Alberto Reguera muestra en Madrid sus últimos trabajos

Alberto Reguera. Ascending pigments. Pintura Expansiva. Óleo sobre lienzo. 200 x 200 x 20 cm. 2010. Vista frontal.

Entrevistamos al artista con motivo de su exposición en la galería Fernández-Braso

Madrid, 4/10/12

“Alberto Reguera. Paisajes sin límite”

GALERÍA FERNÁNDEZ-BRASO
Del 20 de septiembre al 10 de noviembre de 2012

Alberto Reguera exhibe estos días una selección de sus últimas obras en la galería Fernández-Braso. Después de una etapa de intensa actividad internacional y tras varios años sin exponer en la capital, Reguera vuelve a Madrid para mostrarnos una nueva fase de su producción, en la que, si bien el género pictórico sigue siendo el protagonista, el autor nos enseña que en su trabajo ya casi no hay fronteras entre pintura, escultura e instalación.  

Lo primero que llamará la atención al visitante al entrar en el espacio de la galería será la fuerza del color. Rojos, azules, amarillos, verdes o naranjas nos anuncian ya una de las características más evidentes de su trabajo: la intensidad cromática y el gusto por las capas superpuestas, las veladuras y las salpicaduras de pintura, que le sirven para crear superficies tan llenas de luz como de opacidad. Lo siguiente, sin duda, será la distribución de las piezas en la sala, siendo particularmente llamativas las pinturas que han sido colocadas en el suelo, casi a modo de instalación, lo que nos hace pensar en el concepto de pintura objeto, y nos avanza otro de los intereses del artista, el de traspasar los límites. Sus pinturas, en su mayoría paisajes abstractos, juegan con la tridimensionalidad y con la idea de interactividad de las piezas, entre ellas, pero fundamentalmente con el público, ya que en función de donde éste se sitúe construirá diferentes campos de visión. Sus obras pueden ser entendidas como pasajes íntimos que reclaman del espectador una dosis de imaginación para sumergirse en un recorrido espacial que va más allá de lo físico.

Vista de la exposición de Alberto Reguera en la galería Fernández-Braso, 2012. Foto: galería Fernández-Braso

Vista de la exposición de Alberto Reguera en la galería Fernández-Braso, 2012

Alberto Reguera (Segovia, 1961) vive y trabaja entre Madrid y París, aunque desde hace unos años disfruta de un enorme éxito en Asia, lo que le ha convertido en uno de los artistas españoles con más proyección internacional en estos momentos. Aprovechando su exposición en la galería Fernández-Braso hemos querido preguntarle acerca de su trabajo y de cómo ve la actualidad del arte. Esto es lo que nos ha contestado:
P: Después de casi cinco años sin exponer en Madrid, y habiendo realizado tantas exposiciones en el extranjero, ¿cómo valora la vuelta a esta ciudad?

R: Esta vuelta a Madrid tiene doble importancia para mi. Profesionalmente, porque comienzo una colaboración con una galería, la galería Fernández-Braso. Me gusta mucho su proyecto de galería, que veo a la altura de otras buenas galerías europeas. En segundo lugar, a nivel personal, es un reencuentro con Madrid, con los amigos y con la gente que durante estos años de silencio me ha estado apoyando y animándome.

P: Se dice que el lenguaje del arte es internacional, tanto si hablamos de plástica como de música -que creo que es otra de sus pasiones-, pero desde su experiencia, ¿se entiende igual el arte en unas culturas que en otras?

R: Casi siempre trabajo con música. Erik Satie, Louis Moreau Gottschalk, Alvin Lucier me transportan, generan en mí una atmósfera interior que me ayuda a fluir a la hora de trabajar. Es verdad que el lenguaje del arte es internacional. Pero, en mi opinión, el arte se percibe de manera diferente en unas culturas respecto a otras. Por ejemplo, la percepción del paisaje a través de cada cultura no ha sido la misma, y así lo han reflejado sus artistas. A partir de ahí, esto influye, por ejemplo, en la diferente mirada que un francés -que tendrá muy presente a los impresionistas-  pueda tener de una misma obra de arte que  la que pueda  tener un chino. Pero en estos últimos años, y en un futuro próximo, el espectador tendrá más facilidad para entender el arte de una cultura ya no tan lejana,  pero sí mas familiar, gracias a la revolución tecnológica en la que estamos inmersos.

