegado parte de su labor en una serie de comisarios internacionales y reducido el peso estético de los pabellones a un papel residual frente al resto de muestras. Con una gestión entre ecléctica y diplomática, que quiere reflejar todas las tendencias, logra una confortable asepsia del conjunto… Una bienal monótona, donde se multiplican los jóvenes y desconocidos, y donde hay de todo: nuevos medios, reciclaje, multiculturalismo, y lo llamado políticamente correcto. Entre los pabellones a destacar están Alemania (Candida Höfer, Martin Kippenberger), Gran Bretaña (Chris Ofili), Francia (Jean-Marc Bustamente), Canadá (Jana Sterbak), Portugal (Cabrita Reis) y España (Santiago Sierra).
Pedro Cabrita Reis
LongerJourneys, 2003
Pabellón de Portugal
Martin Kippenberger
Luftschacht (ventilation shaft)
METRO-Net World Connection, Venedig (Venice), 1993/2003
Chris Ofili
Afro Love and Unity, 2002