Young Curators Residency Programme: en el desengaño de lo inmediato

La Fundación Sandretto Re Rebaudengo presenta en Madrid su cuarta muestra comisariada jóvenes curadores internacionales

Madrid,

En 2019, la filial madrileña de la Fundación Sandretto Re Rebaudengo puso en marcha en España su Young Curators Residency Programme, con el apoyo de Reale Foundation y siguiendo el modelo de la convocatoria que ya venía desarrollando en Italia desde 2006: un jurado profesional selecciona anualmente tres comisarios noveles internacionales con el fin de ayudarles a desarrollar sus habilidades profesionales y críticas y difundir el conocimiento del panorama artístico de nuestro país a nivel internacional. Esta residencia permite a los curadores entrar en contacto y trabajar con creadores españoles durante tres meses de estancia de investigación intensiva, así como visitar estudios de artistas, museos, fundaciones, instituciones culturales o espacios independientes en varias ciudades; el fruto del programa toma forma, por último, en una exposición en Madrid.

En la última edición de esta iniciativa, los comisarios escogidos fueron la coreana Mijoo Park, que viene centrando sus investigaciones en las prácticas creativas sostenibles; el croata Lovro Japundžić, interesado por las instalaciones y performances que conjugan una vertiente lúdica con la confrontación de las estructuras normativas y por la producción y distribución de imágenes; y la noruega Una Mathiesen Gjerde, que explora en sus proyectos la ética del trabajo, la precariedad y su respuesta social. Durante su residencia, coordinada por hablarenarte, han recalado, además de en la capital, en Barcelona, Sevilla, Málaga y Bilbao y ahora ofrecen, en la Sala Anselma del Ateneo madrileño, la muestra “Desengaño”, en la que han contado con Gabriel Alonso, Paula García-Masedo, Álvaro Chior, Mónica Mays, Sergio Pradana y Víctor Santamarina.

En el recorrido predominan los proyectos escultóricos planteados desde un enfoque conceptual, como ha señalado hoy Mathiesen Gjerde, quien ha apuntado también que su selección de trabajos, siendo progresiva e intuitiva, partió del conocimiento de que el cubo blanco de ese espacio del Ateneo, a pie de calle, sería la sede de la exposición, y también del deseo de aproximarse a la estética y el pensamiento barrocos desde una mirada contemporánea, porque ese es el centro de la obra última de Mays y por el propio entorno del Barrio de las Letras. El título del proyecto procede de las teorías sobre los lazos entre vida y engaño, muerte y desengaño que Baltasar Gracián formuló en El criticón; ese término, el de desengaño, es difícil de traducir al inglés, pero sí ofrece varias capas de interpretación en castellano: podemos entenderlo como desilusión o como revelación de lo cierto. Otra dualidad con la que los comisarios han trabajado ha sido la que nos lleva a contrastar la asepsia de este espacio expositivo con la riqueza ornamental barroca que les ha inspirado. En sus palabras, las obras incluidas en esta muestra forman una polifonía que cuestiona verdades heredadas mientras permanecen atentas a su propia porosidad; como la novela de Gracián, nos ofrecen un desvío o un no retorno, una invitación a pensar más allá de lo inmediato, no solo para criticar la injusticia (…), sino también para afirmar la potencia de la incertidumbre.

Lovro Japundžić, Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, Mijoo Park y Una Mathiesen Gjerde en la Sala Anselma del Ateneo de Madrid junto a la obra de Mónica Mays. Foto: Benedetta Mascalchi
Lovro Japundžić, Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, Mijoo Park y Una Mathiesen Gjerde en la Sala Anselma del Ateneo de Madrid, junto a la obra de Mónica Mays. Fotografía: Benedetta Mascalchi

Nos dan la bienvenida a la Sala Anselma varias piezas de la serie Bucolic Gang de Mays, quien desde hace tres años ha estudiado las razones de la desestimación del barroco en época contemporánea, en relación con sus excesos ornamentales, su distancia respecto al racionalismo y su supuesta extravagancia. Se ha acercado a este movimiento tratando de encontrar lo que puede haber en él de pensamiento mágico, investigando sus tensiones y violencia y sus posibilidades narrativas. En las piezas que componen este proyecto, la autora madrileña ha descompuesto mobilarios hoy acrónicos para generar a partir de ellos otros objetos en contacto con la estética barroca, dotándolos de nuevas morfologías y jugando con el recurso de la anamorfosis para romperlo, negando la posibilidad de las lectoras unívocas e invitando al espectador a desplazarse en torno a sus piezas, a las que ha aplicado impresiones botánicas.

