Stefano Bonacci y la distancia necesaria

Nicola Mariani comisaría en la Galería Lucía Mendoza una muestra sobre el italiano

Madrid,
Stefano Bonacci. Imagen de estudio, 2015
Stefano Bonacci. Imagen de estudio, 2015

El artista italiano Stefano Bonacci (Perugia, 1971) es autor de esculturas, pinturas e instalaciones caracterizadas por su carácter dual: se mueve entre el gusto por la poética matérica y su interés por lo conceptual, entre la plasmación de lo natural y de la geometría, y también entre el realismo y la abstracción.

Su objetivo es llegar al fondo de las ideas que explican el funcionamiento de las personas y de la vida e indagar en la plasmación de estas desde un punto de vista estético. Uno de los artistas a quien toma de manera más clara como referencia es Alberto Burri, no solo por su obra plástica, también por su compromiso ético. En él admira la carencia absoluta de elementos de distracción, la armonía y el rigor compositivo y su búsqueda constante de la imagen perfecta que no necesitara de mediación al ser contemplada por el público. Entre sus influencias también hay que citar, no obstante, a Allan Kaprow, quien fuera alma del happening en sus inicios y del que el propio Bonacci fue alumno.

Stefano Bonacci. Disco Gesso
Stefano Bonacci. Disco Gesso

De él aprendió la importancia de prestar atención a la vertiente lúdica del arte, aquella que lo conecta con la vida, con nuestro cuerpo y nuestras acciones, haciendo que la creación se integre en nuestros usos y costumbres y no nos sea ajena en lo cotidiano.

Formado en pintura en la Academia de Bellas Artes de Perugia, y también en otros centros de Italia y del Reino Unido, Bonacci ha compaginado la creación con la enseñanza en esa misma Academia, primero de Técnicas Pictóricas y después de Instalaciones multimedia.

La ciudad de origen del artista, y la región en la que esta se encuentra (esa mina cultural que es Umbría) tienen una presencia fundamental en su producción: del mismo modo que en la zona conviven restos romanos y etruscos con arquitectura medieval o renacentista y con construcciones más modernas, él presta atención a la lírica de la armonía que nace envuelta en diferencias y a las formas orgánicas que unen el arte pasado con el reciente.

Quizá por esa razón, a la hora de seleccionar sus materiales de trabajo Bonnacci utiliza por igual elementos antiguos y nuevos, “nobles” o “plebeyos”.

Paola Bonani dijo de él que “da forma a un universo de imágenes en las que se yuxtaponen el rigor de la geometría y la mutabilidad de la naturaleza, las formas regulares y aquellas irregulares, los materiales artificiales y aquellos naturales, en el intento continuo de desvelar los criterios que ordenan la variedad del cosmos”.

Hasta el 27 de febrero, podemos acercarnos a la Galería Lucía Mendoza de Madrid (en el número 10 de la calle Bárbara de Braganza) para disfrutar de la muestra “La distancia necesaria”, que reúne una selección de la obra de Bonacci bajo el comisariado de nuestro fichado Nicola Mariani.

 

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