Habiendo llegado el fin de mi trabajo en CiudaDistrito y sabiendo lo valioso que es en estos ajetreados y acelerados tiempos en los que nos movemos disponer de algo de tiempo libre, decidí aprovechar este impasse para viajar y tener la oportunidad de ampliar miradas y horizontes conociendo otras realidades. La elección fue Australia y más concretamente Melbourne. Tras mi estancia de dos meses allí, me parece interesante poder compartir mi experiencia con quien sienta curiosidad sobre la realidad cultural de esta fascinante ciudad y las instituciones con las que he tenido la oportunidad de colaborar allí.
Melbourne es una ciudad de unos cuatro millones y medio de habitantes con una población multicultural, que valora enormemente la naturaleza y el deporte y que despliega una gran y cuidada oferta gastronómica y de ocio diurno y nocturno, así como una programación cultural extensa y diversa. Aloja grandes museos, como la NGV (National Gallery of Victoria) que cuenta con dos sedes, una en St Kilda Road y otra en Federation Square llamada Ian Potter Center. Este museo tiene una colección permanente que incluye arte contemporáneo internacional pero también australiano y una selección de arte aborigen. Además ofrece una serie de exposiciones temporales con una cuidada presentación y espectacularidad museística. Sin embargo para mí, fue más interesante conocer el ACCA (Australian Center for Contemporary Art) que ofrece un programa de exposiciones de arte contemporáneo y conferencias que entienden el arte de una manera comprometida y crítica vinculada a la transformación social. Este centro tiene una estrecha relación con la universidad de artes que se encuentra situada a su lado. En el ACCA tuve la oportunidad de conocer a Max Delany, el director del museo, reconocido profesor universitario, investigador y comisario, que ha trabajado en temas de arte político, feminismo y esfera crítica. Con él estuve charlando sobre el tejido cultural en la ciudad y sobre el arte aborigen y la compleja relación del país y de las instituciones culturales con este tema (eso da para otro artículo). El panorama museístico vinculado al arte contemporáneo es completado por otra serie de museos como Heide museum of modern art o Monash University museum of art, así como por una completa red de galerías distribuidas entre la city y algunos suburbios cercanos y entre las que se encuentran Anna Schwartz Gallery, Sutton Gallery, Station Gallery, Neon Park, The Substation… Por mi parte recomendar especialmente Gertrude Contemporary donde puede ver una expo que me encantó sobre el arte al final del optimismo.
En cuanto a artes escénicas la sede més destacada de la ciudad es el gigantesco Arts Center Melbourne, que consta de un complejo de teatros y salas de conciertos en el Melbourne Arts Precinct y que de manera casi frenética ofrece una extensa programación en la que se pueden encontrar espectáculos para todos los gustos, además organiza diversos festivales y de vez en cuando eventos populares y multitudinarios como la ópera picnic al aire libre a la que pude asistir junto con otros miles de habitantes de manera gratuita (patrocinada por Mazda). También existen numerosos teatros de buen tamaño y en general la ciudad y los suburbios están poblados de pequeñas salas de teatro alternativas y cines que de manera continua organizan festivales que responden a la multiculturalidad existente en la ciudad.
Por último, aunque no es Melbourne, no me puedo resistir a destacar el famosísimo museo de arte situado en Hobart (Tasmania) MONA (Museum of old and new art), que también tuve la suerte de poder visitar. El espacio, situado en un enclave excepcional al que se puede acceder por barco, muestra una colección armada por un jugador de casino enriquecido (algo muy típico de Australia) que acerca al espectador al arte de una manera lúdica y participativa. El museo presenta una selección de obras heterogéneas haciendo de la visita toda una experiencia interactiva y muy vinculada, a mi modo de ver, a los modos de relación actuales mediados por las nuevas tecnologías.
Pero dado que mi campo de interés y práctica se centra en la intersección entre el arte contemporáneo y lo social, el arte comunitario y la participación, mi búsqueda y conocimiento más en profundidad se centró en dos de las instituciones más reconocidas por estos temas en Melbourne: Abbostford Convent y Fooscray Communitary Arts Center.
Frente a un modelo eminentemente público como el español, Australia responde a un modelo más anglosajón, basado en el mecenazgo de entidades privadas, benefactores particulares y entidades sin ánimo de lucro.
Abbotsford Convent es un centro cultural que se aloja en las instalaciones de un antiguo convento que data de mediados de 1800. Es un enorme complejo formado por 11 edificios históricos y un jardín situado en una ubicación inigualable, rodeado de un parque natural a las orillas de río Yarra aunque bastante cerca de la city. Está todavía en un proceso de renovación ya que dependen de la recaudación de fondos para su restauración, por lo que algunos de los edificios se encuentran en un estado intermedio de rehabilitación.
