Las redes que tejió Suzanne Lacy

El CAAC de Sevilla presenta su primera retrospectiva española

Sevilla,

En sus cerca de cincuenta años de trayectoria, la estadounidense Suzanne Lacy ha llevado a cabo performances, instalaciones, fotografías, vídeos y proyectos de arte colaborativo arraigados en su tiempo y en su compromiso con varias causas sociales y especialmente con el feminismo: ha investigado asuntos relacionados con la violencia sexual, la identidad de género, la pobreza, el racismo y la explotación laboral.

Pionera de la creación feminista en los sesenta y también de la performance reivindicativa en la década siguiente, la estética y la plástica pierden en su producción absoluto peso frente al deseo de la autora de poner su obra al servicio de la consolidación de un lenguaje colectivo que facilite cambios de calado en cuanto a prácticas públicas y educativas. Muchas de sus propuestas parten, justamente, de la aplicación de alguna de esas prácticas: el diálogo y la colaboración con otros artistas y con miembros de diversas comunidades sociales, la atención a lo íntimo, la implicación de otros.

Tras la retrospectiva que dedicaron a Lacy el año pasado el San Francisco Museum of Modern Art y el Yerba Buena Center for the Arts, conjuntamente, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta “Asociaciones inevitables”, la primera antología de la creadora americana en España: un repaso a su trayectoria a través de diecisiete proyectos fechados desde los setenta, haciendo hincapié en las performances en las que invitó a participar a decenas de participantes pero recogiendo también instalaciones de objetos y multicanales, fotografías, vídeos y documentación. Cabe recordar que la artista es, además, escritora, autora de un buen número de textos críticos, y también profesora en la Roski School of Art and Design de la Universidad del Sur de California.

El último proyecto que llevó a cabo en nuestro país se fecha hace una década: en 2010 llevó al Museo Reina Sofía su performance El esqueleto tatuado, una revisión crítica a los discursos relativos a la violencia de género y su impacto social.

La muestra del CAAC se inicia recordando, precisamente, sus performances de más extensa participación, como Net construction (1973), una de sus propuestas destinadas a la incitación a la creación de redes, a la colaboración entre artistas y agentes sociales, a nuestra participación tanto en la esfera pública como en la creativa, estrechamente enlazadas en su trabajo. Muchos interpretan que aquellas obras de Lacy, datadas en los setenta, han anticipado en cierta medida la interconexión propia de la sociedad del siglo XXI, en relación con la digitalización y las redes sociales.

También recupera la exhibición su performance feminista Tres semanas de mayo (1977), dedicada al alcance de las violaciones denunciadas en Los Ángeles; aquel fue el primero de una serie de proyectos centrados en la violencia sexual. Algunas de las estrategias que desarrolló entonces las retomó en series posteriores realizadas en solitario (De tu puño y letra) o junto a Leslie Labowitz, con quien ideó Ariadne: una red de arte social. En ese mismo año, 1977, puso en marcha la performance De luto y con rabia, expresamente dirigida a los medios de comunicación: ofrecía una interpretación alternativa a la dominante sobre el caso de un estrangulador en serie en la misma ciudad de Los Ángeles.

Suzanne Lacy y Leslie Labowitz. De luto y con rabia, 1977. Los Angeles City Hall. Fotografía: María Karras
Suzanne Lacy y Leslie Labowitz. De luto y con rabia, 1977. Los Angeles City Hall. Fotografía: María Karras

Uno de los trabajos en los que Lacy llamó de forma más poderosa la atención sobre el potencial del feminismo como elemento de transformación social fue Cena Internacional, un happening consistente en una cena realizada en varios lugares del mundo en la que se divulgaban las redes de organizaciones de desarrollo personal y feminista de mujeres en funcionamiento en todo el mundo; el mismo fin perseguían las posteriores Cena en casa de Jane (1993) o El archivo de performances (2007), presentes en “Asociaciones inevitables”. Una y otra vez la artista -a veces, como decíamos, junto a Labowitz- recuerda lo notable de las diferencias entre la historia sobre las mujeres y sobre el feminismo que se ofrece en las escuelas y los testimonios derivados de las voces de ellas, en su caso de las artistas.

Suzanne Lacy. Asociaciones inevitables, 1976. Fotografía: Raúl Vega
Suzanne Lacy. Asociaciones inevitables, 1976. Fotografía: Raúl Vega

Especial atención ha prestado Lacy a las mujeres mayores: en la obra que da título a la exposición, Asociaciones inevitables (1976), estudia el proceso de envejecimiento de la mujer a través de acciones diversas. También a las más desfavorecidas (La mujer sin techo, Susurro, las olas y el viento). Incluso colaboró con mujeres californianas de la tercera edad en la creación de acciones políticas y mediáticas que tendrían su fruto en una performance realizada en La Jolla ante un millar de espectadores: 154 mujeres mayores vestidas de blanco bajaron en procesión por unas escaleras hasta sus asientos situados en dos playas contiguas y se dispusieron en torno a varias mesas cubiertas con manteles blancos mientras charlaban sobre sus vidas y emociones.

Con un buen número de personas realizó también Notas sobre el cáncer (1991), performance de siete días en la que profundizó en la enfermedad y la muerte en el contexto de un hospital neoyorquino que no había vuelto a exponerse desde entonces. Y en el fetichismo ligado a ciertas obras de arte indagó en Viajes con Mona (1977), pintando en varias localizaciones europeas y latinoamericanas reproducciones del retrato de Leonardo.

Dos obras más recientes y también examinadas en Sevilla están imbricadas en el contexto estadounidense y la clase trabajadora: Arreglos (1994) y Lecciones de papá (2019). En la primera, mujeres que cosen hablan de las inmigrantes llegadas a su ciudad, y a partir de sus conversaciones podemos reflexionar sobre razas, patriotismo y pseudopatriotismo y explotación laboral; en la segunda, Lacy recrea simbólicamente la habitación en la que su padre, Larry Lacy, residió en los últimos años de su larga vida. Consta de cuatro fotografías que representan esa estancia, llena de fotos de una vida fecunda; se refiere la artista al peso de la memoria, la familia, la clase y el envejecimiento en las vivencias de la clase media.

 

 

Suzanne Lacy. “Asociaciones inevitables”

CAAC. CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORÁNEO

c/ Avenida Américo Vespucio, 2

Sevilla

Del 16 de octubre de 2020 al 4 de marzo de 2021

 

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