P: ¿Hay algo que le haya sorprendido del público asiático, por ejemplo, en relación a la valoración de su trabajo?

R: Me han sorprendido sus ganas de aprender, de querer meterse dentro y desmenuzar todos los interrogantes sobre la obra que tienen enfrente. En alguna de mis exposiciones en Hong Kong, me llamó la atención la gran cantidad de tiempo que empleaban en la exposición, quizás también influenciados por el lado interactivo de mi obra. En Asia tienen un enorme respeto hacia la figura del artista.

P: Lleva más de veinte años fuera de España ¿cómo cree que ha evolucionado en este país el valor que se da al arte y a los artistas?

R: El público español está mucho más cultivado e informado. También viaja fuera de España y visita museos y exposiciones de arte contemporáneo. Valora cada vez más a sus artistas. Museos como el Thyssen ponen a España al primer nivel. Me acuerdo de una espectacular exposición titulada “Lágrimas de Eros” (de Guillermo Solana), en este museo. He puesto este ejemplo, como muestra del gran valor y atención que en nuestro país se otorga al arte. Soy consciente del esfuerzo que realizan algunas administraciones, instituciones oficiales y museos por mantener vivo el arte actual. Sin embargo, sería bueno que a nivel oficial se tomaran decisiones a largo plazo para impulsar el valor del arte y de los artistas en nuestro país, que hay muchos y muy buenos. Con las ultimas decisiones que todos conocemos, por ejemplo sobre la modificación del iva, se camina en la dirección contraria.

P: Esta exposición en la galería Fernández-Braso forma parte de una acción conjunta de inauguraciones de la mayoría de las galerías de Madrid ¿cómo ve su obra en relación con el arte actual?

R: Me pareció una idea muy acertada, -que genera movimiento-,  la de Apertura, pues amplía las posibilidades para el público de Madrid, pudiendo visitar diferentes propuestas en una misma jornada. No sé si soy el mejor para ubicar mi obra en el contexto del arte actual. Veo el arte contemporáneo como un gran cruce de miradas, más rico que nunca en sus diferentes propuestas. En este  sentido, mi obra no pretende romper con el pasado, con nuestra reciente y no tan reciente historia del arte moderno y contemporáneo. Al  mismo tiempo, veo mi trabajo fuera de las corrientes y tendencias que imperan en el arte actual.

P: El montaje de la exposición parece reflejar un interés por el diálogo entre las distintas obras expuestas, ¿hasta qué punto es importante la interacción entre ellas?

R: Cada obra está creada autónomamente, algunas de éstas pinturas tridimensionales están trabajadas por todos sus lados, por su “espalda” también. En ese caso, con  todas ellas realizo una “instalación pictórica”, donde cada una de las piezas parecería una mancha de materia y color que forma parte la composición de un gran cuadro con volumen. Los anchos bordes de cada obra reverberan luz y color sobre la pieza contigua. Podemos imaginar un invisible hilo conductor que nuestra mirada teje, a través de estos efectos expansivos de luz, que se producen entre cada una de éstas “pinturas- objeto” y la siguiente. Por ello, la influencia  lumínica y cromática sobre las obras contiguas es fundamental, para que finalmente con todas ellas se logre una unidad visual.

Vista de la exposición de Alberto Reguera en la galería Fernández-Braso, 2012. Foto: galería Fernández-Braso

Vista de la exposición de Alberto Reguera en la galería Fernández-Braso, 2012

P: Aparentemente, usted es ante todo un pintor puramente abstracto, pero vemos obras que parecen hacer referencia a ciertos paisajes físicos, principalmente cósmicos. ¿Cuál es el punto de encuentro de la obra con la realidad, si es que lo hay?

R: Con las sensaciones vividas en algún viaje exterior, reconstruyo, a través de la pintura, un viaje interior. Por ello pinto paisajes abstractos tridimensionales que contienen fragmentos abstraídos de la Naturaleza unidos a las sensaciones interiores que estos paisajes me han producido. Pueden ser atmósferas, pueden ser paisajes intersiderales o estelas de luz que atraviesan imaginados universos. Algunos hacen referencia a concretos paisajes físicos, que luego he transformado con el pincel. Por ejemplo, los glaciares de Nueva Zelanda, o los fiordos de Noruega, cuyos cambios atmosféricos y variaciones climáticas me sirven para pintar escenas que generen “dinamismo visual” en la obra. El “viaje” sería el instrumento, el nexo, el punto de encuentro entre la realidad y la obra.