Una de las cuestiones interesantes en las que poner la mirada a la hora de analizar el tejido cultural de la ciudad es la financiación de las instituciones culturales. Frente a un modelo eminentemente público como el español, Australia responde a un modelo más anglosajón, basado en el mecenazgo de entidades privadas, benefactores particulares y entidades sin ánimo de lucro. De esta manera uno de los departamentos principales de las instituciones culturales es el de captación de fondos para la realización de sus actividades. En el caso de Abbotsford Convent, aunque el edificio puede ser considerado patrimonio, no depende de la financiación pública, sino de una fundación sin ánimo de lucro que tiene que recaudar dinero para poder realizar su programación. Las vías de financiación de las instituciones y centros culturales son diversas y en el caso de Abbotsford comprenden el alquiler de sus instalaciones para conferencias, performances, festivales y eventos de todo tipo (bodas incluidas), el alquiler de más de 100 estudios a una comunidad de artistas y artesanos que tienen allí sus espacios de creación, las entradas a los espectáculos y programaciones ofrecidas al centro, la panadería y cafetería del espacio y una amplia sección de benefactores y patrocinadores privados que realizan donaciones. El mecenazgo, una figura de la que prácticamente carecemos en España, pero que en la cultura anglosajona, juega un importante rol, propone una mentalidad en la que el ciudadano entiende su derecho a apoyar con su dinero directamente (no a través de modo impuestos) a la causa con la que se siente más identificado. Este mecanismo interiorizado por la sociedad funciona no solo en cultura sino en cualquier tema (deporte, salud, medioambiente…) y opera a diversas escalas. Desde las pequeñas donaciones particulares de 5 o 10 dólares, hasta el gran benefactor que decide hacerse cargo financieramente de la rehabilitación de uno de los edificios del convento.
El evento en el que estuve colaborando con Abbotsford Convent fue Open Space Festival, un festival de música y arte que tiene lugar anualmente durante un fin de semana de noviembre. Un evento de dos días con una extensa programación de actividades que ofrece conciertos, performances y teatro, workshops con artistas, exposiciones, un programa de arte para familias y jornada de puertas abiertas de los artistas residentes en el espacio. Esta programación está enfocada a unir a toda la comunidad que habitualmente participa en las actividades del centro en una jornadas festivas.
Mi participación en el evento se desarrolló como voluntaria. El voluntariado en este tipo de instituciones culturales es un recurso habitual que la mayoría de centros culturales incorpora en su funcionamiento diario y que se desarrolla de manera planificada y reglada. En el caso de Abbotsford, el centro cuenta con una persona en el equipo, la encantadora Alice Brush, que se dedica en exclusiva a la coordinación de los voluntarios que quieren colaborar con la institución en los diferentes eventos y programas. Alice es la encargada de realizar las convocatorias según las necesidades del centro, recopilar los interesados en participar, valorar las capacitaciones y funciones de cada uno de ellos, asignar tareas en función de estas y realizar las tablas de horarios para que los voluntarios puedan desarrollar su trabajo en coordinación con el equipo del centro.
Open Space es un festival de arte y música para todas las edades, que proponía programaciones específicas según disciplinas y públicos.
La música se desarrolló en dos escenarios con una extensa programación durante los dos días. Por un lado en los jardines patrimoniales del convento el escenario principal ofreció artistas como Haiku Hands, DRMNGNOW, HAYCH, Elle Shimada, N’fa Jones, Kee’ahn, Parvyn, Pookie, Danika Smith y Fred Leone. En el escenario más pequeño, dedicado a Djs, una mirada especial a las mujeres con Colette, Aucan Alias, Adriana, Imaxx, Mamacita Bonnita y Emelyne.
Durante el festival se proponía un programa específico para infancia y familia, ya que es un de los públicos principales del convento. Bajo el nombre de “Convent Kids” se ofrecía un programa de teatro Polyglot, karaoke para niños, creación de libros con “Kids Own Publishing”, una fiesta de baile Deep Soulful Sweats entre otras actividades. Se habilitó además un espacio de juego libre y estancia para peques.
Otro de los pilares de Open Space, se basa en la participación de la comunidad de artistas y artesanos resientes, que ofrecían talleres, demostraciones y estudios abiertos, incluidos Ink & Spindle, Cone 11, Ghost Wares, Katheryn Leopoldseder y más. Además en uno de los espacios se montó un el mercado “Convent Made” en el que se podían adquirir las artesanías y objetos hechos a mano por la comunidad creativa.
