Hace ahora un par de décadas, en 2002, iniciaba el artista chileno Rodrigo Galecio su trayectoria en la pintura abordando las relaciones entre la creación textil, el color y el arte geométrico programático en una serie llamada RAM, haciendo una doble referencia a las siglas de Random Access Memory y a las de Réquiem a Mondrian. Se componía de piezas basadas en una superposición de retículas, conforme a un esquema propio para cada obra, y la estructura secuencial del conjunto remitía tanto a las tarjetas perforadas de IBM empleadas para codificar datos (en este caso, se equipararían a ellos los colores) como a los programas de codificación del diseño textil.
Pretendía Galecio, en este trabajo, introducir un principio en los métodos de composición de imágenes que reemplazara los criterios subjetivos de equilibrio, armonía y orden; en su caso, la organización de las piezas se subordina a la teórica objetividad de un sistema o programa matemático geométrico, pero cuando el color entra en juego desvela contradicciones, esto es, subjetividades: el espectro cromático origina un conflicto entre lo sensible y relativo y el orden preestablecido por un sistema.
RAM podía vincularse a la abstracción geométrica y el constructivismo en su desarrollo en Sudamérica, y a la producción de autores como Joaquín Torres García o los miembros del grupo argentino Arte Madí Invención, pero por los asuntos formales y conceptuales que procuró abordar en esa serie, Galecio también dice haberse dejado influir por el Homenaje al Cuadrado de Josef Albers (cuyos métodos pedagógicos heredarían las Escuelas de Arte y Diseño en Chile), el arte minimalista y cierta vertiente del arte conceptual.
A partir de aquellos trabajos, en los que continuó inmerso el chileno hasta 2008, ha planteado sus proyectos recientes, incorporando a ellos recursos del lenguaje y la estética del cómic, como la aparición de un personaje que encontramos en repetidas imágenes (Señor Plano) o la configuración de estas en secuencias de cuadros, al modo de fotogramas, generándose una particular narrativa que tendrá que completar el espectador. Ha llamado a estas obras Pinturas de Aventura y sus referencias visuales son casi infinitas, tanto o más que en RAM: desde el pop y la cultura de masas al constructivismo y el cubismo, pasando por el arte precolombino y la abstracción geométrica sudamericana.
Una selección de ellas nos esperan, hasta el 18 de febrero, en la Galería Rosenblut & Friedmann de Madrid, en la muestra “Zapping”. Consta de acrílicos sobre tela, y a su vez sobre tabla, que parecen nacer del hackeo de un inmenso archivo de representaciones visuales de sus recuerdos, descubriendo entre ellos relaciones inesperadas: el diseño geométrico de un poncho mapuche de sus padres conecta con la nave pixelada del videojuego Space Invaders o una cajetilla de cigarros Camel es asociada a un fusil AK-47. Su técnica supone, en cierto modo, una réplica contemporánea de la del telar mecánico que Joseph Marie Jacquard ideó en el siglo XIX; aquí se entretejen el caballo alado de Zeus y el logotipo de aceites Mobil.
En los espacios vacíos de una retícula inserta Galecio las imágenes que va descargando de cada archivo en su memoria, y esas retículas o matrices, que proceden de sus trabajos anteriores ligados a la abstracción geométrica, han sido estructuradas temáticamente; así, la lectura del conjunto no será lineal sino que irá asociada a vínculos insospechados. Como dice la escritora Beatriz Sarlo, no importa cuánto alguien haya pensado la relación entre una imagen y otra, el zapping tiene la capacidad de quebrar esa relación e instalar una nueva.
No hay en estas composiciones centro ni dirección en la mirada; se basan en el juego y juego nos proponen. Sí tienen en común, como decíamos, la aparición del Señor Plano, concebido como alter ego del artista, pero su aspecto va transformándose en función de los iconos que lo rodean y se hace acompañar en todas las telas por su game over: una calavera.
A medio camino entre el sueño aparentemente incoherente y los intrincados tapices que los indios Shipibo elaboraban tras consumir ayahuasca, el pop art y el mencionado constructivismo latinoamericano, estos trabajos exaltan la hibridación y niegan las lecturas unívocas.
Rodrigo Galecio. “Zapping”
c/ Bárbara de Braganza, 9
Madrid
Del 12 de enero al 18 de febrero de 2023
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