A finales de 2022, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona inició, bajo el título de “Preludio. Intención poética”, una serie de muestras comisariadas por Elvira Dyangani Ose, Antònia M. Perelló Ferrer, Claudia Segura Campins y Patrícia Sorroche y destinadas, además de a revisitar la colección del centro, a reflexionar sobre las relaciones entre las obras de arte y los contextos museográficos que las albergan y sobre un posible futuro de los museos en el que todo discurso expositivo quede supeditado a la poética y la energía de las piezas.
El último episodio de este proyecto puede ya verse en sus salas, hasta abril del año que viene, y forja nuevas narrativas y formas de presentación, subrayando otro de los propósitos iniciales de estas exhibiciones: invitar a los espectadores a establecer sus propios vínculos con estos trabajos y a idear su recorrido en torno a ellos. Respecto a los montajes anteriores, se han sumado obras de artistas nacionales e internacionales consagrados o en su etapa de media carrera, como Adrián Balseca, Danica Dakic, Younès Rahmoun, Katia Kameli, Ian Hamilton Finlay, Daniel G. Andújar, Antoni Llena, Mireia Sallarès, Sinéad Spelman, Cabello/Carceller, Pepe Espaliú, Miguel Benlloch, Lenora de Barros, Ariadna Guiteras, Ramon Guillén-Balmes, Susy Gómez, Oriol Vilapuig, Eulàlia Valldosera, Lucia Nogueira, Lola Lasurt, Lara Fluxà, Rosemarie Trockel, Oussama Tabti, Carmen Calvo, Ana Prada, Eva Lootz, Charo Pradas, Helena Vinent, Dieter Roth, Teresa Solar Abboud, Dora García, Marcel Broodthaers, Francesc Torres, Joan Brossa, Antoni Tàpies y Lucía C. Pino, además de una propuesta de nueva creación de Eva Fábregas, que tuvo su punto de partida en Oozing (2023-2024), coproducida con la Fundación Botín de Santander. Planteada como escultura inflable cuyos volúmenes, forma y escala puedan alterar la percepción del individuo sobre sí mismo y sobre el entorno, es la segunda creación específica en esta interpretación de los fondos del MACBA; la primera fue la instalación Una pared, de Luz Broto, en proceso hasta la clausura de esta exhibición.
Retomando la idea del filósofo y poeta Édouard Glissant en torno a la posibilidad de que, en el contexto del museo, las obras pudieran ser contempladas por sí mismas, con su energía, deseo e intención pictórica, se han seleccionado piezas que, o bien revocan el marco habitual de un centro de arte, o bien implican la participación física del espectador y entre las que, en todo caso, pueden idearse modos de relación alternativos.
Un primer capítulo de la exposición incide, justamente, en las composiciones que, de manera más evidente, requieren el tránsito del espectador o su toma de decisiones, además de recordar las posibilidades del tiempo para desdoblarse y el carácter cíclico de los rituales; de ese apartado forman parte vídeos de Adrián Balseca, Katia Kameli y Danica Dakić y la instalación 77 (2014), de Younès Rahmoun, compuesta por setenta y siete lámparas que hacen referencia al mismo número de ramas de la fe dentro de la religión islámica.
El segundo episodio de este nuevo Preludio cuenta con creaciones que subrayan la sorpresa y la poesía que pueden encontrarse en lo muy cotidiano, lejos de la artificiosidad y cerca de lo íntimo, aunque en ocasiones sin perder cierto hermetismo. Se trata de obras de Broodthaers, Francesc Torres, Ian Hamilton Finlay, Daniel G. Andújar, Dora García, Oriol Vilapuig, Dieter Roth, Joan Brossa, Oussama Tabti y Tàpies que, en ocasiones, sugieren reflexiones sobre los lazos entre el silencio y la palabra y sobre el ejercicio de nombrar.
La tercera sección lleva propiamente el nombre de Intención poética y alude a la noción de sujeto y a la subjetividad desde la que es posible comprender el cuerpo y el deseo; se nutre de composiciones de Antoni Llena, Mireia Sallarès, Sinéad Spelman, Cabello/Carceller, Pepe Espaliú, Miguel Benlloch, Lenora de Barros, Lucía C. Pino, Ariadna Guiteras, Ramon Guillen-Balmes, Susy Gómez, Eulalia Valldosera, Lucia Nogueira, Lola Lasurt, Lara Fluxà, Rosemarie Trockel, Carmen Calvo, Ana Prada, Eva Lootz, Charo Pradas y Helena Vinent. Hace hincapié, esta apartado, en la importancia de dar cabida en los museos a las microhistorias en el diálogo de estos con la modernidad.
Por último, en la torre del MACBA veremos Tunnel Boring Machine (2022), de Teresa Solar, escultura que se presentó en 2022 en la Bienal de Arte de Venecia, en el marco de la exposición “The Milk of Dreams”, y que ese mismo año se incorporó a sus fondos (la madrileña exhibirá en este mismo centro, desde octubre, “Sueño máquina de pájaro”).
La citada instalación Una pared (2022-2024), de Luz Broto, propone una extensión arquitectónica de unos pilares, en un un gesto que supone una suerte de disrupción material de los límites del museo y que cerrará el acceso habitual a sus salas durante dos semanas en enero de 2025, por lo que los espectadores tendrán que transitar por el edificio del Raval de manera distinta.
“Colección MACBA. Preludio. Intención poética”
MUSEU D´ART CONTEMPORANI DE BARCELONA. MACBA
Plaça dels Àngels, 1
Barcelona
Hasta el 21 de abril de 2025
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