Todas las ”vidas creativas” de William Klein juntas en Espacio Fundación Telefónica

Primera gran retrospectiva en España de este visionario de la fotografía

Madrid,
William Klein. Dorothy + white light stripes, Paris 1962
William Klein. Dorothy + white light stripes, Paris 1962.

Azar, experimentación y libertad son tres conceptos difícilmente disociables de la fotografía de William Klein (Nueva York, 1928), a quien la Fundación Telefónica dedica estos días, en el marco de PHotoESPAÑA, una completa retrospectiva. Conocido para la gran mayoría por sus fotografías de Nueva York, recogidas en un volumen dedicado a esta ciudad, a la que luego seguirían otras como Roma, Moscú y Tokyo, los inicios de Klein hay que situarlos, sin embargo, en la pintura. En esa disciplina, como luego haría en la fotografía, se desentendió rápidamente de ataduras, rigideces y costumbres impuestas por la época. Había recibido formación en la Sorbona (creció en el barrio irlandés de Manhattan, en el seno de una familia de inmigrantes judíos húngaros, pero en 1947, con 20 años, se traslado a estudiar a París) y compartido horas con André Lhote y Fernand Léger en sus estudios, siendo grande la influencia de ambos en su trabajo. Sus primeras exposiciones de pintura las realizaría en Italia a principios de los años cincuenta y son, precisamente, unos paneles giratorios de madera en blanco y negro, pintados por encargo del arquitecto Angelo Mangiarotti, los que constituyen el inicio de su obra fotográfica. Al registrarlos con su cámara para documentarlos, Klein percibió el potencial que esa imagen le ofrecía y fue cuando decidió trasladarla al laboratorio para abordarla desde el juego entre luces y sombras, en un intento por reproducir esas geometrías blancas y negras. Estas pinturas y los primeros experimentos de laboratorio constituyen el arranque de esta exposición, en la que se recoge la enorme potencia creativa del artista y su polifacética carrera.

Comisariada por Raphaëlle Stopin, la muestra se centra en ofrecer una amplia visión de esas otras áreas, además de la fotografía, en las que su trabajo también fue sobresaliente, como la ya mencionada pintura abstracta, el cine y el arte gráfico. En total podemos ver 245 obras, entre las que encontramos instantaneas de sus series más famosas, así como curiosidades que van desde documentos inéditos a piezas icónicas, como la maqueta del mítico libro de Nueva York. Todas ellas nos permiten acercarnos a esa variedad de disciplinas o “vidas creativas” que cultivó y entre las que existe una relación que va más allá de lo anecdótico, nutriéndose unas de otras en una conversación constante y duradera. Lo vemos en los “contactos pintados”: un conjunto de originales ampliados, en los que la pintura vuelve a aparecer para unirse a la fotografía y dar lugar a una nueva creación con la que logra devolverlos a la vida.

Nadie discute que William Klein fue un visionario que revolucionó la fotografía y esta muestra, imprescindible, así lo reafirma. Fue a partir de los años cincuenta y, sobre todo, desde la publicación de Life is Good & Good for You in New York: Trance Witness Revels, que se convierte en su manifiesto, cuando Klein sienta las bases de ese nuevo lenguaje fotográfico y hace de la calle su materia prima, abarcándola en todas sus dimensiones y dando forma a una nueva estética moderna, en la que se percibe el movimiento y los cambios de un siglo en constante transformación. La historia de la humanidad reflejada en los rostros de los retratados, fotografías que no se pactan como posados ni se toman a escondidas. Son siempre cercanas y personales. De hecho, en ocasiones se acerca tanto al sujeto que el gran angular lo deforma, dando lugar a ese “lenguaje Klein”, germen de la llamada “fotografía callejera”.

William Klein. Candy Store, Amsterdam Avenue, New York 1954. Exposición en Espacio Fundación Telefónica
William Klein. Candy Store, Amsterdam Avenue, New York, 1954.
William Klein. Bikini, Moscova river’s beach, Moscow 1959
William Klein. Bikini, Moscova river’s beach, Moscow 1959

Luego llegaría la moda, la televisión, la publicidad y el cine. No pasemos por alto el hecho de que Klein ha dirigido 21 películas y más de 200 anuncios, y de todo ello hay también buenos ejemplos en esta exposición. Absolutamente maravillosas son las instantáneas de modelos en la calle y merece la pena también prestar atención al apartado dedicado a su película ¿Quién es usted, Polly Maggoo?, de 1966, en la que retrata de forma satírica el mundo de la moda y la sociedad del espectáculo.

A sus 91 años, este neoyorquino afincado en París es una leyenda viva, al igual que su manifiesto, que se mantiene absolutamente vigente a pesar del paso del tiempo.

 

“William Klein. Manifiesto”

ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA

C/ Fuencarral, 3

Madrid

Del 8 de junio al 22 de septiembre de 2019

 

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