Doscientos grabados para un sueño americano

CaixaForum Barcelona repasa medio siglo de historia del arte gráfico estadounidense

Barcelona,

En el sexto capítulo de las colaboraciones expositivas entre la Fundación ”la Caixa” y el British Museum, el pasado 3 de marzo se abrió al público en CaixaForum Barcelona “El sueño americano. Del pop a la actualidad”, una muestra que repasa la evolución experimentada por el grabado en Estados Unidos desde hace sesenta años, por lo que encontraremos tanto obras ligadas al Pop, cuyos artistas hicieron de este uno de sus principales medios de expresión, como a la abstracción, el minimalismo, el fotorrealismo y la figuración.

A través de doscientos trabajos, se analiza cómo la consolidación del cultivo del arte gráfico entre los creadores estadounidenses originó para ellos un nuevo tipo de público, no necesariamente favorecido en lo económico, que podía adquirir piezas seriadas vinculadas a asuntos cuya evolución le afectaba, asimismo, muy de cerca, como la política, un consumismo en efervescencia, la preocupación por el sida, la reclamación de derechos civiles o de transformaciones feministas. Las obras que han llegado a la capital catalanaproceden tanto del British (es la primera vez que sus fondos gráficos se exhiben fuera del Reino Unido) como del Victoria & Albert Museum, la Tate Modern, la Helen Frankenthaler Foundation o el taller de Ed Ruscha y se articulan atendiendo a criterios cronológicos y temáticos, prestando atención a las complicidades entre artistas y colectivos.

Entre las más de doscientas litografías, serigrafías, aguafuertes, punta secas o fotograbados reunidos encontraremos piezas emblemáticas, como las imágenes que Warhol dedicó a Marilyn, Liz Taylor o Jackie Kennedy asistiendo al funeral de su marido; banderas de Jasper Johns, obras punteadas de Roy Lichtenstein deudoras del cómic o dos grabados esenciales de Rauschenberg: Booster, en el que representó a tamaño real su propio esqueleto, y Sky Garden (1969), dedicado al lanzamiento del cohete Saturno V. También veremos a General Idea, con uno de los trabajos de su campaña contra el sida y el célebre cartel ¿Deben ir desnudas las mujeres para entrar en el Metropolitan Museum? (1989) de las Guerrilla Girls.

Jasper Johns. Flags I, 1973. ©Jasper Johns, VEGAP, Barcelona, 2020
Jasper Johns. Flags I, 1973. ©Jasper Johns, VEGAP, Barcelona, 2020

El fin de la exposición, además de repasar el espíritu de un tiempo, es reivindicar el grabado como técnica fundamental de la contemporaneidad desde los sesenta: sus sistemas de reproducción permitieron a los artistas explorar con materiales y técnicas diversos, poner en cuestión la noción de obra única e indagar en los nuevos modos de vida a partir de una disciplina que, por sus características, tenía mucho que ver con la cultura de una época.

El montaje arranca en Nueva York, donde artistas antes vinculados a la publicidad y la ilustración, y conocedores por tanto del poder del color y de cierta imaginería para atraer miradas, expandieron el grabado al tiempo que favorecían la eclosión del arte pop, que no establecía barreras entre creación culta y popular. Warhol o Rosenquist se sirvieron de técnicas ligadas a la impresión masiva para acercarse a una nueva clase media que podía hacerse con sus libros de artista o sus carpetas de obra gráfica.

Andy Warhol. Jackie II from 11 Pop Artists, vol. II, 1965. © The Trustees of the British Museum. © 2020 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. /VEGAP
Andy Warhol. Jackie II from 11 Pop Artists, vol. II, 1965. © The Trustees of the British Museum. © 2020 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. /VEGAP

Junto a ellos, elevaron en su producción a categoría artística los objetos cotidianos Claes Oldenburg, autor de Ladrón triple flotante, o Jasper Johns, Robert Rauschenberg y Jim Dine. Cuentan con sección propia en la muestra los talleres de impresión que resultaron cruciales en la expansión del grabado en Norteamérica por su voluntad de experimentación: Universal Limited Art Editions, en Nueva York o Gemini G.E.L., en Los Ángeles, permitieron a sus artistas llevar a cabo obras muy experimentales, entre ellas Accident de Rauschenberg, que aprovechó la rotura completa de una gran piedra en la que estaba trabajando para imprimir a partir de la piedra rota con resultados sorprendentes.

En la producción de los artistas de la Costa Oeste se aprecia algo del estilo de vida más relajado de la zona, de su mar y su luz. Las gasolineras de Ed Ruscha contrastan con los grabados en blanco y negro de Bruce Nauman que representan palabras.

Ed Ruscha. Standard Station, 1966. ©Ed Ruscha, cortesía del artista
Ed Ruscha. Standard Station, 1966. ©Ed Ruscha, cortesía del artista

Dejando el pop a un lado, veremos cómo también los expresionistas abstractos recurrieron profusamente al grabado, sobre todo a la litografía, apta a su vocación gestual. Willem de Kooning experimentó aplicando pinceles impregnados con líquidos grasos sobre planchas litográficas, Motherwell y Guston también llevaron sus obras abstractas a esa disciplina y Ellsworh Kelly o Frank Stella no dejaron de trasladar a los grabados sus geometrías y sus transiciones abruptas de color.

Robert Motherwell. Automatism A, 1965-1966. © The Trustees of the British Museum. Robert Motherwell: ©Dedalus Foundation, Inc./VAGA, NY/VEGAP
Robert Motherwell. Automatism A, 1965-1966. © The Trustees of the British Museum. Robert Motherwell: ©Dedalus Foundation, Inc./VAGA, NY/VEGAP

El minimalista Donald Judd y el autor conceptual Sol LeWitt exploraron, por su parte, las texturas y propiedades que esta técnica les permitía e hiperrealistas como Chuk Close o Estes también llevaron a ella sus composiciones basadas en fotografías, algunas monumentales.

A fines de los setenta resurgió la figuración que no buscaba el realismo de la mano del antes expresionista abstracto Philip Guston. Dejó atrás su afán de gestualidad para optar por las figuras caricaturescas, encapuchadas o desmembradas; algunas se exhiben en Madrid, junto a grabados de Diebenkorn que atendían a géneros clásicos como el bodegón o el paisaje, u obras de Philip Pearlstein, Robert Longo y Susan Rothenberg.

Las piezas de índole más reivindicativa y política (el grabado fue parejo a la crítica casi desde sus inicios medievales) nos esperan al final de la muestra de CaixaForum. En una de sus serigrafías, Warhol dejó patente su poco aprecio por Nixon; William N. Copley se posicionó contra la guerra en Vietnam con una bandera americana en blanco y negro en la que escribió Think (Piensa) y Lichtenstein empleó habitualmente su obra gráfica para recaudar fondos con fines sociales y políticos. En el capítulo sobre feminismo, encontraremos la Santa Sebastiana de Louise Bourgeois, donde abordaba sus sentimientos sobre la maternidad, o un grabado en el que Kiki Smiith aludía al tratamiento de niñas y mujeres en los cuentos infantiles; no faltan tampoco las reivindicaciones contra racismos y prejuicios de los artistas afroamericanos Emma Amos, Kara Walker y Willie Cole.

Tras su paso por Madrid, donde recaló el año pasado, y Barcelona, la exhibición viajará a Zaragoza.

 

 

 

“El sueño americano. Del pop a la actualidad”

CAIXAFORUM BARCELONA

Avinguda Francesc Ferrer i Guardia, 6-8

Barcelona

Del 3 de marzo al 13 de junio de 2021

 

 

 

Comentarios