P: Con el paso del tiempo, sus obras han experimentado un gran cambio al evolucionar de las dos a las tres dimensiones hasta hacerse completamente exentas, ¿cuál ha sido la motivación para avanzar en esa dirección?

R: El paso de las dos a las tres dimensiones ha surgido de manera natural. Asimismo, también vi natural cuando estas obras se independizaron del muro y se hicieron completamente exentas. La motivación principal al avanzar en esta dirección fue intentar crear mayor profundidad visual en la mirada de la persona que observa la obra. Además, necesitaba mayor implicación del espectador. Pues dependiendo de donde se situara físicamente en el espacio expositivo, así podría construir con su mirada su particular y personal “campo de visión”, su propio “paisaje pictórico visual”, que va variando según  el visitante se mueve en el espacio.

P: Algunas de sus últimas obras están configuradas casi como escenarios pictóricos donde se desarrolla una acción sobre un cuadro dentro de otro cuadro, ¿cuáles son sus intenciones plásticas y qué las motiva a la hora de enfrentarte a ese tipo de obras?

R: Intento imaginar que la materia que contienen estas obras tridimensionales tiene vida también fuera de ellas. Y según brota, va dibujando un itinerario con color que sale del cuadro. Con ello busco la idea de que la pintura no tiene límites, que puede funcionar desde otros planteamientos más libres. En este caso, estoy expandiendo la pintura, pero también estoy interviniendo la obra, y también el entorno espacial que le rodea, que puede ser el muro, o que puede ser un lienzo virgen sobre el que descansa el primer formato tridimensional. A veces encuentro otras maneras de expandir la obra. Por ejemplo, de algunas obras exentas se derrama pintura que continúa por el suelo de la galería. De algunas de  las pinturas tridimensionales colgadas en el muro, gotea un hilo de materia que acaba en el suelo.

Vista de la exposición de Alberto Reguera en la galería Fernández-Braso, 2012. Foto: galería Fernández-Braso

Algunas de las obras de Alberto Reguera expuestas en la galería Fernández-Braso, 2012.

Vista de una de las salas y algunas de las obras de Reguera expuestas en la galería Fernández-Braso, 2012

P: Esta exposición deja claro que la pintura goza de muy buena salud. Aunque siempre se ha mantenido fiel a este género sus obras se acercan a otras disciplinas como la escultura y la instalación. En su caso, ¿la experimentación es algo necesario, es la manera de crecer como artista o es, simplemente, algo que forma parte del proceso creativo y que llega involuntariamente sin ser buscado?

R: Esta exposición intenta demostrar que no existe dicotomía entre la pintura y la instalación, por ejemplo. Y que la pintura tiene muchas posibilidades que desvelarnos aún. Necesito experimentar, arriesgarme y a veces equivocarme para ver claro el camino, el siguiente paso a dar. Es cierto que en mi caso todo va surgiendo de manera lenta, no forzada, sin preocuparme el tiempo que voy a tardar en dar el siguiente paso. Que para darlo, hay que sentirlo, y cuando llega, dejarse fluir.

P: En cualquier caso, ¿se mantendrá siendo siempre pintor, o se plantea utilizar más específicamente algún otro medio? ¿Le permite la pintura expresar todas sus inquietudes?
 
R: La pintura es uno de los instrumentos que me ayudan a expresar mis inquietudes, que antes ya he citado. Pero también la instalación me ayuda, -en mi caso instalación pictórica-, a crear una simbiosis entre la materia y el espacio. La fotografía es otro medio que utilizo para expresarme. Pues así puedo desvelar  los paisajes exteriores que he vivido, que serían los bocetos mentales de mis  pictóricos paisajes interiores.

Alberto Reguera. Texturas con volumen, 2012. Lateral e Intensidades metálicas, 2012. Lateral

Alberto Reguera. Texturas con volumen, 2012. Lateral e Intensidades metálicas, 2012. Lateral

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