Mónica Mays. Bucolic Gang. Fotografía: Benedetta Mascalchi
Mónica Mays. Bucolic Gang. Fotografía: Benedetta Mascalchi

Comparten espacio con sus trabajos, diseminados en las paredes, los Storytellers de Gabriel Alonso. Este artista, también madrileño, ha estudiado las complejidades del momento histórico en que nació el Ateneo (las primeras décadas del siglo XIX), atendiendo al modo en que flores y plantas aparecen en su arquitectura para dulcificar el lugar, y también en sus colecciones; le interesaba profundizar en el modo en que el sujeto contemporáneo ha construido su relación con la naturaleza a partir de la cultura, los pormenores de la querencia humana por las plantas y los relatos derivados de nuestros lazos con cada una de ellas. En sus pequeñas esculturas viene a reivindicar una emancipación de lo natural de las connotaciones que le hemos concedido a través del lenguaje.

Gabriel Alonso. Storytellers. Mónica Mays. Bucolic Gang. Fotografía: Benedetta Mascalchi
Gabriel Alonso. Storytellers. Mónica Mays. Bucolic Gang. Fotografía: Benedetta Mascalchi

La luna se levanta es el título del proyecto de Sergio Pradana, que ha planteado su trabajo en torno a la ausencia y el vacío, relacionando ambos conceptos con un material que nace justamente en oquedades, las de Osa de la Vega; sus minas las explotaron los romanos para extraer yeso especular o espejuelo, elemento que por su transparencia y tamaño empleaban como vidrio, en ventanas o con fines decorativos. Se le atribuyeron cualidades sanadoras y milagrosas: favorecería la adquisición de sabiduría, la fecundidad de los árboles… Después llegaría el desuso, el mencionado vacío, en el que también quedaron las Horadás, víctimas del tempus fugit.

A Álvaro Chior, por su parte, le interesan el lenguaje y sus unidades mínimas, y en el proyecto que ahora presenta en Madrid, Un susurro lento, ha tratado de escapar de la articulación habitual de sus planteamientos discursivos dominantes para acercarlo al cuerpo y a la sensorialidad. Se trata de una proyección en la que un murmullo de tres segundos es visualmente extendido hasta los 24 minutos y se visualiza en una línea sinuosa que comparte forma con una escultura de metal, igualmente en sala. En el siseo encuentra este artista gallego la posibilidad de hallar una musicalidad latente, pero no perceptible a simple escucha. Su trabajo focaliza nuestra atención, por tanto, en los sonidos suaves como modo de expresión más íntima frente a los excesos verbales y la tendencia generalizada a convertir toda experiencia en texto.

Obras de Sergio Pradana y Álvaro Chior en Desengaño. Ateneo de Madrid, 2023. Fotografía: Benedetta Mascalchi
Obras de Sergio Pradana y Álvaro Chior en Desengaño. Ateneo de Madrid, 2023. Fotografía: Benedetta Mascalchi

En el piso superior de la Sala Anselma nos esperan, por último, las propuestas de Paula García-Masedo y Víctor Santamarina. La primera, como Pradana, se ha valido de materiales que le eran cercanos para profundizar en las huellas del tiempo en el paisaje y en nuestra relación con la naturaleza que nos es próxima. Entendiendo la recolección como parte del conocimiento y el cuidado del territorio, conforme a un orden asociado a ese paso de los días, coleccionó de forma informal plantas del entorno de Rascafría y las dio forma escultórica: trabajando con materiales orgánicos y frágiles, como la gelatina, permitió que su configuración pudiera reordenarse internamente y que, a su vez, pudieran contemplarse con transparencia.

Esa gelatina viene a ser un contenedor dentro de un contenedor, puede plegarse, y al permitir una visión cruzada de cada una de las obras, creadas sobre moldes de 1×1, acerca en algún grado la experiencia de la contemplación en sala a la propia del territorio.

Paula García Masedo. 01/07/2021-20/07/2021. Fotografía: Benedetta Mascalchi
Paula García Masedo. 01/07/2021-20/07/2021. Fotografía: Benedetta Mascalchi

Santamarina, por su parte, ha atendido en la instalación First hundred years are the hardest a los conceptos de extenuación, preservación y transformación. Sofás del modelo Box de Le Corbusier, de superficies desgastadas, empapadas y rotas, constituyen aquí un elemento capaz de otorgar condición de veracidad a cualquier escena de ficción y a la vez, por su estado, simbolizan todo aquello que, puede considerarse, hoy colapsa: lo que fue consistente y se deshace. La modificación intencionada de sus materiales nos situaría en una temporalidad ambigua: parecen mudar de piel.

En una mesa frente a ellos, un vaso podría contener cerveza, pero se trata de resina de pino; el artista fantasea con que, quizá en millones de años, se convierta en ámbar: imagina las ruinas que dejaremos al futuro, los mensajes que se preservarán o no a través del tiempo; en ese mismo sentido podemos interpretar sus piezas de aluminio o sus aparentes tuberías. Como restos de un naufragio, vanitas por venir.

Víctor Santamarina. First hundred years are the hardest. Fotografía: Benedetta Mascalchi
Víctor Santamarina. First hundred years are the hardest. Fotografía: Benedetta Mascalchi

 

 

“Desengaño”

SALA ANSELMA. ATENEO DE MADRID

Calle del Prado, 19

Madrid

Del 8 de junio al 6 de julio de 2023

 

 

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