Una programación interdisciplinar vinculada con el arte contemporáneo incluía piezas de teatro como la actuación de ILBIJERRI Theatre Company, clases de hip hop con Ngioka Bunda-Heath, instalaciones de arte de Maddison Kitching y Leisa Shelton y Clare Dyson, clases de dibujo del natural y acuarela entre otros.
Estaba previsto además una zona de descanso en la que el grupo WellBeing, también residente, estaba disponible para ofrecer masajes, sesiones de yoga y meditación, además de consultas de cata individuales.
Como podéis ver, el festival ofreció una extensa programación en la que colaboré realizado tareas de producción, montaje y preparación de los espacios en los días previos y durante el desarrollo del evento realizando asistencia a los artistas durante los talleres, atención e información al público.
El segundo centro con el que realicé una colaboración más estrecha fue FCAF, Footscray Community Arts Center, un espacio de arte contemporáneo que trabaja con comunidades locales, artistas y organizaciones para crear oportunidades y trabajar en el cambio social. Este centro se articula a través de una serie de programas a largo plazo, estratégicos y multidisciplinares que van mostrando los resultados en diferentes eventos y ocasiones a lo largo del año. Los programas principales son tres: Art Life program, Indigenous Cultural program and Emerging Culture Leaders program. Además cuentan con artistas y compañías en residencia y una línea de Arts Learning.
FCAC es un centro de arte comunitario que lleva funcionando más de 40 años habiendo recibido un amplio reconocimiento por su práctica pionera en artes comunitarias y desarrollo cultural. Fue establecido en 1974 por un grupo de artistas y activistas comunitarios con una agenda clara de acceso para todos. Este grupo de fundadores y pioneros abogó con éxito por los organismos de financiación estatales y federales para un centro de arte en Footscray, en torno a la necesidad identificada de trabajar con comunidades marginadas y desfavorecidas. En ese momento, la creación de un centro de arte comunitario, en respuesta a problemas sociales y culturales, era única en Australia y extraordinaria para el oeste de Melbourne, que carecía de infraestructura básica, sistemas de transporte e instalaciones recreativas. Desde su apertura, más de dos millones de personas han visitado FCAC o han participado en sus programas, eventos, actividades y talleres, con una fuerte representación de comunidades socialmente desfavorecidas o marginadas. El nuevo desarrollo de sus instalaciones en 2010 mejoró significativamente la capacidad de realizar o presentar trabajos innovadores y dirigidos por la comunidad en la región, además de proporcionar al FCAC las herramientas para expandir y mantener un desarrollo que ha reafirmado su posición como el principal centro de Victoria para la práctica y el compromiso contemporáneo liderado por la comunidad.
FCAC está situado en Footscray, un suburbio al oeste de Melbourne que acoge una gran variedad cultural y que hace unos años tenia el estigma de barrio peligroso poblado de pandillas y donde se movía el tráfico de drogas. Footscray comenzó como un centro para inmigrantes griegos, italianos y ex yugoslavos, y posteriormente se convirtió en el lugar de acogida para inmigrantes vietnamitas y africanos. Recientemente ha comenzado a experimentar un rápido desarrollo y gentrificación. La revista Timeout colocó a Footscray en el puesto 13 en sus “50 vecindarios más cool del mundo” para 2019, lo que refleja su reputación en evolución, citando en particular su diversa variedad de cocina internacional, bares y vida nocturna, así como la escena artística emergente. Sin embargo cabe destacar que Footscray cuenta con un tejido comunitario con una fuerte trabazón y con una identidad propia.
Para visibilizar esta identidad diversa y compleja durante noviembre tiene lugar el West Due Arts Festival, una celebración de historias locales y espíritu comunitario, inspirado en los artistas y la cultura del oeste de Melbourne. Ahora, en su segundo año, y con una duración de diez días, el festival ha acogido una extensa programación de artistas contemporáneos locales e internacionales llevando las mejores actuaciones de fiestas, exposiciones y talleres al oeste de Melbourne. Esta programación ha apelado a cada una de las comunidades que pueblan Melbourne oeste y que tienen un punto de encuentro, escucha y acogida en FCAC. Los eventos se celebraron en su mayoría en el centro pero también se han expandido a los lugares de creación del suburbio, los espacios públicos y la calle.
Al igual que en Abbotsford Convent mi relación con la institución se realizó en términos de voluntariado, durante el festival colaboré realizando tareas de producción y apoyo a las actividades y artistas así como atención e información al público.